El martes y miércoles 22 y 23 de abril, los trabajadores de Síntel dan un nuevo paso en la lucha. Esos días se inicia la marcha que, desde todas las comunidades autónomas donde hay trabajadores de Síntel y recorriendo las seis carreteras nacionales m El martes y miércoles 22 y 23 de abril, los trabajadores de Síntel dan un nuevo paso en la lucha. Esos días se inicia la marcha que, desde todas las comunidades autónomas donde hay trabajadores de Síntel y recorriendo las seis carreteras nacionales más importantes de este país, tiene como objetivo llegar a Madrid para este 1º de Mayo, con la intención de quedarse y dar un nuevo impulso a su lucha.

 

Tienen previsto hacer escala en cincuenta y cuatro pueblos con las distintas columnas que forman parte de esta marcha a la que han llamado Marcha por la Dignidad.

Como ya hemos explicado desde estas páginas en distintos artículos y entrevistas, el Gobierno y Telefónica han incumplido el acuerdo que firmaron con los trabajadores de Síntel y que posibilitó que el campamento que durante muchos meses sirvió de ejemplo de lucha para el movimiento obrero de este país, se desmantelara. Los puestos de trabajo comprometidos en dicho acuerdo no han aparecido por ningún sitio. Como suele ocurrir en demasiadas ocasiones, los trabajadores han cumplido, pero la otra parte —en este caso el Gobierno y Telefónica— no; las razones no son difíciles de encontrar. Quieren dar una lección ejemplar a los trabajadores de Síntel que durante muchos meses se rebelaron contra el Gobierno del PP y la multinacional Telefónica, y de paso hacer una advertencia a los millones de trabajadores que vieron en esta lucha un ejemplo a seguir.

Lamentablemente a esta santa alianza se ha unido el sector de la dirección de CCOO que, encabezado por Fidalgo, hoy controla de forma precaria la mayoría de la dirección del sindicato. Este sector —el mismo que se ha opuesto a la huelga general contra la guerra de Iraq—, no sólo ha abandonado a los trabajadores de Síntel a su suerte, sino que está participando activamente en ese intento de linchamiento hacia estos trabajadores.

El acuerdo contemplaba que en caso de incumplimiento, el subsidio de desempleo con el que contaban los trabajadores sería restituido hasta que fueran recolocados.

Este subsidio se ha agotado o está a punto de agotarse y no va a ser restituido. Uno de los elementos en los que el Ministerio de Trabajo se ha basado para esta resolución es la declaración de la Ejecutiva Confederal de CCOO en la que confirma que según este sindicato los acuerdos si están cumplidos. ¿Cómo explicar esta actitud de Fidalgo y sus seguidores? Es evidente que los trabajadores de Síntel con su actitud luchadora, pusieron en entredicho la estrategia sindical de la actual mayoría de la dirección y parece que se han propuesto eliminar a estos trabajadores como punto de referencia.

Mil doscientas familias abandonadas

En estos momentos la principal reivindicación que los trabajadores de Síntel están haciendo es que tanto Telefónica como el Gobierno, posibiliten la creación de la empresa que los propios trabajadores quieren crear como salida a su situación de paro.

Hasta el momento lo que han recibido es el silencio por respuesta y el bloqueo a esta salida por parte del Gobierno y Telefónica; con esta marcha pretenden volver a generar la presión suficiente para poder desbloquear esta situación. Quieren tocar todos los palos incluyendo la solicitud de audiencia con el Rey.

Para los marxistas de El Militante la lucha de los trabajadores de Síntel es una lucha ejemplar y como ellos mismos han denunciado en multitud de ocasiones, su situación es una prueba más de la degeneración que el sistema capitalista ha alcanzado, permitiendo con sus leyes que un puñado de mafiosos —la familia Mas Canosa—, con la connivencia de la multinacional Telefónica y el silencio del Gobierno, hayan expoliado una empresa como Síntel hasta llevarla a la bancarrota y dejando en la calle, sin nada, a más de 1200 familias.

La situación en CCOO

Pensamos que en esta nueva fase de la lucha, en la que el eje central es la MARCHA POR LA DIGNIDAD, hay otros elementos clave como la posición de CCOO.

Como hemos explicado antes hay una santa alianza contra los trabajadores de Síntel formada por Telefónica, el Gobierno y la actual mayoría en la dirección de CCOO. Desde nuestro punto de vista es evidente que el papel de CCOO es contra natura y pensamos, además, que no tiene nada que ver con el sentir de la mayoría del sindicato; por esta razón creemos que una campaña lanzada por los trabajadores de Síntel (no hay que olvidar que la mayoría de estos trabajadores son afiliados a CCOO, muchos con más de veinte años de antigüedad), contactando con comités de empresa, secciones sindicales de CCOO de todo el Estado, organizando asambleas, aprobando resoluciones y recogiendo firmas exigiendo a Fidalgo que cambie de actitud y denuncie el incumplimiento del acuerdo. En caso contrario sería necesario pedir la dimisión de un secretario general que habría demostrado no tener nada que ver con los intereses de los trabajadores.

En la actual situación en la que se encuentra CCOO, con el descontento generalizado que existe entre los cuadros sindicales y afiliados en general con Fidalgo, esta campaña podría tener un gran impacto, obteniendo resultados positivos. Un cambio de rumbo en CCOO pondría al Gobierno y a Telefónica en una difícil situación para poder seguir bloqueando la salida para los trabajadores de Síntel.

Pensamos que los compañeros de Síntel deberían reflexionar más a fondo sobre esta medida, que sin duda sería un paso adelante en la solución para sus reivindicaciones.

En todo caso desde El Militante volvemos a reiterar nuestro apoyo a la lucha ejemplar de los trabajadores de Síntel y hacemos un llamamiento a todos nuestros lectores y simpatizantes para que apoyemos todos con nuestra presencia las acciones que organicen con el objetivo de alcanzar sus justas reivindicaciones.

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