Del robo de bebés a las “adopciones” por coacción

Pocas horas después de la histórica huelga feminista del 8-M, Pablo Casado presentaba en la Convención de Familia e Igualdad del PP, celebrada en Cartagena, una de las medidas incluida en la ­infame Ley de Apoyo a la Maternidad propuesta por el PP.

En plena cruzada contra los derechos de las mujeres en general, y de las mujeres pobres y sin derechos en particular, este digno heredero del franquismo proponía “garantizar que las mujeres inmigrantes sin papeles que decidan de manera voluntaria dar a su hijo en adopción no sean expulsadas del país mientras dure ese proceso”. La indignación provocada ha sido tal que rápidamente él y su partido han tratado de “matizar” sus declaraciones y han intentado presentarse como víctimas de las fake news.

No son fake news, es la herencia franquista

El desprecio a los más necesitados y sus derechos forma parte del ADN de los hombres y mujeres del PP. Así lo han evidenciado las declaraciones de mujeres del PP como Gema Igual, alcaldesa de Santander, o Cuca Gamarra, vicesecretaria de Política Social, afirmando que prefieren esta nueva medida a que sigan “apareciendo niños en contenedores y vertederos”, dando a entender que eso es lo que hacen las mujeres migrantes con sus bebés.

La esencia de esta propuesta enlaza directamente con la experiencia de pesadilla de miles y miles de mujeres pobres y sin derechos que, durante décadas, han sufrido en sus carnes la política sistemática del robo y el tráfico de bebés en nuestro país.

Primero fue el robo de bebés a las mujeres republicanas encarceladas durante la dictadura franquista. En 1941 una ley de Franco permitía que se les quitasen los menores a las presas para entregárselos, bajo la tutela del Estado, a otras familias adineradas afines al régimen. Pero esa vía de robo de niños se fue agotando y en los años cincuenta fue sustituida por el robo de bebés en clínicas1.

La Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (ANADIR) estima que unos 300.000 menores fueron robados entre 1940 y 1990. Las denuncias de robos masivos de bebés en clínicas, que implicaron a 190 centros sanitarios de todo el estado, y en los que la ­jerarquía de la Iglesia católica jugó un papel protagonista, han chocado con un muro: la supuesta falta de pruebas, la destrucción de documentos o la “prescripción” de los delitos. Es el muro del franquismo enquistado en la derecha y el aparato del Estado que pervive hasta hoy.

Vientres de alquiler y adopciones forzosas, la versión moderna del tráfico de bebés

Mientras los crímenes del franquismo siguen sin ser juzgados, asistimos a la versión actualizada del tráfico de bebés. La esencia reaccionaria de la derecha sigue cargando sin tregua contra los derechos de las mujeres más vulnerables, para las cuales alquilar su vientre, vender su cuerpo o entregar a su bebé es una salida, a veces la única, para la supervivencia.

En esta ofensiva ideológica criminal, ahora les ha tocado el turno a las mujeres migrantes. Ese supuesto “blindaje” de las mujeres migrantes que el PP nos quiere vender no sólo es mentira, sino que de salir adelante se les quitará aún más derechos. De hecho, la reaccionaria, clasista y racista Ley de Extranjería ya establece en su artículo 57.6 que “la expulsión no podrá ser ejecutada cuando esta conculcase el principio de no devolución, o afecte a las mujeres embarazadas, cuando la medida pueda suponer un riesgo para la gestación o la salud de la madre”, y prevé que se le pueda conceder a la madre el permiso de residencia por arraigo familiar una vez nacido el hijo o hija.

El cinismo del PP no tiene límites. Mientras se llenan la boca de “cultura de la vida” la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, del PP, excluye de la atención sanitaria “a las mujeres embarazadas que no acrediten llevar más de 90 días en España”2. Esto es lo que les importa la vida de las mujeres y los niños migrantes.

El derecho a la maternidad es eso: un derecho, no una obligación para sobrevivir. Cómo se puede tener la cara dura de decir ¡que se protege la maternidad quitando los bebés a sus madres! Los derechos de las mujeres migrantes sin papeles se defienden derogando las leyes de extranjería, acabando con la “ilegalidad” de los seres humanos por el hecho de ser pobres, eliminando los desahucios, defendiendo el derecho a un puesto de trabajo y vivienda digna, sanidad y educación públicas y el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos.

  1. Nueve claves sobre el primer juicio por bebés robados en España que arranca hoy (Público, 26/06/2018).
  2. La ley ya ampara a las embarazadas migrantes que quiere proteger Casado (El País, 14/03/2019).

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