¡Basta de impunidad franquista!

Mientras me golpeaba en el estómago me dijo: 'Ahora ya no parirás más, puta'".

Lidia Falcón sobre las torturas de Billy el Niño.

 “Billy el Niño me partió la cara a puñetazos (…) Cuantas más preguntas me hacían y más silencio guardaba yo, más puñetazos me daban. Recuerdo su cara. Parecía que disfrutaba con aquello. Tenía como una cara de gusto”.

María Rumin

 “Me metió la pistola en la boca y apretó el gatillo. Fue una simulación de ejecución. Lo hacía mucho”.

Luis Miguel Urbán

Estos son sólo algunos de los muchos y sobrecogedores testimonios que hemos podido escuchar de las torturas que realizaba Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, miembro de la Brigada Político-Social, la policía política franquista. Entró en este cuerpo a finales de los años sesenta. Y de la mano de otros policías en Madrid, como Roberto Conesa, Saturnino Yagüe, Conrado Delso, se “especializó” en el movimiento estudiantil, en las organizaciones comunistas y a la izquierda del PCE. Billy el Niño se dedicó a torturar con total sadismo –golpes, patadas, la bañera (meter la cabeza del detenido en un cubo con orín), amenazas de muerte a punta de pistola– a uno de los sectores de vanguardia en la lucha contra la dictadura franquista en aquellos años, la juventud. En Madrid, todos los militantes antifranquistas conocían sus métodos criminales, y su nombre ha quedado grabado en la memoria de toda una generación de luchadores.

Retirada inmediata de las condecoraciones

Pues bien, tras la intervención en el Congreso de los Diputados de Pablo Iglesias exigiendo la retirada de la condecoración al mérito policial concedida a este torturador en 1977, y tras la negativa a hacerlo y las provocadoras declaraciones del exministro del Interior del PP, José Ignacio Zoido, asegurando que “nadie ha solicitado que se retire esa condecoración”, la liebre ha saltado. Gracias a una petición de varias asociaciones memorialistas y de la periodista Cristina Fallarás, nos hemos enterado de que este siniestro personaje fue merecedor no de una sino de cuatro medallas al mérito policial,  ni más ni menos.

La primera de ellas, con distintivo rojo y que le permite disfrutar de un incremento del 10% en su pensión, se la concede el régimen franquista el 20 de julio de 1972. La segunda se la otorgó el gobierno de Adolfo Suárez, el 13 de junio de 1977, tras la liberación del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, y el teniente general Emilio Villaescusa, secuestrados por los GRAPO. Dicha condecoración, esta vez con distintivo de plata, aumenta su pensión otro 15%. La tercera, también con distintivo rojo, le fue concedida por el Ministerio del Interior el 10 de octubre de 1980. Y la cuarta, de plata, es del 30 de marzo de 1982, y se concedió a toda la Brigada de Información. ¡Así es la democracia burguesa!

Billy el Niño reclamó por vía judicial los beneficios de esta última, cuando ya disfrutaba de los de las otras tres medallas, porque pese a formar parte de dicha brigada no se le habían abonado las cantidades aparejadas a la condecoración. Lo más escandaloso es que una sentencia judicial de ¡¡diciembre de 2010!! reconoció los efectos económicos correspondientes. Es decir, que no sólo los primeros gobiernos de la llamada Transición, sino que la actual justicia haya permitido a este torturador vivir a cuerpo de rey, con un plus en su pensión del 50%. Sin duda, una pensión ya de por sí cuantiosa, pues tras dejar el cuerpo de policía en 1982, González Pacheco fue contratado como agente de seguridad por empresas como Renault.

¡Que se juzguen de una vez los crímenes de la dictadura!

Ahora, el ministro de Interior del gobierno del PSOE ha declarado que “se está estudiando la normativa para la retirada" de las medallas y llora lágrimas de cocodrilo por las víctimas del franquismo. Pero hay que recordar, y eso también es parte de la memoria histórica, que durante los años de la Transición los dirigentes socialdemócratas, al igual que los estalinistas, fueron firmes defensores de la ley de Amnistía, que impide en la actualidad poder juzgar los crímenes del franquismo en nuestro país. Y cuando llegaron al poder con mayoría absoluta en 1982, ¿qué hicieron? Una de las reivindicaciones de su programa era la depuración de los elementos reaccionarios del aparato del Estado. Sin embargo, no sólo no los depuraron ni les quitaron todas las medallas y privilegios, sino que muchos de ellos fueron ascendiendo en el escalafón policial. El torturador franquista Martínez Torres llegó a ser Comisario General de Información; Manuel Ballesteros, jefe de la BPS en Bilbao a finales de la dictadura, se convirtió en director del Gabinete de Información del Ministerio del Interior, bajo la dirección de José Barrionuevo y Felipe González, en pleno auge de los GAL. Y así, decenas y decenas de casos.

Con la Ley de Memoria Histórica, el gobierno de Zapatero no sólo no permitió que se juzgaran los crímenes del franquismo en nuestro país, sino que el prefacio de esta ley es una defensa a ultranza de la Transición y de la Ley de Amnistía. Y hace unos meses, ante la petición de Unidos Podemos de derogar dicha ley el PSOE votó, junto al PP, en contra.

La iniciativa de recoger firmas exigiendo la retirada de la medalla a Billy el Niño ha sido un gran éxito, en pocos días se reunieron casi 500.000. En estos últimos años hemos visto como las víctimas del franquismo han tenido que ir a Argentina para pedir justicia por los crímenes de la dictadura, y como se han movilizado en las calles se han movilizado de forma contundente para conseguir verdad, justicia y reparación. Sin embargo, el PP, fiel heredero del franquismo, ha impedido cualquier iniciativa en este sentido.

Si realmente se acaba retirando las condecoraciones a Billy el Niño (al igual que si se retiran los restos de Franco del Valle de los Caídos) será fruto de la fuerte presión social para acabar de una vez por todas con la vergonzosa impunidad del franquismo.

El PSOE está haciendo una serie de guiños hacia las víctimas del franquismo. Pero esto es insuficiente. Llevamos esperando más de 40 años para ver a los criminales franquistas entre rejas. Porque no sólo fue Billy el Niño, sino que el aparato policial y militar franquista aplicaba la tortura y la represión contra todos aquellos que luchaban contra la dictadura. Y muchas de esas técnicas de tortura se utilizan en la actualidad. En los últimos años ha habido miles y miles de denuncias de casos de tortura, que han quedado totalmente impunes. Por ello una política de memoria histórica real, y no de gestos, exige que se juzguen los crímenes franquistas en nuestro país y que se depure el aparato del Estado de elementos reaccionarios y torturadores. Queremos a todos los Billy el Niño de este país entre rejas y sin condecoraciones.

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