Desde que el 26 de agosto el Congreso de los Diputados y el juez Baltasar Garzón iniciaran el proceso de ilegalización de Batasuna, se han cerrado alrededor de 70 locales vinculados a la izquierda abertzale por parte de la Policía Vasca en la Comunid Eloy Val del Olmo

Editor de Ezker Marxista

Desde que el 26 de agosto el Congreso de los Diputados y el juez Baltasar Garzón iniciaran el proceso de ilegalización de Batasuna, se han cerrado alrededor de 70 locales vinculados a la izquierda abertzale por parte de la Policía Vasca en la Comunidad Autónoma y la Guardia Civil en Navarra; se han prohibido y reprimido numerosas manifestaciones en contra de dicha ilegalización, como la del día 15 de septiembre en Bilbao, con alrededor de 40.000 personas, donde la policía vasca cargó indiscriminadamente, provocando numerosos heridos, uno de los cuales perdió un ojo.

La espiral represión-acción se reproduce con numerosas detenciones y atentados. El PP y el PSOE vuelven a reunir el Pacto Antiterrorista para dar una respuesta conjunta a las propuestas "soberanistas" de Ibarretxe y se suceden casi cada semana manifestaciones contra la ilegalización y manifestaciones contra los atentados.

Ambas organizaciones declaran que la prioridad es la lucha contra ETA pero nadie puede afirmar que la ilegalización de Batasuna haya supuesto una solución, sino todo lo contrario. No se puede resolver un problema político con métodos policiales y más represión.

El recorte de los derechos democráticos, negando la participación política a cerca de 200.000 personas en Euskal Herria, disolviendo los grupos parlamentarios de Batasuna en distintas instituciones e incrementando la represión pueblo a pueblo negando el derecho de asociación y manifestación, convierte la cuestión nacional vasca en un callejón sin salida que la burguesía es incapaz de resolver.

El recorte de los derechos democráticos como el de asociación, expresión y manifestación ha quedado en evidencia y nos afectará a las fuerzas y organizaciones de izquierda.

La burguesía a nivel internacional, ante una situación de crisis económica y de creciente malestar social, está preparándose, fortaleciendo el aparato coercitivo; en el caso del Estado español el terrorismo individual de ETA les ofrece la excusa perfecta. El Partido Popular está creando unos instrumentos legales; La Ley de Partidos y unos precedentes para el futuro donde podrá ir contra cualquier organización que les resulte incómoda después de la oportuna campaña de desprestigio y acoso en los medios de comunicación.

El doble rasero de la burguesía vasca

La burguesía vasca es la que está haciendo efectiva la ilegalización de Batasuna, medida a la que se ha opuesto públicamente sin que por ello le haya temblado el pulso a la hora de cerrar locales y prohibir y reprimir manifestaciones.

La presión en sus propias bases, las críticas desde dentro del Gobierno tripartito por parte de sus socios EA e IU y desde fuera por parte de ELA y LAB y otros muchos colectivos, les está colocando en una situación muy incómoda de cara a las próximas elecciones municipales, donde por primera vez Batasuna no estará presente.

Es en este contexto donde hay que enmarcar la propuesta de Ibarretxe del pasado 27 de septiembre en el Parlamento Vasco, proponiendo "solucionar" la cuestión nacional vasca a través de la negociación de un nuevo pacto político con el Estado que contemple la "soberanía compartida", así como el "reconocimiento de que el Pueblo Vasco es un pueblo con identidad propia (...) con derecho a decidir sobre su propio futuro (...) a relacionarse con libertad entre los territorios de la Comunidad Autonoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra y con los Territorios Vascos de Iparralde".

En el proyecto del PNV se reclama un poder judicial vasco autónomo, así como ampliar las actuales competencias dentro de las posibilidades de modificación que ofrecen tanto el Estatuto de Gernika como la propia Constitución.

Como ellos mismos afirman una y otra vez se trata de un pacto de integración con la actual legislación, no es rupturista con el Estado, lo que se pretende es que se reconozca íntegramente la capacidad de decisión de Euskal Herria, ampliar las competencias en materias pendientes y tener voz propia en Europa.

Ibarretxe ha tratado de contentar a todos pero sólo la dirección de Ezker Batua-IU ha mostrado su satisfacción.

La reacción del PP ha sido calificar el proyecto del PNV de "locura independentista" al igual que la dirección del PSOE, que va detrás. Ezker Batua-IU ha declarado que es la aplicación de su proyecto federalista, mientras Arnaldo Otegi manifestaba no creerse nada de lo que dice quien les está cerrando los locales y reprimiendo.

La burguesía acuñó el concepto de nación para delimitar y proteger sus propios mercados y para dotarse de un aparato coercitivo para su defensa. Desde el punto de vista de la burguesía española, que cuenta con un aparato estatal sin depurar desde la época de Franco, no están dispuestos a hacer ni media concesión en cuanto a co-soberanía con las nacionalidades históricas. Las actuales conquistas democráticas incluyendo los Estatutos de Autonomía y las competencias no responden a la habilidad negociadora del PNV-CIU, fueron producto de la acción revolucionaria de las masas al final de la dictadura reclamando dichos derechos.

Pero por su parte la burguesía vasca, que tiene sus propios intereses, vende el grueso de sus productos en el mercado español y una parte sustancial en Europa. Estos son argumentos de peso para que no luchen por una independencia que les reportaría pérdida de mercados, tampoco la desea la burguesía catalana.

Sólo a través de la lucha de la clase trabajadora se podrá avanzar en la consecución de derechos democráticos como el derecho de autodeterminación. La burguesía vasca lo sabe y también sabe que las palabras cuestan más bien poco, con la ventaja de que crean expectativas. El PNV espera que tengan efecto tanto para acallar las actuales críticas como para quedarse con buena parte del electorado de Batasuna, una vez que ha asumido buena parte del programa de este último que, por otro lado, no plantea una ruptura con el capitalismo.

El terrorismo alimenta a la reacción

Desde un punto de vista nacionalista es imposible ofrecer una salida a la situación actual. El último comunicado de ETA advierte a populares y socialistas que sus locales y actos públicos serán objeto de atentados.

Los militantes socialistas estarán presentes en las próximas manifestaciones que se celebren, en unos momentos de lucha contra la política reaccionaria del PP en materia laboral como el decretazo, la Ley Concursal, la reforma de la Negociación Colectiva, la congelación salarial y otros muchos ataques que tiene en cartera el Partido Popular en connivencia con la burguesía vasca y catalana. Igualmente el día 29 de octubre hay una huelga general de la comunidad educativa y en ella participarán los socialistas junto al Sindicato de Estudiantes, Izquierda Unida, UGT, CCOO y otras muchas organizaciones. ¿ETA las ha convertido en objetivo de sus atentados? ¿Está diciendo que los trabajadores y los jóvenes no debemos ir a dichas manifestaciones?

En este ejemplo se ve una vez más cómo el terrorismo individual beneficia a la reacción, dando excusas para el fortalecimiento del aparato estatal y alejando a la clase trabajadora de la lucha por los derechos democráticos del pueblo vasco.

Los marxistas estamos a favor del reconocimiento de todos los derechos democráticos para las nacionalidades históricas del Estado español incluyendo el derecho a la autodeterminación, entendido como el derecho a decidir libre y democráticamente qué relaciones desean mantener con el resto del estado incluida la independencia, decisión que respetaríamos fuese cual fuese, si bien nuestro proyecto es la lucha por una Federación socialista de nacionalidades ibéricas.

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