El pasado 16 de diciembre finalizaba la lucha de Progalsa, después de tres meses defendiendo el empleo y el cobro de los salarios. Finalmente, la lucha ha acabado con un ERE de extinción de contratos con una indemnización de 30 días por año trabajado sin tope de años y con el compromiso por escrito de que si se reabre la empresa en los próximos 18 meses se volverá a contratar a los trabajadores de Progalsa, creándose una comisión de seguimiento que se reunirá periódicamente ante la posibilidad de venta de la empresa. Ésta también estará obligada a presentar un Concurso de Acreedores, que no quería. Durante estos tres últimos meses, los trabajadores de Progalsa hemos dado la batalla hasta donde hemos podido, aguantando más de seis meses sin cobrar para luchar por nuestros puestos de trabajo. Hemos organizado dos manifestaciones sin contar con el apoyo de los sindicatos, una con una asistencia de más de mil trabajadores y otra con 700. Hemos estado acampados en el Parque de la Concordia durante cuatro días, hemos hecho cortes de carretera, repartimos más de 35.000 panfletos y pegamos más de 2.000 carteles extendiendo la lucha en una ciudad de algo más de 80.000 habitantes y conseguimos el apoyo mayoritario de los trabajadores de Guadalajara. En definitiva, se ha demostrado la disposición de la plantilla de luchar y hemos luchado, pero no todas las luchas pueden acabar en victoria.

¿Por qué no se ha conseguido la nacionalización de Progalsa?

Desgraciadamente, la Junta de Castilla-La Mancha, gobernada por el PSOE se ha vuelto a colocar al lado de la empresa y en contra de los trabajadores. Al presidente Barreda no se le puede olvidar que si está en el gobierno es gracias al voto de decenas de miles de jóvenes y trabajadores castellano-manchegos y lo que ha vuelto a quedar patente es, que tras la fachada que quiere presentar de oposición a las medidas contra los trabajadores del gobierno central no hay diferencias significativas entre ambos gobiernos.
La Junta ha decidido hacer oídos sordos a una de nuestras consignas fundamentales durante el conflicto: la nacionalización de Progalsa. Lejos de haber problemas legales para llevarla a cabo, como nos quisieron presentar en un principio, era una cuestión de voluntad política y de tener que optar por defender los intereses de los trabajadores o de los empresarios, como demuestra el caso del Aeropuerto de Ciudad Real, donde para salvar las inversiones de grandes empresas la Junta creó una empresa pública para entrar en la gestión del mismo y evitar que fuera a la quiebra el primer aeropuerto privado del Estado español. La Junta tenía en sus manos evitar la pérdida de estos puestos de trabajo, pero por el contrario ha permitido que López Gallego, el dueño de Progalsa, se saliera con la suya.

Los límites del sindicalismo reformista

En esta situación de crisis es más importante que nunca hacer una reflexión sobre la actual política de las direcciones sindicales de CCOO y UGT. Durante los años de boom, los sindicatos cambiaron la lucha de la clase obrera por la paz social y de aquellos polvos vienen estos lodos. Mientras que la economía crecía la acción sindical se basaba casi exclusivamente en defender a los trabajadores a través del frente legal, olvidando que bajo el sistema capitalista las leyes se hacen en beneficio de la gran burguesía y la banca. Ahora, en una situación económica negativa, centrarse únicamente en el frente legal y no tener un punto de vista marxista lleva a la dirección de los sindicatos a aceptar la lógica del sistema sin cuestionarse siquiera por qué si un trabajador incumple lo que pone en su contrato puede ser despedido y si lo hace un empresario no pasa absolutamente nada. Este es el fondo que está detrás de la actitud de los dirigentes sindicales en el conflicto de Progalsa, que durante toda la lucha su posición fue la de querer firmar los despidos a las primeras de cambio, sin dar la batalla. Especialmente vergonzosa fue la actitud de CCOO en la manifestación del 1 de diciembre cuando ningún dirigente de la federación del Metal acudió a la movilización,  a pesar de que 68 de los 105 trabajadores de Progalsa estaban afiliados a este sindicato. Las direcciones provinciales de CCOO y UGT han perdido una gran oportunidad de utilizar la lucha de Progalsa como un trampolín para dejar claro a la patronal que no van a permitir más ataques a los trabajadores y los empresarios sin duda habrán tomado nota de ello.
A pesar de todos los obstáculos, los trabajadores de Progalsa tenemos que estar orgullosos de la lucha que hemos protagonizado durante los últimos tres meses. Durante todo este tiempo hemos tenido de una forma incondicional el apoyo del Sindicato de Estudiantes y de la Corriente Marxista Revolucionaria (El Militante) que han sido decisivos en mantener y extender la lucha. También Izquierda Unida y las Juventudes Comunistas han estado a nuestro lado durante estos meses. Para finalizar quiero agradecer a los centenares de trabajadores y sindicalistas que han mostrado su apoyo a nuestra lucha y que nos han dado fuerzas para continuar luchando y, por supuesto a nuestras familias y amigos por su apoyo incondicional. La lucha de Progalsa ha terminado, pero los ataques contra la clase trabajadora continúan y seguiremos defendiendo lo mismo que hasta ahora. La única forma de defender las condiciones laborales de la clase trabajadora es a través de la lucha por la transformación socialista de la sociedad.
¡Viva la lucha de la clase obrera!

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