El giro social a la izquierda iniciado en Galiza en el 2001 continúa expresándose en el terreno electoral. Su concreción más palpable ha sido en este caso el desalojo del PP del Gobierno municipal de la totalidad de las ciudades gallegas. Con todo, la izquierda ha dado también un toque de atención a sus dirigentes. El giro social a la izquierda iniciado en Galiza en el 2001 continúa expresándose en el terreno electoral. Su concreción más palpable ha sido en este caso el desalojo del PP del Gobierno municipal de la totalidad de las ciudades gallegas. Con todo, la izquierda ha dado también un toque de atención a sus dirigentes.

Tendencias de fondo

En las elecciones municipales el peso de los aspectos locales e incluso del papel de los individuos siempre es mucho mayor que en las elecciones de ámbitos territoriales mayores. Este elemento distorsiona parcialmente el sentido ideológico del voto. En zonas como Galiza, con una gran dispersión poblacional (y en consecuencia con multitud de pequeños municipios) este aspecto distorsionador está más presente. Sin embargo, y siendo conscientes de que las elecciones son tan solo un reflejo deformado de la correlación de fuerzas en la sociedad, creemos que hay tendencias generales que sí podemos concluir de las elecciones del 27-M.

1-El giro social a la izquierda en Galiza sigue reflejándose en el terreno electoral

2-La tendencia estatal a la abstención ante el desencanto con las políticas socialdemócratas se expresa también, aunque aun de forma moderada, en Galiza.

3-En muchos concellos, los trabajadores y jóvenes han castigado a los partidos de la izquierda gobernantes, votando a otro partido de la izquierda

Retroceso del PP

El PP ha cosechado un nuevo retroceso en Galiza en estas elecciones municipales. En términos totales, ha perdido casi 40.000 votos, al pasar de 695.422 votos obtenidos en 2003 a los 656.195 de ahora, lo que supone la pérdida de 1,65 puntos porcentuales. La suma de votos de PSdeG-PSOE y BNG supera ahora en más de 137.000 votos al PP y le saca 8,3 puntos porcentuales de ventaja (48,19% de votos para la izquierda frente a 39.84% del PP).

La derrota del PP queda además reflejada muy gráficamente en un dato: No gobernará ninguna ciudad (perdiendo de esta vuelta además de Ferrol y Vigo, -donde gobernaba en minoría- uno de sus feudos: Ourense). A esto hay que añadir el impresionante dato de que el PP tan sólo gobernará en 4 de los 30 municipios más poblados de Galiza. El mayor municipio que tendrá alcalde del PP (y por menos de 40 votos) será Ribeira (27.000 habitantes). Las alcaldías del PP tan sólo alojarán al 24% de los gallegos. Se trata de una expulsión masiva del poder municipal.

En el año 2003 la izquierda superó, por primera vez desde 1989, a la derecha en número de votos en Galiza. Entonces el PP de Fraga intentó ocultar esta realidad parapetándose en el hecho de que mantenía la mayoría de sus alcaldías (en especial la de la simbólica Muxía). La realidad era otra, y en esta ocasión sólo ha hecho falta un pequeño empujón al PP para que el giro electoral a la izquierda emprendido entonces, se reflejase también en un giro en el terreno de las instituciones burguesas.

Villas y pueblos siguen el camino marcado por la ciudad

Tras las elecciones de 2003 escribíamos: "son las ciudades las que marcan el ritmo de los acontecimientos y el camino que posteriormente tomará el conjunto de un país" (Documento de El Militate "Unha análise marxista do desastre do Prestige", página 3.) En estas elecciones municipales hemos asistido precisamente a este proceso; villas y pueblos han emprendido el camino iniciado tiempo atrás por las ciudades.

Es cierto que el PP ha logrado recuperar votos en las ciudades (ver cuadro), pero la diferencia a favor de la izquierda aquí sigue siendo muy notoria, de cerca de 70.000 votos y 13 puntos porcentuales.

Votos y porcentaje en 2007, por tamaño del municipio.

2007 Ciudades Villas Entre 5 y 10 mil Menos de 5000

                Votos % Votos % votos % votos %

P.P           201.653 /37,98 197.727 35,44 108.574 42,48 146.503 48,86

PSdeG     171.980 32,39 146.880 26,32 71.107 27,82 85.746 28,6

BNG 98.398 18,53 120.420 21,58 47.887 18,74 48.948 16,33

Diferencia 68.725 12,94 69.508 12,31 10.420 4,08 -11.809 -3,93

izquierda-derecha

En el cuadro anterior se observa cómo cuanto menor es el tamaño del municipio, más porcentaje de voto consigue la derecha. Cuanta menor composición de asalariados tiene un concello, cuanto mayor es el peso de la pequeño burguesía rural, más votos obtiene la derecha.

En 2007, la única franja de población donde el PP supera a la izquierda es la de municipios con menos de 5.000 habitantes. El PP se está convirtiendo a buen ritmo en el partido de las aldeas y sólo de las aldeas. E incluso aquí, a pesar de su mayoría, el retroceso ha sido muy fuerte; de hecho, porcentualmente es en los municipios pequeños donde más ha descendido el PP, tal y como se observa en el siguiente cuadro.

Variación en votos y puntos porcentuales entre 2007 y 2003 por tamaño del concello

Variación ciudades Villas Entre 5 y 10 mil Menos de 5000

votos puntos Votos puntos votos puntos Votos puntos

P.P 22.722 6,08 - 27.297 -4,29 -14.972 -5,16 -27.341 -5,43

PSdeG -11.562 -0,34 12.824 2,66 9.277 3,98 8.416 4,45

BNG -29.346 -4,25 10.456 2,17 2.534 1,25 4.403 2,42

Variación -63.630 -10,67 50.577 9,12 26.783 10,39 40.160 12,30

diferencia izquierda-derecha

Feijoo hace ruido con la recuperación de votos en las ciudades, pero esta no significa un cambio de tendencia. En realidad, el 90% de los más de 22.000 votos que el PP aumenta en las ciudades se deben exclusivamente a Vigo y A Coruña. En la ciudad olívica su aumento se debe en más de un tercio a la absorción de votos de la derecha populista del Partido Galeguista y el resto, probablemente, a sectores de capas medias y trabajadores atrasados, "molestos" con los continuos enfrentamientos PSdeG-BNG en el Concello

En A Coruña, el aumento de votos del PP se debe al de sobra conocido histórico préstamo de votos de la derecha al derechista Paco Vázquez (PSdeG). Una vez desaparecido éste de escena, los votos vuelven a casa.

En el resto de ciudades, el PP retrocede en dos (Ferrol y Ourense), gana algo en otras dos (Vilagarcía y Pontevedra) y suman un puñado insignificante de votos en Compostela (182 votos) y Lugo (365 votos).

Ciertamente, en 2003 el resultado del PP en las ciudades fue anormalmente bajo. En realidad sectores naturales de su base social (la pequeño burguesía urbana) se abstuvieron, impresionados por la movilización contra el prestige y decepcionados con su partido tradicional. En 2007 estos sectores sí acudieron a las urnas. De cualquier forma, las ciudades siguen siendo mayoritariamente de izquierdas y es en ese ámbito donde la izquierda aventaja más a la derecha, sacándole 13 puntos porcentuales.

Lo que en realidad es llamativo en estas elecciones es el fortísimo retroceso del PP en villas y pueblos, donde pierde casi 70.000 votos. En 2003 la derecha superaba a la izquierda en Villas y municipios de entre 5.000 y 10.000 habitantes. Ahora esta situación se ha invertido. Ese es el cambio reseñable: el giro a la izquierda ha llegado también, y con fuerza, al rural.

La situación social en Galiza

Como ya hemos analizado en otros materiales, la situación social en Galiza se caracteriza por un profundo giro a la izquierda desde hace más de un lustro. La hondísima movilización social que aconteció desde 2001 (Huelga general gallega del 15-J, Lucha contra la LOU, lucha contra la Guerra de Irak, Prestige...) dio paso a un periodo de cierta calma tras la victoria electoral del PSOE en el Gobierno Central y Autonómico. Como explicamos, esta aparente calma se combinaba con una fuerte predisposición a la movilización. (ver

http://www.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=2910)

Desde 2006, y especialmente en 2007, Galiza vive un incremento importante de la conflictividad laboral. Limpieza, enseñanza, metal, naval, sanidad, construcción, telemárketing... Muchos son los sectores que han ido a la huelga en los últimos meses, siendo además, la combatividad y el seguimiento masivo una de sus características más reseñables. El giro a la izquierda, que adoptó la forma de manifestación de masas, comienza a expresarse ahora en el frente sindical.

De momento, este impulso por abajo sigue garantizando a los partidos de la izquierda buenos resultados electorales.

Por otro lado, el giro hacia la extrema derecha por parte del PP, que en otras zonas del Estado le está permitiendo mantener a su base social unida y movilizada, no tiene los mismos efectos en las nacionalidades oprimidas. En el caso de Galiza, el discurso del PP estatal crea tensiones entre la derecha. La perspectiva de una escisión "galleguista" del PP (quizá en torno a TEGA), que los marxistas hace tiempo que pronosticamos, cobra fuerza.

La suma de estos dos factores (impulso por bajo y españolismo del PP) dan todavía un margen de maniobra a los dirigentes reformistas, para poder seguir avanzando electoralmente. Pero estos factores comienzan a verse contrarrestados por otro: la incapacidad del reformismo para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores gallegos.

Los límites del reformismo sin reformas

Como hemos analizado, en el conjunto del Estado español, la política de los dirigentes del PSOE e IU impide movilizar electoralmente todo el potencial de la izquierda. En la medida en que los grandes problemas de los trabajadores como la vivienda y las condiciones laborales están muy lejos de haber sido resueltas o tan sólo mejoradas allí donde gobierna la izquierda, la tendencia está siendo a la de un gran incremento de la abstención por parte de los jóvenes y trabajadores. En Galiza, la "longa noite de pedra" que supuso la era Fraga, unido al poco tiempo que ha transcurrido desde la llegada de la izquierda a la Xunta, provocan que esta tendencia no sea aun muy acentuada. Pero lo ocurrido en el conjunto del Estado, y muy especialmente en Catalunya, debería hacer reflexionar a los dirigentes del PSdeG y BNG.

La gran mayoría de los jóvenes y trabajadores gallegos no han visto mejoradas sus condiciones de vida desde que el PP fue desalojado de la Xunta. Este hecho comienza a expresarse ya, en forma de aumento de la conflictividad y también en forma de abstención en las zonas obreras.

El Bloque Nacionalista Galego.

En otros materiales hemos analizado a fondo el proceso de "giro al centro" por parte del BNG y las consecuencias que de ello se derivan.

Si el Bloque avanzó espectacularmente en el pasado se debió a su perfil claramente más combativo que el del PSdeG entonces. Con el perfil combativo mucho más difuminado, como el que hoy presenta la dirección del Bloque, esos votos están volviendo al PSdeG.

El BNG ha desacelerado en estas elecciones el constante proceso de pérdida de votos. Pero su avance en Villas y pueblos no puede ocultar el serio hecho de que en las ciudades ha perdido casi 30.000 votos. Especialmente significativo es que el BNG retroceda severamente en aquellos municipios en los que gobierna o ha gobernado, como es el caso de Ferrol, Pontevedra, Vigo, Fene y As Pontes. Es en estos municipios donde su descenso es además más acentuado. Todo indica que las grandes expectativas que el Bloque generó durante años entre la izquierda gallega se han, cuando menos reducido muy notablemente, al suspender la prueba de la práctica. El lenguaje combativo no es suficiente. Ganar la confianza de los trabajadores exige aplicar un programa que resuelva realmente los problemas de la clase allí donde se Gobierna. Es en ese terreno, donde la política reformista de la dirección del BNG hace aguas.

Mención especial merece la comarca de Ferrolterra. Parece evidente que –junto al cambio de postura del Bloque en relación a Reganosa- los espectaculares retrocesos del BNG en Ferrol (perdiendo el 66% de sus votantes) y Fene (-36%) guardan una estrecha relación con la propuesta, totalmente inaceptable, de la dirección nacionalista de privatizar el astillero de Astano.

Por último, tampoco la campaña electoral ayudó en lo más mínimo a recuperar el perfil combativo. El lema de "Ferrol pensado para ti", "A Coruña pensada para ti", etc, recordaba más a un folleto turístico que a una campaña electoral de una organización de izquierdas.

Trasvase de votos dentro de la izquierda.

Junto al ya señalado proceso de incremento de la abstención, en estas elecciones también se ha dado otro proceso (desde luego no generalizado, pero si destacable): el trasvase de votos de una a otra candidatura de la izquierda, como forma de castigo por la izquierda al partido que posee la alcaldía. Junto al trasvase ya señalado del BNG al PSdeG (y del BNG a IU, en el caso de Ferrol), hemos tenido también trasvase de votos del PSdeG al Bloque en Porto do Son, Rianxo, Rivadeo y otros, y del PSdeG a IU en Cambre y Vilagarcía, por señalar los más importantes.

Este fenómeno es importante, ya que expresa una actitud mucho más militante por parte de los trabajadores que el castigar a la izquierda con la abstención, que sin embargo sigue siendo lo predominante.

Conclusiones

El PP ha sufrido un importante varapalo en Galiza. El hecho de que sea desplazado de la práctica totalidad de los ayuntamientos de cierta importancia es un dato muy significativo que además expresa contundentemente cómo lo más avanzado del país ha dado la espalda a la derecha. Con todo, no debemos dejarnos deslumbrar. La izquierda ha tenido un avance moderado en términos absolutos, y la abstención se ha incrementado en Galiza en 3,3 puntos porcentuales en relación a 2003. En todas las ciudades ha aumentado la abstención y en general por encima de la media gallega. Sólo en Ourense ésta desciende, siendo esta ciudad, no por casualidad , dónde más cae la derecha.

Las elecciones son también una advertencia: si los problemas de la clase trabajadora gallega siguen sin ser resueltos, la abstención entre la izquierda aumentará permitiendo al PP mejorar su complicada situación.

En manos de las direcciones del PSdeG y el BNG está cerrar definitivamente el camino al PP. Pero esto pasa por provocar un cambio real en Sanidad, educación, empleo y Vivienda, terrenos todos en los que sólo es posible avanzar plantándole cara a los grandes empresarios, empezando por la burguesía gallega. Los beneficios de las principales empresas del país se han disparado en los últimos años pero nuestra clase social no ha recibido ni tan siquiera las migajas de este festín. La inacción de la Xunta es lo que explica también el incremento huelguístico al que estamos asistiendo. Ese es el camino. Si la Xunta no gobierna para los trabajadores, será necesario obligarle a ello.

La decepción con la Xunta puede no sólo provocar abstención sino también un paso al frente de la clase. Hay elementos que refuerzan esta conclusión Ese escenario dejaría en evidencia la incapacidad de la política reformista que aplica PSOE y BNG y ayudará a la penetración de las ideas del marxismo revolucionario entre los trabajadores.

 

 

 

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