La familia Ruiz Mateos debe responder con su patrimonio y ser juzgados por estafa

A finales de marzo CCOO y UGT llegaban a un acuerdo con la familia Ruiz Mateos y el Gobierno mediante el cual todos los trabajadores de las empresas de Nueva Rumasa entrarían en un ERE y pasarían a cobrar del Estado durante un periodo máximo de casi un año, estuvieran sus empresas o no en quiebra. Además, la reestructuración del grupo exigirá el despido de entre 500 y 1.000 trabajadores. De nuevo el dinero público acude al rescate de empresarios como Ruiz Mateos.

Los datos demuestran el calado y la profundidad de esta quiebra. Hace un año las empresas de Nueva Rumasa dejaron de pagar a la Seguridad Social, acumulando una deuda de más de 45 millones de euros, otros 700 millones de deuda financiera y 100 más captados a inversores a través de los famosos pagarés. Este grupo es un enjambre de más 117 compañías y con cerca de 10.000 trabajadores según la propia empresa.
Pero esto ya había ocurrido antes, el 23 de febrero de 1983 el gobierno de Felipe González se ve obligado a expropiar al grupo Rumasa, con 18 bancos y cerca de 400 empresas, por el descubrimiento de una contabilidad “B” con más de 650 millones de euros de agujero patrimonial, 120 millones de deuda fiscal y tributaria y una peligrosa concentración de riesgos en sus bancos. Pero no eran las primeras alarmas, ya desde 1978 el Banco de España venía alertando de esta situación. La consolidación y auge de este holding se gestaron en pleno franquismo. Ruiz Mateos siempre tuvo el apoyo de la banca, muchos de cuyos directivos eran miembros del Opus Dei, como él.
Ruiz Mateos huye a Inglaterra y posteriormente a Alemania donde es detenido y extraditado. Finalmente, apenas pisó la cárcel y con los capitales que tenía en el extranjero inició su nueva andadura empresarial y política ya que incluso logró ser elegido diputado para el Parlamento Europeo para entorpecer sus causas judiciales. Jamás tuvo que responder con su fortuna personal del enorme desembolso que tuvo que hacer el Estado y además se le permitió empezar de nuevo su carrera empresarial, esta vez acompañado de sus hijos y de los préstamos del Banco Santander, que alcanzan los 300 millones.

La estafa piramidal

El actual grupo Nueva Rumasa no es un holding, no hay una empresa matriz que dirija todo, pero en el fondo todo estaba interconectado, la propiedad de empresas de alimentación con cierto nombre en el mercado eran las que se ponían como avales para obtener más préstamos y seguir comprando más empresas, la llegada de la familia Ruiz Mateos a una nueva empresa no significaba más inversión sino el saqueo de la tesorería para pagar deudas anteriores, han sido precisamente las marcas más conocidas comercialmente como Clesa o Dhul las que más deudas con la banca tienen, con 79 y 20 millones de euros respectivamente. En una espiral de préstamos para comprar más empresas que se retroalimentaba a sí misma, empezaron los problemas de liquidez que intentaron superar con la enorme campaña publicitaria destinada a obtener inversores por medio de pagarés con una rentabilidad del 8 y del 10%, y con los que consiguió cerca de 100 millones de euros. Una gigantesca estafa piramidal con dinero en paraísos fiscales y generosos préstamos de la respetable banca española que no tiene ningún empacho en financiar a esta familia de “emprendedores” empresarios.
Podemos ver, a través de la correspondencia que mantuvieron Ruiz Mateos y directivos del Banco Santander, cuál es la realidad del libre mercado y de los negocios. Textualmente Ruiz Mateos afirma: “quiero que sepas que mucha de la publicidad y comentarios que salen en los medios de comunicación, sobre inversiones y puestos de trabajo, forman parte del marketing de cara a la opinión pública, pues a la hora de la verdad… cuando llevamos a efecto alguna operación mercantil, es porque recibimos más de lo que invertimos… los tiempos no están para invertir sino para recoger”. Toda una declaración de principios, de quién la da y de quién la escucha.
Finalmente varias de las empresas más emblemáticas han entrado en proceso concursal, antigua quiebra, porque las deudas a proveedores, ganaderos y a la seguridad social han alcanzado proporciones gigantescas. Son decenas de miles los empleos afectados y muchas las empresas que serán liquidadas a precio de saldo con la consiguiente pérdida de empleos.
El papel de los dirigentes de CCOO y UGT ha sido afrontar esta cuestión como si hubiese ocurrido en una empresa pequeña, no han movilizado a los trabajadores hasta que los impagos de nóminas habían alcanzado en algunas empresas varios meses y, finalmente, han alcanzado un acuerdo con Ruiz Mateos para firmar un ERE. Esa no es la alternativa, probablemente muchas de las empresas sean cerradas y liquidadas en el proceso concursal. Los dirigentes sindicales de CCOO y UGT deberían exigir la nacionalización de todo el grupo sin indemnización, que la familia Ruiz Mateos responda con sus bienes y patrimonio y su enjuiciamiento por estafa.

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