El pasado 9 de octubre a las 12:00h tuvo lugar una concentración convocada por los sindicatos CCOO, UGT, Sindicato Libre, CSIF y CGT en la central de Correos de la calle Conde de Peñalver. Esta movilización fue apoyada por la Plataforma de Trabajadores de Correos. Este tendría que ser el primer paso en un calendario de movilizaciones que no debería cesar hasta que la empresa de marcha atrás en sus propósitos de destruir puestos de trabajo.

La empresa no satisfecha con la cantidad de ataques que nos ha colado en los últimos años con el fin de deteriorar nuestras condiciones laborales para su propio beneficio, nos anuncia la intención de suprimir el turno de tarde en los distritos 9, 11, 45 y 47. En estos distritos no falta trabajo y tampoco debe sobrar ningún cartero. En el distrito 47 hay escasez de plantilla y correo certificado amontonado y acumulado, que es precisamente lo único que se trabaja por la tarde. Y la empresa tiene la poca vergüenza de en vez de aumentar la plantilla, reducirla.

Esto es un ejemplo más del aumento de la flexibilidad laboral que impera en las empresas. Correos quiere imponer la movilidad a los carteros a su antojo e incluso eliminar puestos de trabajo.

El único fin de la empresa es acabar con el turno de tarde en todos los distritos, y no lo quieren hacer de una vez sino como hasta ahora, poco a poco e intentado que no nos demos casi cuenta y disimuladamente para encontrarse la menor oposición posible.

Llevan años quitando por todo el Estado los turnos de tarde y los que quedan tiene una escasa plantilla, al trabajar únicamente los certificados, porque actualmente no se trabaja como antes cuando en ambos turnos todas las secciones tenían cartero para correo ordinario normal y certificados.

El pasado 9 de octubre a las 12:00h tuvo lugar una concentración convocada por los sindicatos CCOO, UGT, Sindicato Libre, CSIF y CGT en la central de Correos de la calle Conde de Peñalver. Esta movilización fue apoyada por la Plataforma de Trabajadores de Correos. Este tendría que ser el primer paso en un calendario de movilizaciones que no debería cesar hasta que la empresa de marcha atrás en sus propósitos de destruir puestos de trabajo cerrando cuatro turnos de tarde; lo cual significaría a su vez una disminución de la calidad del servicio postal, ya que se repartiría diariamente lo mismo o más con una plantilla mucho mas reducida mediante el trabajo a destajo que desgraciadamente impera en Correos. Este no es más que otro episodio en la carrera por la privatización de la empresa que tanto ansían los empresarios.

La próxima movilización tendrá lugar el domingo 28 de octubre a las 12.00h. en una concentración convocada por la Plataforma de Trabajadores de Correos cuyo lugar aun esta por confirmar.

Llueve sobre mojado

Los trabajadores de Correos hemos sufrido un empeoramiento de las condiciones de trabajo en los últimos años mientras la empresa ha aumentado sus beneficios multimillonarios.

Funcionarios en Correos:
El personal funcionario de Correos es el peor pagado de todo el sector de funcionarios del Estado, además es el que tiene menos derechos y el régimen disciplinario más rígido. Ésta es la consecuencia de la peculiar situación de tener a funcionarios en una Sociedad Anónima. Creemos que este problema no se soluciona gestionando el traslado de los funcionarios de Correos a Ministerios y a las administraciones públicas. Con esta política no se consigue ningún avance en la lucha por equiparar los derechos y condiciones laborales de los funcionarios de Correos a los del resto. Es más, fomentar estos traslados facilita el proceso de privatización.
En la actualidad hay 35.000 funcionarios trabajando en Correos. En 1999 la empresa negó la posibilidad de cubrir más plazas con personal funcionario y desde entonces todos los empleados que han aprobado una oposición pasan a trabajar como Personal laboral fijo, con menos derechos que los funcionarios. Incentivando así conscientemente las diferencias entre la plantillas, introduciendo entre otras cosas un elemento desmovilizador.

Empleos precarios:
El personal temporal es el que tiene las peores condiciones laborales. No tienen casi ninguno de los derechos del resto de la plantilla: carecen de derecho al disfrute de los días de asuntos propios, muchos de ellos no pueden hacer horas extras, otros tampoco tienen derecho a algunas de las pagas y retribuciones extra, y ninguno tiene derecho al disfrute de vacaciones. Su situación es muy precaria, pueden ir a la calle en cualquier momento y la empresa se reserva el derecho a no contratarte jamás si osan a protestar por su pésima situación. Ni siquiera se les suministra el clásico uniforme de Correos.

Con la actual forma de contratación temporal (bolsas de empleo) en el caso de estar en el paro y rechazar puntualmente un puesto de trabajo en Correos porque, por ejemplo, éste se encuentre muy lejos de tu domicilio, inmediatamente decaes de las bolsas de empleo y nunca más te dejarán trabajar en la empresa. Antes tenías mas libertad de escoger y de esperar una nueva propuesta
Al personal rural cada vez con mayor frecuencia le exigen que aporte local y vehículo, lo cual ahorra dinero a la empresa.

Según cálculos del sindicato  CGT, en los últimos diez años los trabajadores de Correos han perdido un poder adquisitivo valorado en 200 euros al mes, mientras que la productividad (número de envíos por trabajador) aumentó en el mismo periodo un 29%.
Seguimos sin cláusula de revisión salarial, las bajas médicas comienzan a ser penalizadas de forma escandalosa, se abarata el despido colectivo, disminuyen las ayudas de acción social, se endurece el régimen disciplinario y un largo etcétera.

Proceso de privatización:

Una importante empresa pública con beneficios y con una plantilla de 65.000 trabajadores, desgraciadamente de momento va camino de convertirse en una empresa privada.
¿Quién ha decidido esto? ¿Por qué pasan por alto la opinión de la plantilla y a quién beneficia?
La privatización no beneficiaría en nada a los trabajadores. No tardaríamos en perder los pocos derechos que aún mantenemos y nuestros sueldos se ajustarían a la baja con respecto a los del sector privado, mientras que nuestra jornada laboral se ajustaría al alza. No tardaría la aparición de contratas, subcontratas y ETTs.
Tampoco beneficiaría a nadie en lo que se refiere a precios, tarifas y servicio público (aunque ya en los últimos 10 años han aumentado un 32,2%). Con el correo privatizado pagaríamos distintos precios según donde viviésemos y se recortaría drásticamente el derecho al Servicio Postal ya que la empresa privada únicamente aceptaría realizar el servicio rentable, por lo que le sobrarían, entre otras, las oficinas deficitarias del ámbito rural. Se reduciría el número de oficinas de cada barrio, pueblo o ciudad. Con un Correos privatizado tendremos que pagar más o menos según donde vivamos y a dónde realicemos el envío.

Todo esto tendría drásticas consecuencias para la plantilla, y aun estaríamos peor que ahora (que ya es decir), el fin de los servicios postales no rentables dejaría sin trabajo y con un futuro incierto a miles de trabajadores.
Además, los beneficios millonarios de una empresa pública pasarían a los bolsillos de los empresarios que consigan hacerse con el control de Correos. Esta es la cuestión, los capitalistas y el gobierno quieren privatizar Correos porque es una empresa que gana demasiado dinero para que sea explotada por el Estado.
Tenemos que oponernos rotundamente a la privatización, la lucha no pasa por "reconducir el proceso", sino por oponerse rotundamente a él. Tampoco se puede limitar a "negociar los plazos y las formas". Todos los sindicatos tienen el deber de tratar de impedir la privatización.

Esta lucha concreta contra la supresión del turno de tarde en los distritos 9, 11, 45 y  47, es necesario abordarla teniendo en cuenta todos estos elementos globales de la estrategia de la empresa y de los intereses generales de los trabajadores de correos, ya que es otro paso que los gestores de correos quieren dar en el camino antes explicado.

Los sindicatos tienen la obligación de preparar una respuesta contundente. En primer lugar en esta lucha concreta es necesario un plan de lucha unificado para estos distritos. Movilizaciones unificadas, evitando que cada distrito haga la guerra por su cuenta.

Los sindicatos deben proponer un plan de movilizaciones y deben demostrar que están dispuestos a luchar hasta donde haga falta para conseguir nuestras justas reivindicaciones.

Y desde el punto de vista de la situación general de correos, todos los ataques que lance la empresa deben de tener una respuesta contundente por parte de los sindicatos, iniciando una campaña de información y agitación en todos los centros de trabajo, denunciando que estas son las consecuencias del proceso de privatización y que se deben realizar las movilizaciones que sean necesarias, así podremos frenar los ataques de la empresa.

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