marcha_minera_portadaDesde hace varias semanas, los mineros están protagonizando una dura lucha contra la pretensión del gobierno del PP de recortar en más de un 60% las ayudas pactadas al sector en anteriores acuerdos. Esta medida pone en peligro unos 40.000 empleos en todo el estado, y supone en la práctica el cierre de la minería y el fin de las comarcas mineras. Ante esta situación, los trabajadores han salido a la calle a defender con uñas y dientes los puestos de trabajo amenazados, a la vez que exigen una solución general para estas comarcas, duramente castigadas por la desindustrialización y las sucesivas reconversiones. El coraje que están demostrando los mineros para luchar contra estos ataques es una condición imprescindible para alcanzar la victoria, pero junto con esa voluntad de lucha es necesario un plan que contemple, no sólo en la extensión y el endurecimiento de las movilizaciones, sino también en la elaboración de un programa que permita defender con coherencia los intereses de los trabajadores, preservar los puestos de trabajo y atraer a otros sectores en conflicto, unificando las luchas.

En realidad, la huelga en la minería ya ha tenido unos efectos electrizantes entre muchos trabajadores y jóvenes, no sólo de las comarcas afectadas, sino en todo el estado. La masiva manifestación en Madrid, con más de 10.000 trabajadores del sector y simpatizantes, cortes de carretera y barricadas diarias, duros enfrentamientos con la policía como la que ya se conoce como “la batalla de Santa Cristina de Lena”, decenas de detenidos, encierros en los pozos Candin y Santiago en Asturias y Santa Cruz en León, y diversas manifestaciones y concentraciones de solidaridad en distintas localidades para reclamar un futuro digno para las comarcas mineras, han puesto el foco de atención una vez más sobre los mineros, como un ejemplo de lucha y determinación a la hora de defender los puestos de trabajo.

El gobierno no es tan fuerte, los trabajadores lo somos más

mineros_pancartaLa lucha minera se da hoy en un contexto de creciente contestación contra las medidas de gobierno del PP, a las que los trabajadores y los jóvenes estamos respondiendo cada vez que tenemos ocasión, de una manera masiva. Así sucedió con la Huelga General contra la reforma laboral, en las luchas contra los recortes educativos o sanitarios o más recientemente, en las masivas movilizaciones del aniversario del 15-M.
Las recientes derrotas electorales en Asturias y Andalucía son también el reflejo del rechazo a estas brutales medidas  antisociales. De hecho, pese a su mayoría absoluta parlamentaria, el gobierno cada vez se encuentra más aislado socialmente. La actual crisis financiera y el coste del rescate de la UE no harán sino debilitar aún más su posición. Incluso un sector de su base social, perteneciente a las llamadas capas medias, está viendo defraudadas con rapidez sus expectativas sobre la “capacidad” del PP para resolver la crisis.
Así las cosas, la dureza e intransigencia del PP a la hora de rectificar sus medidas, no viene determinada por su fortaleza, sino por la necesidad imperiosa que tienen, en un contexto de agravamiento de la crisis económica, de preservar los intereses de los banqueros y los grandes capitalistas a costa del saqueo a la clase trabajadora. Además, precisamente por el rechazo masivo a sus políticas, quieren evitar a toda costa cualquier gesto que pueda ser interpretado como una señal de “debilidad” y, en consecuencia, animar a más sectores a la lucha.
Ellos son muy conscientes que, en las actuales circunstancias, el ejemplo de la minería podría impulsar aún más las luchas e incluso desencadenar una cascada de movilizaciones de otros colectivos claramente amenazados como RENFE y FEVE, las últimas empresas en el punto de mira del gobierno para ser privatizadas. Por encima de visiones fatalistas, que ponen una y otra vez el foco de atención en la “debilidad” de los trabajadores para enfrentarnos a los ataques y pararlos, desde El Militante estamos convencidos de que existen las condiciones y la fuerza suficientes para ganar esta batalla.
marcha_mineros_leon_2Ahora bien, hay que señalar que, bajo nuestro punto de vista, una de las principales palancas para hacer avanzar el conflicto, era precisamente la unificación con el transporte,  aprovechando la huelga indefinida en el sector. De hecho, entre los trabajadores, el instinto de unidad era tan natural que en varias intervenciones de la asamblea del transporte se propuso esta unidad de acción, que fue sistemáticamente ignorada por los dirigentes de CCOO y UGT. Finalmente, el pasado viernes 8 de mayo, la huelga del transporte fue desconvocada, tras firmar un acuerdo que implica nuevos retrocesos para los trabajadores, dilapidando en nuestra opinión el tremendo potencial de lucha que existía.
La coincidencia en el tiempo de la huelga indefinida de la minería y el transporte, tenía una importancia inmensa de cara a mostrar la fuerza de los trabajadores y habría dado un impulso tremendo a las movilizaciones, reforzando en todo caso las posiciones frente a la patronal y al gobierno, tanto de los trabajadores del transporte como de los de la minería.
Pero aún más importante, hubiera podido organizar en torno a sí a otros sectores en conflicto,  como los profesores interinos, que a partir del lunes 11 comenzaron una huelga indefinida en protesta por los despidos que provocarán los recortes del gobierno.
Al margen de que se haya desaprovechado una gran oportunidad, la idea principal sigue siendo totalmente cierta: toda la situación empuja a la unidad y a la extensión de las luchas. No hay ningún motivo para mantener separados los distintos conflictos.

Unidad entre sectores, pero también entre organizaciones sindicales

mani_mujeres_minerosLa unidad de los trabajadores es una necesidad vital en cualquier conflicto, y mantener la división sindical por arriba, en base a diferencias secundarias es un crimen que conduce al desastre a cualquier lucha. Lamentablemente, la ruptura de la unidad sindical entre CCOO y el SOMA-UGT, se ha escenificado en demasiadas ocasiones durante esta huelga, con convocatorias diferentes, encierro en los pozos sólo de afiliados del SOMA, etc. Pero lo más grave es la ruptura que han impuesto a la unidad de acción por abajo, con la celebración de asambleas separadas, e incluso de piquetes diferenciados. Hay que poner fin urgentemente con este tipo de métodos que sólo se puede explicar por intereses mezquinos y cortoplacistas de aparato, pero para nada beneficia a la lucha y a los intereses generales de los trabajadores y de los sindicatos.  Cualquiera puede comprender que una división de este tipo no hace sino minar la confianza y la moral de la plantilla en su conjunto y, por lo tanto, favorecer los intereses del gobierno.
Por el bien de la lucha, pensamos que es preciso que la unidad de acción se retome desde la base, con la celebración de asambleas conjuntas, donde todos puedan opinar y, lo que es más importante, decidir cuales deben ser los siguientes pasos en la movilización. Si realmente hay diferentes puntos de vista entre los dirigentes de los sindicatos acerca de cualquier aspecto de la orientación de la lucha hay que plantearlo abiertamente para que todo el mundo pueda opinar y decidir democráticamente. Así es como se garantiza la unidad: con claridad y participación desde abajo en la toma de decisiones.
Somos muy conscientes de la dureza de la actual lucha en la minería y del tremendo esfuerzo y sacrificio que supone para las familias obreras una huelga indefinida como la que llevan protagonizando los mineros desde el 28 de mayo.
barricada_mineraPrecisamente por lo que implica en las propias comarcas mineras afectadas, sería tremendamente positivo dar un paso más en la organización de las movilizaciones, creando comités de apoyo donde puedan integrarse las propias familias, los jóvenes y los trabajadores en general. Cuando la huelga indefinida, en el momento de escribir estas líneas, entra en su vigésimo quinta jornada, la creación de comités de apoyo en todas las comarcas mineras daría un impulso tremendo a la movilización y nuevos ánimos a los trabajadores. De hecho, la creación de comités abiertos a la sociedad podría contribuir al éxito de la huelga general de las comarcas mineras del próximo 18 de mayo, encargándose de la difusión en la calle, entre los comerciantes, recabando apoyo de otros sectores, y de otros lugares, etc…También desde los propios comités podría impulsarse una caja de resistencia para que la huelga no sea derrotada por el desgaste económico. De hecho, al menos en León, los mineros ya tienen una cuenta abierta para ingresar aportaciones, y los estudiantes universitarios han comenzado una campaña para recoger fondos. Hay que extender esta iniciativa a todas las comarcas, ¿Qué mejor demostración de que vamos a ir hasta el final, que prepararnos para un conflicto largo de forma seria y consecuente?

Defender el empleo, defender el futuro

La lucha minera ha vuelto a poner a la orden del día, la difícil situación que viven las comarcas mineras, donde la tasa de paro entre la juventud está por encima del 40%. Este dato por sí solo demuestra claramente el fracaso de las sucesivas políticas de “reindustrialización” que, como hemos denunciado tantas veces desde estas páginas, sólo han servido para enriquecer a un puñado de empresarios a costa de las subvenciones públicas. Por este motivo pensamos que la solución no pasa sólo por negociar prórrogas a las subvenciones.
Ahora, de forma oportunista, la patronal del carbón espera que el sudor y la sangre de los mineros les saque las castañas del fuego, mientras pretenden convencernos de que estamos todos en el mismo barco. Sin embargo, si nos referimos a la minería privada, la política de ayudas al sector, lejos de redundar en mejoras laborales y salariales para los trabajadores, ha servido tan sólo para continuar engordando los bolsillos de empresarios sin escrúpulos como Vitorino Alonso, quien, sin estas ayudas, no mantendría abiertas sus minas ni cinco minutos. Para terminar con esto hay que reivindicar la expropiación y la nacionalización de toda la minería privada, integrándola en una gran empresa minera estatal que garantice la continuidad de este sector estratégico y de todos los empleos.

cartel_hg_mineriaLos trabajadores de las cuencas no son culpables de la ineptitud de sus gobernantes a la hora de transformar las ayudas europeas en nuevos sectores productivos. Por eso, hay que exigir el mantenimiento de todos los empleos en los pozos en tanto no se garanticen puestos de trabajo alternativos en otras ramas de la industria. No hay dinero para mantener los empleos en la minería, en la educación, en la sanidad; pero sí hay 100.000 millones para acudir al rescate de la putrefacta banca española.
Cada vez es más evidente que la actual crisis capitalista que estamos atravesando no es “una crisis más”. Lo que el gobierno y la burguesía han puesto encima de la mesa es una declaración de guerra al conjunto de los trabajadores, con la que pretenden cargar todo el peso de su crisis sobre nuestras espaldas. No obstante, pese a todas las dificultades, pensamos que la fortaleza de la clase trabajadora de este país continúa intacta, y su potencial de lucha está siendo infrautilizado una y otra vez, por parte de las actuales direcciones sindicales de UGT y CCOO.
No es posible desligar los recortes, ni tratar de solucionar los conflictos por separado, más aún cuando se trata, como en este caso, de invertir la tendencia al desmantelamiento industrial y a la destrucción de puestos de trabajo. Estamos convencidos de que, con un plan de lucha serio y sostenido podemos vencer, a condición de tener también un programa alternativo al del gobierno y la patronal y las propuestas que hacemos en relación con la actual huelga minera van en esa dirección. Pero entendemos, que sin una ofensiva generalizada del movimiento obrero en todos los frentes, cualquier conquista, incluso la más pequeña, será en este momento totalmente efímera y transitoria.
La parálisis en la que están sumidos los máximos dirigentes sindicales es la mayor debilidad que tiene ahora mismo el movimiento obrero y no puede continuar. Es necesario unificar ya todas las luchas sociales y laborales, asumiendo las reivindicaciones de los distintos sectores y elaborar un nuevo plan de lucha que plantee la convocatoria de otra huelga general, que debe abarcar al conjunto del estado, en una nueva jornada que pensamos que tendría que ser de 48 horas y que, visto el creciente descontento social, sin duda sería aún mas dura y exitosa que la del 29 de mayo.
Pero, como señalamos más arriba, además de un plan de lucha, hay que tener un programa por el que luchar. Debemos combatir la idea de que “no hay otra política posible” y reivindicar los intereses de los trabajadores con el mismo entusiasmo con el que la burguesía defiende los suyos. Hoy más que nunca rechazar los recortes sociales, los retrocesos laborales y exigir la nacionalización y la renacionalización de los sectores estratégicos y básicos de la economía (minería, siderurgia, transporte, eléctricas, banca…) y su control por parte de los trabajadores, es la única solución para garantizar la actividad industrial y los puestos de trabajo y debe ser una prioridad para las organizaciones de la izquierda y para nuestros sindicatos de clase.


Solidaridad con la lucha minera y en apoyo a los trabajadores encerrados
Creación de comités de apoyo y caja de resistencia para los huelguistas

Por la defensa de todos los puestos de trabajo y la dignificación de las condiciones laborales en la minería privada. Expropiación de las minas privadas

Por la extensión y unificación de los sectores en lucha, para hacer frente a los ataques del gobierno

¡POR UNA NUEVA HUELGA GENERAL DE 48 hs EN TODO EL ESTADO!

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