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Una vez más, los trabajadores de los astilleros públicos, cerca de 11.000, nos movilizamos en defensa de los empleos. El plan del gobierno pretende destruir casi la mitad de los puestos de trabajo directos, afectando además a otras decenas de miles de trabajadores de empresas auxiliares y empleos indirectos. Además, supondría reducir los astilleros de titularidad pública, por ahora, a la actividad militar.

EL PLAN ES INACEPTABLE

De aplicarse, estas medidas afectarían de forma muy grave a las zonas donde se ubica Izar, con las terribles consecuencias sociales, ya vistas en anteriores reconversiones, que conlleva la desertización industrial.

Estamos ante otro plan de destrucción de empleo, plan que nada tiene que ver con modernizar el tejido industrial y que no garantiza el desarrollo económico ni un futuro mejor. Su objetivo es reducir costes con las recetas de siempre: recortar empleos, privatizar, empeorar las condiciones laborales.

El plan es totalmente inaceptable para los trabajadores, también para los que no son de Izar, ya que si no evitamos que el nuevo gobierno, en su primer problema laboral, aplique la receta de la derecha (cargar la crisis sobre nuestras espaldas), mañana estaremos todos afectados por estas políticas económicas reaccionarias. Debemos dejar claro que la mayoría de los trabajadores y jóvenes votamos el 14 de marzo precisamente para acabar con las políticas del PP.

LA MALA GESTIÓN DEL PP Y LAS MULTAS DE LA UNIÓN EUROPEA

El gobierno argumenta que la culpa es del gobierno anterior, por su desastrosa gestión y por subvencionar ilegalmente a Izar, lo que provocó las multas de la comisión europea que ponen la empresa al borde de la quiebra. Por tanto, sólo cabría hacer lo que él ha planteado.

Es evidente que el PP hizo una gestión desastrosa, en Izar y en muchas más cosas. Por eso el PSOE llegó al gobierno, para que terminase con esa política desastrosa de la derecha, pero no a costa de que los trabajadores paguemos los platos rotos.

Una política desastrosa que llevó a la falta de carga de trabajo se combate con otra política que permita obtenerla, no con la destrucción de empleo. Es decir, con un plan de inversiones para hacer frente a necesidades de primer orden, tanto en protección de costas como en renovación de la flota. El desastre del Prestige evidenció la necesidad de petroleros de doble casco, la inexistencia de buques anticontaminación, la falta de remolcadores públicos... Ahí está la carga de trabajo.

En cuanto a las multas, es la coartada de siempre: “no podemos hacer nada porque lo manda Europa”. Pero este argumento “de peso” suena cada vez más ridículo cuando vemos el doble rasero con que se mide el cumplimiento de las normas europeas. Todo depende de quién las tenga que cumplir. Si las incumplen gobiernos de países poderosos, como de hecho ocurre con el déficit, todo queda en una regañina, y posteriormente se cambian las normas para adaptarlas a sus necesidades.

Las normas que afectan a los grandes capitalistas son flexibles; las que recortan los derechos y conquistas de los trabajadores son tajantes e inamovibles. Por tanto, no debemos aceptar esos argumentos.

LA CRISIS ES DEL SISTEMA CAPITALISTA

El sector naval no está en crisis por culpa de los trabajadores, que desde hace veinte años sufren una reconversión permanente. En 1984, los astilleros públicos tenían 40.000 empleos directos. So pretexto de que para garantizar el futuro era necesario perder una parte de los empleos, y así salvar el resto, se hicieron varias reconversiones, hasta dejar el sector reducido a los 11.000 empleos actuales. De todos aquellos planes de futuro, promesas de inversiones en el sector y promesas de reindustrialización, nunca más se supo. Y también hay que considerar el deterioro de las condiciones de vida y trabajo por la sustitución de muchos de esos empleos perdidos (fijos y dignos) por empleos precarios en las compañías.

_El otro argumento para justificar esta reconversión es que Corea del Sur produce más barato. Todos los empresarios usan reiteradamente la competitividad a la hora de atacar las condiciones de los trabajadores, diciendo que el paro es consecuencia de los salarios “excesivos” y las jornadas laborales “cortas” porque elevan los costes y dificultan el conseguir carga de trabajo.

Como hemos explicado muchas veces los marxistas, ser más productivo consiste en producir más con la misma fuerza de trabajo. Esto depende de varios factores: el desarrollo tecnológico, la capacidad de financiación, la formación, las infraestructuras, las comunicaciones, etc. No depende de que se alargue la jornada laboral y se reduzcan los salarios. ¿O acaso Alemania es un país menos productivo que Malasia?

De hecho, 2003 fue un año récord en la construcción naval mundial. Nunca se había contratado tanto en un solo año. Alemania, cuyos costes laborales son superiores a los nuestros, contrató 60 buques. Por tanto, esta reconversión tampoco se justifica recurriendo a los costes laborales de Izar.

Los capitalistas se centran en el factor de los costes laborales porque es más rápido (y, sobre todo, más conveniente para sus beneficios) que la inversión en los demás factores, que además siempre pretenden que sea con dinero público.

Dado que bajo el capitalismo el objetivo de la producción es la obtención del máximo beneficio privado para una minoría, y no la satisfacción de las necesidades sociales de la mayoría, aceptar la lógica capitalista conduce inevitablemente a que los trabajadores paguemos la crisis de las empresas.

UNA LUCHA UNIDA PARA MANTENER TODOS LOS PUESTOS DE TRABAJO

El divide y vencerás no es ninguna novedad. La segregación de los astilleros militares es una maniobra para dividir. Ahora, al gobierno se le han unido el PP y el PNV, que tratan de introducir el veneno chovinista y localista. Qué cara más dura la de estos políticos burgueses. Aparentan ser contrarios al plan, cuando son los máximos defensores del capitalismo y machacan a los trabajadores desde sus gobiernos autonómicos y municipales, y, en el caso del PP, hasta hace cuatro días también desde el gobierno central, como se vio en el convenio.

Tratan de convertir esta lucha en una pugna entre distintas zonas del Estado, diciendo que el PSOE perjudica a Galicia o a Euskadi frente a Andalucía porque ahí tiene su “granero” de votos. Como si Gijón, amenazada de privatización o cierre, fuese una ciudad que vota a la derecha. O como si Cartagena, donde en principio el plan no afecta, no estuviese en la comunidad de Murcia, gobernada por el PP.

_Lo que persiguen es dividir al movimiento obrero y aprovechar electoralmente lo que puedan de esta barbaridad que ha anunciado el gobierno. Pretenden que los trabajadores volvamos a caer en viejos errores del tipo de “salvemos Galicia”, “salvemos Asturias”. O en disputas como la de la reconversión siderúrgica, sobre si el tren de bandas en caliente tenía que ir a Asturias o a Sagunto. Ya se vieron sus consecuencias. Con estos planteamientos localistas, hasta la patronal en Galicia ha dicho que apoya la lucha contra el plan… ¡¡siempre y cuando las acciones de protesta no se hagan en horario laboral!!

La mejor manera de defendernos, de defender todos los puestos de trabajo, es luchar TODOS UNIDOS, como se hizo contra la reforma laboral del PP. Es más, si las medidas de presión que están en marcha no consiguen su objetivo, será necesario aumentar la presión y extender la lucha. Es necesario hacer un llamamiento al conjunto de los trabajadores, empezando por los de las auxiliares, así como a las AAVV, estudiantes, pequeños comerciantes, etc., para que se sumen a la lucha.

Los sindicatos han planteado la movilización de hoy como un paro de dos horas, ampliable en cada factoría, y han preavisado huelga para la segunda quincena de este mes. Pero en varias factorías la lucha ya empezó antes. Ahora se trata de coordinar los próximos pasos. Para ello debería haber una asamblea de TODOS los delegados sindicales de Izar, que preparase un calendario unificado de lucha, y que éste sea discutido y aprobado en las asambleas generales de trabajadores. Al mismo tiempo, hay que plantear una alternativa que mantenga todos los puestos de trabajo, que son patrimonio del conjunto de la clase obrera. No pueden perderse más puestos de trabajo, no hay pérdidas de empleo “no traumáticas”. No se trata de vender los puestos de trabajo a un precio u otro, hay que mantenerlos, por el futuro de nuestras familias.

Y si los dirigentes del PSOE aceptan las recetas de la burguesía y el capitalismo para afrontar los problemas, debemos luchar para obligarles a que lleven a cabo una política a favor de la mayoría de los trabajadores y los jóvenes, que somos quienes los hemos puesto en el gobierno.

¡POR LA DEFENSA DE TODOS LOS PUESTOS DE TRABAJO, NO MÁS PÉRDIDAS DE EMPLEOS!

¡POR UN AUTÉNTICO PLAN DE SALVACIÓN DE LOS ASTILLEROS, NI CIERRE DE FACTORÍAS NI ENTRADA DE CAPITAL PRIVADO!

• Jornada laboral de 35 horas semanales sin reducción salarial.

• Jubilación a los 55 años con el 100% del salario real, manteniendo todos los derechos.

• Cobertura inmediata de todas las vacantes, con fijos en plantilla.

• Integración en plantilla de los trabajadores de las compañías auxiliares que trabajan de forma permanente en Izar.

• Control democrático de la empresa a través de un consejo de administración formado de manera tripartita por representantes directamente elegidos por los trabajadores, los sindicatos y los gobiernos central y autonómicos.

• Elaboración de un plan de viabilidad que contemple la construcción urgente de los buques que la catástrofe del Prestige puso en evidencia.

• Condonación de las deudas contraídas por la nefasta gestión del anterior gobierno.

Para garantizar el cumplimiento de estos puntos es necesario garantizar su financiación. Si no hay dinero para ello en el presupuesto, nacionalización de la banca sin indemnización, salvo casos de necesidad comprobada a los pequeños accionistas.

14 de septiembre de 2004

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