El acuerdo alcanzado por el PNV para sostener al gobierno del Partido Popular, acorralado por la explosión de corrupción que inunda sus filas con más de 800 imputados, ha recibido los elogios de la patronal vasca y española, de la derecha y del partido socialista vasco con el que gobierna la comunidad autónoma. Gracias al PNV el PP podrá sacar adelante una legislatura tremendamente complicada por su debilidad en el parlamento y un gran descrédito debido a los casos de corrupción que han marcado su historia. Pero el juego no acaba ahí. También gracias al PNV, la gestora golpista del PSOE podrá presentarse como oposición y librarse así de aparecer de nuevo como un salvavidas para PP en plena campaña de elecciones a la secretaría general.

Estos acuerdos no son algo nuevo, Arzalluz ya pactó con Aznar cuando este lo necesitó y con Zapatero. El presente acuerdo no es una improvisación de última hora ya que ha estado gestándose desde hace meses. El PNV, distanciándose del proceso catalán y apoyándose en el Partido Popular para sacar adelante los presupuestos de la Comunidad Autónoma Vasca, ha dejado claro y “sin complejos” - como le gusta decir a Andoni Ortúzar- que es un partido de derechas, representante genuino de la burguesía vasca que defiende el mismo sistema que la burguesía española y de sus homólogos en Europa a los que les une un mismo mercado, intereses y lazos económicos que prevalecen cuando llegan momentos claves como este. No en vano, uno de los argumentos más sólidos del PNV para pactar con el PP ha sido garantizar la estabilidad del Gobierno español en plena deriva soberanista de Cataluña y en el momento en que Podemos ha presentado una moción de censura contra Rajoy. Por estas razones, el PNV puede alardear de que Urkullu va a ser el primer presidente de una comunidad autónoma recibido en Bruselas -   tras haber firmado el acuerdo - por Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea para escenificar que el PNV es un partido de confianza de la oligarquía europea. Aunque otros países de la UE han sido protagonistas en el último período de la amenaza de implosión de la Europa de los 27, el Estado español continúa siendo uno de los eslabones más débiles de la cadena y el acuerdo con el PNV ha sido como una tabla de salvación ya que – al menos por un tiempo - posibilita a la derecha española mantenerse en el Gobierno e incluso aspirar a estirarlo porque este pacto esconde en su letra un pacto de legislatura que se extenderá a los presupuestos de 2018. No se trata de un pacto coyuntural sino de largo alcance, en el fondo prevalece un pacto de clase en medio de la crisis aguda del capitalismo, sus partidos e instituciones. La burguesía necesita estabilidad para seguir explotando, mandando, privatizando y robando lo público.

Las cifras del acuerdo han sido absolutamente hinchadas, sobre todo por la prensa vasca al hablar de “acuerdo millonario a cambio de sostener a Rajoy” (El Correo) y así dar la impresión de que el PP ha pagado un altísimo precio y de paso lavarle la cara al PNV. La patronal vasca mejorará sus cuentas de resultados con una electricidad más barata y mayores exenciones fiscales y la policía autonómica mejorará su estatus y se contratará a más policías para sumar a lo que ya es la cuota policial por habitante más alta de Europa a pesar del desarme definitivo de ETA. En cuanto al cupo y al tren de alta velocidad, no hay mucho de nuevo. Al fin y al cabo el PNV no quiere abandonar las obras de la Y vasca, quiere continuarlas por todos los medios y la inversión prevista hasta 2025 requiere distintas aportaciones cuya consecución requerirá que el PNV continúe dando nuevas muestras de apoyo al PP y lo mismo vale para el resto de partidas y para el propio cupo. Recordemos que cuando se negoció el cupo por última vez hace 10 años también se habló de un éxito histórico que garantizaría la estabilidad fiscal durante años y no duró prácticamente ni un año a pesar de que coincidieron en el Gobierno de Madrid Zapatero y Patxi López en el Gobierno Vasco. La excusa para no poder acordar el cupo entre ambos gobiernos del PSOE fue la situación económica general. El PP utilizó, utiliza y utilizará el cupo como medida de presión y el PNV lo sabe. Sabe que las firmas de Madrid, como las suyas propias valen muy poco. Sólo hay que ver cómo EHBildu tras firmar un acuerdo para entregar la alcaldía al PNV en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, tuvo que reconocer un año después que el PNV apenas había cumplido nada de lo firmado.

El presidente vasco del PP y ex ministro de Sanidad Alfonso Alonso lo ha dicho a su manera: Todo cambiará si el PNV “comienza a hablar euskera con acento catalán”. La cuestión está muy, muy clara, pero no hay que echar la culpa al PP de la defensa de sus intereses de clase de la burguesía vasca. La patronal vasca Confebask se ha expresado de una forma clara y rotunda. Querían que el PNV firmase el acuerdo con el PP y Urkullu, una vez más, no les ha defraudado. La patronal catalana por su parte ha utilizado la firma de dicho acuerdo para presionar en Cataluña a favor de un acuerdo con el PP, del abandono de la consulta soberanista y de la ruptura del PDeCAT con ERC y la CUP volviendo a la “normalidad”, a los viejos buenos negocios. Al fin y al cabo el PNV no está haciendo sino sustituir el papel que tradicionalmente ocupó durante décadas la burguesía nacionalista catalana que era el de garantizar la estabilidad del gobierno español a cambio del 3% y mucho más; Reforma Laboral, Ley Mordaza, privatizaciones y precariedad.

Este acuerdo no traerá ninguna mejora para la clase trabajadora vasca ni del resto del Estado en la defensa de los derechos sociales. Todo lo contrario. La aprobación de los presupuestos del Partido Popular criticados duramente por toda la bancada de la izquierda supone más recortes y sacrificios para los pensionistas, la sanidad, la educación pública etc. Este mismo mes hay convocadas dos huelgas generales en la enseñanza vasca los días 16 y 23 de mayo y manifestaciones para el día 20 en la tres capitales de la CAPV para frenar y revertir la política de recortes del PNV en educación. Estas movilizaciones coincidirán además con el llamamiento de Podemos en Madrid para echar al gobierno del PP, en apoyo a la moción de censura. En Euskadi hay convocadas también para el 3 y el 6 de junio movilizaciones en sanidad por los durísimos recortes. Hay 300.000 trabajadores vascos sin convenio y el PNV ha creado una administración paralela de cerca de 50.000 personas que trabajan en los sectores privatizados de la Administración o como interinos en bolsas de trabajo que sobreviven a duras penas entre la pobreza y la precariedad masiva en la administración.

Tampoco el acuerdo supondrá ninguna mejora en la defensa de los derechos democráticos. Todo lo relativo al proceso de paz, el acercamiento de los presos enfermos a las cárceles vascas, el “nuevo estatus” autonómico que propugna el PNV pactado con el PP, el derecho a decidir, las transferencias pendientes etc, nada de esto mejorará con las nuevas “relaciones de confianza” entre el PNV y el PP. Ya lo demuestra que tan solo dos días después de la firma del pacto el gobierno de Rajoy haya recurrido la ley de abusos policiales que dice querer reparar a las personas que pudieran haber sufrido malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad entre 1978 y 1999.

La derecha española y sus defensores como Susana Díaz y otros en el PSOE también utilizan el acuerdo suscrito para intentar dividir a la clase trabajadora enfatizando las diferencias territoriales y hablando del privilegio que supone el cupo vasco y navarro. Sin embargo se trata de una pelea por los recursos que al final se las apropia una pequeña minoría aquí y allá. La clase trabajadora sufrimos recortes en todas partes. La corrupción y las ganancias multimillonarias de los banqueros y las grandes empresas por un lado y las crecientes desigualdades entre la gran mayoría por otro están creando un tremendo malestar y un sentimiento de unidad de clase que traspasa fronteras nacionales para derribar este sistema incapaz de garantizar el bienestar y el progreso para la gran mayoría de la sociedad.

El PNV: un partido de derechas y corrupto “sin complejos”

En el artículo Desmontando al PNV se recopilan algunos casos de la corrupción vasca, los cuales están camuflados en una red clientelar creada por el Partido Nacionalista Vasco, con sus correspondientes escándalos políticos, económicos y empresariales. Reproducimos aquí algunos de los que cita dicho artículo como fiel muestra de su trayectoria general en este sentido.

Caso Miñano. Fue una supuesta trama de corrupción y espionaje descubierta en Álava. A los acusados (entre ellos, dos altos cargos del ex lehendakari Ibarretexe) se les imputó cohecho, tráfico de influencias y blanqueo de capitales. También se les acusa de prevaricación, malversación de fondos públicos, falsedad documental en documentos públicos, privados o mercantiles y alteración de precios en concursos y subastas públicas.

Caso Zambrana. Se trata de una presunta trama de corrupción y espionaje en el que estuvieron imputadas varias personas vinculadas al PNV. Se trata de una polémica y fallida recalificación urbanística de 120 hectáreas ideada en Zambrana (Álava). Estas recalificaciones iban a generar una plusvalía de 65 millones a los promotores catalanes (Construcciones Riera) interesados en los terrenos y que pagaron indirectamente 180.000 euros a una empresa “pantalla”, Kataia Consulting, entre otros pagos a personas y sociedades de su entorno.

Caso Noticias. Este caso aparentemente reúne los delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos y fraude en la contratación. En él se estudia el supuesto pago por parte de varios altos cargos del gobierno al Grupo Noticias, propietario entre otros de “Noticias de Guipúzcoa”, “Deia” y “Onda Vasca”, “Diario de Noticias de Alava” y “Diario de Noticias de Navarra”, una cantidad cercana a los 250.000 euros a cambio de publicar noticias políticamente favorables al PNV.

Caso de Miguel. Se trata de una trama de cobro de comisiones ilegales organizada presuntamente por el ex número dos del PNV de Álava, Alfredo de Miguel, quien está acusado de una decena de delitos entre los que destacan cohecho, asociación ilícita, blanqueo de capitales y tráfico de influencias. La instrucción de este caso contiene el mayor sumario por presunta corrupción instruido en el País Vasco hasta el momento en el que se cuenta hasta un total de 26 imputados y en el que se afirma que había quedado acreditada la existencia de “una trama organizada” en torno a Alfredo De Miguel para la obtención irregular de contratos y adjudicaciones de diferentes administraciones y entes públicos regidos por el PNV. La propia Fiscalía llegó a asegurar la creación de un entramado societario y personal organizado en torno al propio Alfredo de Miguel para “obtener un ilícito beneficio económico destinado a su enriquecimiento personal y de terceras personas”.

Caso Epsilon. Epsilon Euskadi fue un fallido sueño automovilístico del Gobierno del lehendakari Juan José Ibarretxe para introducir un bólido autóctono en la parrilla de salida del gran circo de la Fórmula 1. El único administrador de Epsilon Euskadi, Joan Villadelprat, y el director financiero de dicha firma automovilística, Mark Phillip Payne, fueron denunciados por delitos de administración desleal, insolvencia punible y alzamiento de bienes. En este caso se estudió la venta fraudulenta de la división deportiva de Epsilon a una empresa de nueva creación llamada Epic Racing, la cual compró la rama de competición de Epsilon después de que los expropietarios fueran conscientes de la situación de insolvencia en que se encontraba su ya ex-empresa. En conclusión, un plan malogrado que recibió más de 40 millones de euros de los fondos públicos. Cabe añadir que el segundo veredicto judicial sobre el caso Epsilon absolvió a sus exresponsables de los tres delitos.

Caso Hiriko (El coche más caro del mundo). Hasta cuatro Lamborghinis de altísima gama se podrían comprar con 17 millones de euros. Hasta sobraría para comprar decenas de utilitarios. Sin embargo, con esa cantidad de dinero público una telaraña de sociedades mercantiles ligadas al PNV sólo fue capaz de construir “un prototipo y medio” del coche eléctrico de supuesta factura vasca que iba a revolucionar el mercado automovilístico, el Hiriko. Bajo este pretexto se creó un entramado societario para que, si el proyecto resultaba exitoso, todos los beneficios revirtieran sobre ellos y si fracasaba, las administraciones que lo financiaban prácticamente en exclusiva no pudieran “recuperar los fondos invertidos”. El Fiscal-jefe de Vitoria afirma que los seis empresarios querellados en el ‘caso Hiriko’ y la asociación Afipaida, que no tenían experiencia ni infraestructura en la fabricación de automóviles, idearon un plan para apropiarse de fondos públicos “en su propio beneficio”.

El PNV y las puertas giratorias

El artículo Desmontando al PNV explica la estrechísima relación entre políticos y empresas, en este caso con las energéticas, en diferentes casos que ha tenido lugar. Un ejemplo más de que la supuesta “honradez” de la que tanto se vanagloria el PNV es como mínimo muy cuestionable. Reproducimos a continuación algunos ejemplos muy clarificadores al respecto de los cargos del PNV que han encontrado excelentes negocios y posiciones en consejos de administración y posiciones de direcciones de grandes empresas, demostrando que la casualidad brilla por su ausencia en lo que a las puertas giratorias y el arraigo de esta práctica en el PNV se refiere:

Idoia Zenarruzabeitia: Exvicelehendakari y exconsejera colocada en la comisión Nacional de la Energía con el gobierno de Zapatero.

Juan Mari Atuxa: Expresidente del Parlamento Vasco. Consejero de Iberdrola, Ingeniería y Construcción y exconsejero de Bahía en Bizkaia Gas.

Mario Fernández Pelaz: Exvicelehendakari. Ha sido miembro de los consejos de administración de Iberdrola y Repsol.

Xabier De Irala Estévez: Exconsejero de Iberdrola y exrepresentante de Enagas.

Familia Arrieta Heras: Exaltos cargos del Gobierno Vasco, vinculados a la “fontanería” del PNV. Consejeros de Naturgas, Repsol y Petronor.

Javier Balza: Exconsejero de interior. Ejerce de secretario en Iberdrola y defiende los intereses de Petronor, petrolera con sede en Muskiz.

Josu Jon Imaz: Expresidente del PNV y exconsejero de Industria. Es presidente de Petronor, consejero de Repsol y expresidente del clúster energético vasco.

Jose Ignacio Berroeta: Figura en el consejo de administración de CAF Beasain y exconsejero de Iberdrola.

Javier Aramburu Cruza: Exviceconsejero de industria. Luego consejero delegado de Naturgas. Fue apoderado de Bahía de Bizkaia Gas.

Xabier Sagredo Ormaza: Exresponsable de Hacienda y finanzas en el Bizkai Buru Batzar y exconsejero de la Actualidad portuaria. Consejero de Iberdrola.

Joseba Andoni Aurrekoetxea Bergara: Exteniente de Alcalde de Portugalete. Luego consejero de Enagas.

Roberto Otxandio Izaguirre: Exalcalde de Basauri y consejero de Iberdrola.

José Luis San Pedro Guerenabarrena: Ingeniero vasco cercano al PNV fichado por Iberdrola.

Fuentes: El Mundo, La Tribuna, El Diario, El Correo Español, lahaiane, Wikipedia.

Para más información consultar: La Casta vasca. Mafias y Gobierno vasco en la última década (1972). El libro editado por la revista Hincapié fue escrito por el periodista Ahoztar Zelaieta, miembro del equipo de investigación de Egin, de las revistas Ardi Beltza y Kalegorria, y colaborador de fueralacasta.org. Él es el depositario de revelaciones y denuncias de todo tipo de personas. Este libro, tejido con el testimonio de diferentes denuncias y revelaciones, pone de manifiesto el modus vivendi de la casta vasca vinculada a la administración autonómica gestionada en la última década por PNV y PSOE. Zelaieta desmonta el mito autocomplaciente de la sociedad vasca de que la corrupción en su seno es anecdótica. No solo es estructural sino que el enjambre de colmenas selectas de esta casta exporta a terrenos como el brasileño, en periodo de pelotazos constructivos así como su modus operandi en territorio vasco. Los casos, que se acumulan por decenas, se ven incrementados por nuevas tramas siempre relacionadas con las nuevas generaciones de miembros del PNV que giran su paso entre la administración pública y después el retiro en la empresa privada.

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