El gobierno del PSOE respalda la salvaje actuación de la dictadura marroquí
Un piquete pacífico de varios activistas de la asociación Sahara Acción que reivindicaban el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui en El Aaiún fue duramente reprimido por la policía marroquí de paisano el pasado mes de agosto, cuando al menos seis de ellos recibieron golpes en cabeza, cuello y tórax y catorce fueron detenidos. La única base de la policía para justificar su brutal agresión fue que era una manifestación ilegal; el gobierno del PSOE de forma escandalosa se ha conformado con estas explicaciones y ha rehusado abrir cualquier investigación para aclarar los hechos y pedir responsabilidades.

El gobierno del PSOE respalda la salvaje actuación de la dictadura marroquí

Un piquete pacífico de varios activistas de la asociación Sahara Acción que reivindicaban el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui en El Aaiún fue duramente reprimido por la policía marroquí de paisano el pasado mes de agosto, cuando al menos seis de ellos recibieron golpes en cabeza, cuello y tórax y catorce fueron detenidos. La única base de la policía para justificar su brutal agresión fue que era una manifestación ilegal; el gobierno del PSOE de forma escandalosa se ha conformado con estas explicaciones y ha rehusado abrir cualquier investigación para aclarar los hechos y pedir responsabilidades.
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Juan Pablo de la Iglesia, dio por cerrado el conflicto dado que, según él, el gobierno no cuenta con elementos que "avalen" la versión de los activistas agredidos. Además, eximió públicamente al gobierno marroquí al decir que "todo parece indicar" que las lesiones se las produjeron grupos que no estaban de acuerdo con las protestas y que "lo que está fuera de toda duda" es que los activistas participaron en una manifestación ilegal "en la que se produjeron altercados" apelando a "respetar la legislación vigente en el extranjero". Y en el colmo del cinismo, la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, cuando las brutales imágenes de malos tratos daban la vuelta al mundo, seguía afirmando que no se habían confirmado los malos tratos por parte de la policía marroquí. Según denuncias publicadas en distintos medios de comunicación, la represión se extendió a la población saharaui durante toda la noche. La policía antidisturbios cercó las calles, incluso hubo casos de allanamiento de viviendas y destrucción total del interior de las mismas. Los agentes represivos prohibieron la circulación de personas y vehículos y hubo decenas de detenidos.

Los intereses materiales prevalecen sobre los derechos democráticos

La larga historia de sufrimientos del pueblo saharaui ha generado durante décadas la solidaridad de gentes vinculadas a IU, PCE, PSOE, asociaciones vecinales varias y ayuntamientos enteros. Personas que denuncian la injusticia a que son sometidos cotidianamente los saharauis y que sienten la responsabilidad del Estado español sobre el abandono y el silenciamiento en que malviven los saharauis, y que están dispuestos a luchar para devolver la dignidad a ese pueblo.
Los intereses del Estado español como colonizador del Sahara Occidental han experimentado altibajos a lo largo de los años, dependiendo de cuántos recursos naturales es capaz de extraer el paupérrimo capitalismo español de su posesión; así pasó de ser un simple círculo de contención contra el imperialismo francés a principios del siglo XX a convertirse en una pieza con valor por sí misma gracias a sus recursos pesqueros y minerales (fosfatos, principalmente). A partir de mediados de la década de los 70, el régimen de Franco tuvo que retirarse del Sahara debido a las presiones internacionales y a su propia debilidad, e incluso llegó a prometer un referéndum de autodeterminación (que no se realizó ya que Marruecos nunca acepta el censo). La monarquía marroquí ha demostrado repetidas veces que no está dispuesta a tolerar el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui ya que supondría renunciar a sus planes de anexión del territorio, y cuando vio la oportunidad de garantizar su predominio sobre el Sahara frente a un régimen moribundo como el franquismo, inició una invasión del territorio y una represión inusitada sobre la población saharaui provocando miles de desaparecidos, encarcelados, torturados, y cientos de miles de refugiados en campos de Argelia que malviven soportando las condiciones más extremas sin garantías sobre alimentación, sanidad o educación.
El régimen franquista accedió a renunciar al Sahara con la firma por parte de Arias Navarro del acuerdo tripartito de Madrid (entre Marruecos, Mauritania y Estado español) en noviembre de 1975. Desde entonces el reino de Marruecos mantiene la ocupación mientras los distintos gobiernos españoles han guardado el más vergonzoso silencio sobre el abuso del gobierno marroquí contra los saharauis.

El reino marroquí, el reino del terror

El régimen de Marruecos entre otros atropellos mantiene cárceles secretas, impide la libertad de expresión, detiene y tortura a los sindicalistas y dirigentes estudiantiles tanto marroquís como saharauis. La prioridad del actual gobierno español está siendo mantener una buena relación diplomática con la dictadura monárquica de Marruecos, aunque el precio a pagar sea la seguridad de los ciudadanos españoles comprometidos con la defensa de los derechos democráticos del pueblo saharaui y, sobre todo, de la propia población marroquí y saharaui que es la que sufre cotidianamente las consecuencias de la dictadura marroquí.
El último ejemplo son las declaraciones del propio Zapatero a raíz de la salvaje represión de finales de agosto, cuando dijo: "es un principio esencial de la política exterior" del gobierno español el "mantener una buena relación con un país vecino como Marruecos, con el que compartimos muchos intereses". Por supuesto, esos "intereses" hacia Marruecos son los negocios de las grandes empresas y de los capitalistas españoles y excluyen a los trabajadores saharauis y a los marroquís que sobreviven en condiciones de hacinamiento y pobreza tanto en su país como en el Estado español.
Ahora, a la vez que el gobierno del PSOE esconde la cabeza ante la cruda realidad de los saharauis, pone el grito en el cielo por la situación de los disidentes cubanos y acoge a los que son excarcelados, demostrando que tiene un doble rasero para valorar el ataque a los derechos humanos dependiendo de la diferente estrategia diplomática con cada país. ¿Acaso valen menos los derechos humanos de los saharauis y sus defensores cuando luchan por el derecho básico como pueblo a la autodeterminación que los derechos humanos de encarcelados cubanos que, como se ha demostrado son presos con delitos comunes o que mantienen una actividad de espionaje al servicio de EEUU con el único fin de sabotear al Estado cubano?¿El gobierno español no tiene nada que decir sobre los presos políticos saharauis y marroquís en las cárceles de Marruecos?
En los últimos años, el gobierno español no sólo ha abandonado al pueblo saharaui a manos del depredador régimen alauita, sino que le ha ayudado activamente a seguir masacrándolo a través de la venta de armas como bombas de fragmentación y torpedos ligeros MK-46, contraviniendo la legislación española que prohíbe la venta de armas a países que no respeten los derechos humanos; también ofrece financiación al reino de Marruecos camuflándola demagógicamente como cooperación al desarrollo y da cobertura moral a toda su política criminal. 

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