Últimamente se han publicado numerosas noticias que alertan a los estudiantes sobre sus escasas perspectivas de futuro si continúan sus estudios universitarios. El País  del 12 de abril señalaba que más de un tercio de los universitarios trabaja en empleos no cualificados. Estos datos contrastan con las enormes necesidades sociales existentes (listas de espera en la sanidad, masificación en la educación, etc.) Ya hace tiempo que existe una campaña manifiesta para que los estudiantes no se matriculen en la universidad.

Últimamente se han publicado numerosas noticias que alertan a los estudiantes sobre sus escasas perspectivas de futuro si continúan sus estudios universitarios. El País  del 12 de abril señalaba que más de un tercio de los universitarios trabaja en empleos no cualificados. Estos datos contrastan con las enormes necesidades sociales existentes (listas de espera en la sanidad, masificación en la educación, etc.) Ya hace tiempo que existe una campaña manifiesta para que los estudiantes no se matriculen en la universidad.
Esta campaña coincide en el tiempo con la aplicación de los Planes de Bolonia. En septiembre empezarán a impartirse los grados y cada vez de forma más clara se puede apreciar el contenido reaccionario de esta contrarreforma de los planes de estudio. La privatización y elitización de la universidad se intensificarán con rapidez.
Es en este contexto donde tenemos que encuadrar la remodelación del gobierno de Zapatero separando el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, en el que seguirá al frente Mercedes Cabrera, y que se encargará de infantil, primaria, secundaria y bachillerato, del nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación que se encargará de la universidad.
La división de la educación en dos ministerios traerá graves problemas y, sobre todo,  reforzará la elitización de la universidad como algo al margen del sistema educativo (destinado a unos pocos privilegiados) y mucho más vinculado a la empresa privada. Además el PSOE asume el modelo británico thacheriano donde el sistema educativo preuniversitario tiene connotaciones asistenciales (no como un derecho, sino como una ayuda o servicio que se presta).
Y más allá del pomposo nombre del nuevo ministerio encargado de la universidad, lo cierto es que profundiza en la filosofía de la LOU del PP (mantenida por Zapatero) de poner a la universidad al servicio de la empresa privada. Es escandaloso el propio nombramiento de Cristina Garmendia, dirigente de la CEOE, como ministra y refuerza precisamente esta tendencia. Como vemos, todo va en la línea de una universidad privatizada y elitista fuera del alcance de los hijos de los trabajadores.

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