Los jóvenes españoles sufren la mayor tasa de temporalidad de toda la UE, el 70%, el tiempo medio de duración de los contratos no supera los tres meses. La rotación laboral alcanza un grado de abuso cuando dentro de una misma empresa y para un mismo trabajador, se encadenan contratos temporales para cubrir actividades permanentes, en un claro fraude de ley. La propia Inspección de Trabajo ha cifrado este fraude empresarial, en una reciente inspección a más de 4.000 empresas, en un 48%.

Así, los jóvenes en España están abocados a un mercado laboral sin derechos ni protección social. Una precariedad que coloca a los jóvenes españoles en una de las tasas de desempleo más altas de la UE. Aunque también las políticas de los gobiernos de la Unión Europea a favor del empleo juvenil dejan mucho que desear, y así lo demuestran los últimos datos de Eurostat, que sitúa en mayo de 2002 el índice de desempleo, en los menores de 25 años, en la zona euro en el 16,5%.

El informe asegura que del millón largo de desempleados jóvenes, cerca del 40% lleva más de un año buscando empleo, lo que hace que los jóvenes españoles vivan una situación de desamparo, que les obliga a retrasar indefinidamente su edad de emancipación, y que tengan que trabajar en condiciones tan pésimas como demuestra la tasa de siniestralidad laboral entre los trabajadores de 16 a 19 años, que duplica la que sufren los mayores de 30 años.

La incorporación de la juventud al mercado de trabajo es muy superior a la capacidad de creación de empleo para ellos.