Levantar un movimiento contra el capitalismo y el racismo

El 9 de septiembre, los Socialdemócratas suecos obtuvieron el peor resultado electoral de los últimos 100 años. Al principal partido de la derecha, los Moderados, les fue aún peor. El partido racista y xenófobo Demócratas de Suecia incrementó sus votos alcanzando un 17'9%, el mejor resultado de su historia. La inestabilidad y el caos, que tanto temían los partidos oficiales del establishment burgués, ha entrado de lleno en la política sueca. Por otro lado, hubo también cierto crecimiento por la izquierda, pasando el Partido de La Izquierda de un 5'7% a un 7'9%, y obteniendo entre los estudiantes un 20 % según una encuesta.

La desconfianza que existe contra los partidos oficiales que han gobernado durante décadas se ha hecho más evidente que nunca. Nunca antes tantos votantes habían cambiado su voto (se estima que un 41%), decidiendo uno de cada tres votantes a qué partido votar en la semana previa a la votación. Aún no está claro quién gobernará en Suecia, habiendo publicado el diario Dagens Nyheter, tres días después de las elecciones, un artículo señalando diez posibles coaliciones de gobierno.

Incremento de la desigualdad, recortes e inmigración

Entre 2006 y 2014, Suecia tuvo un gobierno de derechas a través de una alianza entre cuatro partidos. En 2014 fueron desplazados por un gobierno entre socialdemócratas y verdes, con el Partido de La Izquierda apoyando pero manteniéndose fuera del gobierno. Dicha coalición ha gobernado durante un período de mayor crecimiento económico en relación a la mayoría de países europeos. Ese crecimiento, sin embargo, no se ha notado en la sociedad y no ha tenido su reflejo en la mayoría de los salarios de las y los trabajadores.

Contrariamente a la imagen que se tiene de Suecia a nivel internacional, la desigualdad ha aumentado más rápidamente que en muchos otros países. Hoy Suecia tiene más multimillonarios en dólares per cápita que cualquier otro país. Los recortes en Sanidad y en los Ayuntamientos han continuado, y en los últimos años se han realizado nuevos recortes en las bajas por enfermedad y en la asistencia a personas con discapacidad.

En 2015 el gobierno dio un giro de 180 grados en sus políticas respecto a los refugiados, pasando de ofrecer permisos permanentes para todos aquellos que huían de Siria a solo aceptar el "nivel mínimo" establecido por la Unión Europea, intentando cerrar las fronteras, bloqueando la reunificación familiar y ofreciendo solo permisos como máximo por 3 años.

El discurso político oficial de los partidos y los medios de comunicación ha seguido un patrón ya conocido en muchos otros países europeos, vinculando la inmigración con el crimen, los problemas sociales y los costes que conlleva para el Estado de bienestar. Determinadas áreas con mucha población inmigrante, en su mayoría trabajadores mal pagados, han sido caricaturizadas como zonas peligrosas por los mismos responsables de haber implementado recortes en los servicios sociales de dichas áreas.

Los ataques y recortes constantes en el Estado de bienestar y la inmigración son los dos factores que explican el creciente apoyo a los xenófobos Demócratas de Suecia, y la utilización también de este discurso por parte de políticos de la mayoría de partidos, promoviendo el nacionalismo sueco y abogando por aumentar los gastos militares.

Crisis de los partidos tradicionales. Un reflejo de la polarización

Los Socialdemócratas obtuvieron sus peores resultados electorales desde 1908, recibiendo apenas el 28'3% de los votos. Durante 70 años, entre 1924 y 1994, el partido Socialdemócrata nunca obtuvo menos de un 37% de los votos. A pesar de todo, el resultado estuvo por encima del 23-24% pronosticado por algunas encuestas en junio. Este pequeño aumento desde entonces probablemente fue consecuencia del deseo de detener a los Demócratas de Suecia votando por el "mal menor". Las promesas electorales desesperadas a finales de la campaña, como una semana extra de paga materna/paterna para los padres durante las vacaciones escolares, no tuvieron el efecto esperado por los líderes socialdemócratas.

Estas elecciones el 9 de septiembre fueron tanto para el parlamento nacional, como para los consejos regionales y los ayuntamientos. En los medios de comunicación, por supuesto, dominaron por completo las elecciones a nivel nacional. En todo caso, todos estos procesos electorales mostraron la profunda crisis que enfrenta el partido Socialdemócrata, que se ha extendido incluso a los últimos baluartes que les quedaban al norte del país. En la ciudad de Sollefteå por ejemplo, donde los socialdemócratas han cerrado la mayoría de hospitales, el partido colapsó pasando de un 47'8% a un 13'8%. En esa región, así como en Norrbotten, en el extremo norte, donde ha gobernado durante 84 años, partidos locales en defensa de la Sanidad Pública se han convertido en las fuerzas mayoritarias en las elecciones regionales. En Gotemburgo, antiguo feudo socialdemócrata, solo obtuvieron el 20%, obteniendo el nuevo partido populista de derecha, los Demócratas Suecos, un 17%.

Por otro lado, el declive del mayor partido tradicional de la derecha, los Moderados, fue aún mayor. Obtuvieron casi 11 puntos porcentuales menos que en 2010, y un 3.5% menos que en 2014. En el Ayuntamiento de Estocolmo perdieron un 6% de los votos. Entre los otros partidos de la Alianza de derechas creció el Partido de Centro, fruto de manifestarse más abiertamente contra los Demócratas de Suecia, y los Demócratas Cristianos, en este caso, al contrario, por mantener la posición opuesta, acercándose al discurso xenófobo de los Demócratas de Suecia.

El Partido Verde sufrió un duro golpe fruto de su participación en el Gobierno con los socialdemócratas, traicionando sus promesas tanto respecto a las políticas de refugiados como a las políticas medioambientales. Se han convertido en el partido más minoritario en el parlamento con un 4.4% de los votos, perdiendo además todos los escaños y concejales en 62 ayuntamientos y en 8 consejos regionales.

Crecimiento del Partido de La Izquierda

El Partido de La Izquierda ha crecido reflejando la polarización por la izquierda como resultado del aumento de la desigualdad, las políticas de derechas y el racismo. En estas elecciones parlamentarias, con cerca de un  8%, obtuvieron el mejor resultado desde 1998. Entre los votantes de entre 22 y 30 años un 13% votaron por La Izquierda, y también obtuvieron un porcentaje importante del voto femenino. En las elecciones municipales y regionales, el Partido de La Izquierda creció aún más que en las elecciones parlamentarias. En regiones como Estocolmo y Västernorrland se convirtieron en el tercer partido más votado.

Después de las elecciones, los dirigentes del partido han expresado nuevamente su deseo de formar parte de un Gobierno roji-verde (socialdemócratas y verdes), pero los socialdemócratas ya han manifestado preferir gobernar junto a uno o más de los partidos de la Alianza de derechas.

Si el Partido de La Izquierda quiere aprovechar su creciente apoyo electoral, es esencial que se convierta realmente en un partido de oposición, rompiendo con las aspiraciones de la dirección, que está tratando de presentar el partido como un posible futuro socio de gobierno "responsable". En lugar de esto, la dirección del partido debería estar construyendo un movimiento de lucha y una amplia oposición de izquierdas que una a todos los activistas, movimientos sociales, y diferentes organizaciones y movimientos de izquierdas.

Desde Rättvisepartiet Socialisterna (CIT/CWI Suecia), por supuesto, simpatizamos con los nuevos jóvenes que se han unido al partido, que, junto a muchos otros trabajadores y trabajadoras, esperan que el Partido de La Izquierda se convierta ahora en un partido crítico con el sistema y mucho más abierto y democrático. La pregunta que hay que hacerse es, ¿cómo puede generarse un movimiento de izquierdas en Suecia más amplio como en el caso de Bernie Sanders en Estados Unidos, de Corbyn en Gran Bretaña o de Melenchon en Francia?

Las oportunidades para construir un movimiento de masas que pueda cambiar radicalmente la sociedad aumentarían si el Partido de La Izquierda abriera sus puertas a las fuerzas de izquierdas anticapitalistas y antirracistas planteando una mayor apertura y colaboración con las mismas. Una condición para que nuestra organización, RS, pueda participar en una alianza de este tipo con el Partido de La Izquierda sería que la dirección del partido permitiera constituir corrientes políticas dentro del mismo que vinculen las luchas cotidianas contra los recortes y la austeridad con reivindicaciones socialistas exigiendo la propiedad pública de bancos y grandes empresas.

Ascenso de la extrema derecha. Los Demócratas de Suecia

El partido racista y xenófobo Demócratas de Suecia (SD) ha continuado ganando votos pasando del 5’7% en 2010 y del 12’9% en 2014, a un 17’9% en estas últimas elecciones. Según una encuesta realizada el mismo día de las elecciones, SD fue el más partido votado entre los hombres y el segundo partido más votado entre los miembros de la Confederación de Sindicatos Suecos (LO), principal organización sindical del país. En las elecciones parlamentarias, SD se convirtió en el partido más votado en dos regiones del sur, y el segundo más votado en 12 condados, desde Norrbotten hasta Blekinge.

Quizás algunos se consuelen por el hecho de que no se han convertido en el partido más grande o el segundo más grande del país, como parecía este verano que podría ocurrir, pero es un consuelo muy limitado. Como ya ha ocurrido anteriormente, su racismo ni desaparecerá ni se atenuará. Las declaraciones de su líder Jimmie Åkesson en el debate electoral en televisión, diciendo que todos aquellos en el desempleo que vienen de otro país "no son suecos" y "no tienen sitio en Suecia", fueron un intento deliberado de intensificar el discurso racista durante los últimos días de campaña.

Los comentarios abiertamente racistas y machistas de los representantes y votantes del SD han sido más comunes en esta campaña electoral que en cualquier otro momento, e incluso se han vuelto más frecuentes tras las elecciones. Como ocurre con otros partidos similares en toda Europa, SD se presenta como un anti-partido, enfrentado al resto de partidos del sistema a los que culpabiliza por la "inmigración masiva", y señalando a la misma como la causa de la crisis del sistema sanitario público, de la escasez de viviendas o del desempleo.

En la televisión y en los medios de comunicación, SD y Åkesson intentan mantener una cierta fachada, negando regularmente que SD sienta admiración por el nazismo, pero en las redes sociales publican continuamente materiales atacando a los inmigrantes y a los refugiados, y especialmente a los musulmanes. Con esta política, SD ha conseguido influir tanto en los otros partidos de derechas como en el Partido Socialdemócrata, que piensan que la receta para detener al SD es asumir parte de la política y la retórica xenófoba de dicho partido. Sin embargo, estas elecciones han vuelto a confirmar que esta táctica no funciona.

Cada más comentaristas de la derecha plantean que tanto Moderados como Demócratas Cristianos comenzarán a colaborar con los Demócratas de Suecia, como por ejemplo el periódico Dagens Industri. Una capa de miembros del partido Moderado y de capitalistas tienen cierta confianza en los Demócratas de Suecia, especialmente teniendo en cuenta su firme defensa de la empresa privada.

En Finlandia, Noruega y Dinamarca, los partidos tradicionales de la derecha ya están colaborando con partidos racistas. En Noruega y Finlandia concretamente tanto el Partido del Progreso como los Verdaderos Finlandeses, xenófobos y racistas, ya están en el gobierno, y en Dinamarca el Partido Popular Danés sostiene al gobierno.

Hay que vencer en las calles al racismo y la extrema derecha

Los Demócratas de Suecia son un partido de derechas con políticas similares a las de los Moderados, y por eso diversos estudios también señalaron como a los votantes moderados les atrae cada vez más SD. La lucha contra sus políticas neoliberales debe convertirse en un punto de partida de cara a construir un poderoso movimiento antirracista contra los mismos. Existe una gran voluntad, especialmente entre los jóvenes, de luchar contra los Demócratas de Suecia, su racismo, su machismo y su homofobia, avecinándose nuevas oleadas de lucha.

La mejor respuesta contra el racismo es la lucha, en particular la lucha de clases, enfrentándose todos los trabajadores juntos contra el deterioro de las condiciones sociales, por salarios más altos y por mejores condiciones laborales. Además, dada la situación de emergencia respecto al acceso a la vivienda, la falta de apartamentos, los altos alquileres y las 'renovaciones' fraudulentas, los inquilinos necesitan unirse en esta batalla por obtener acceso a una vivienda digna. La falta de movilizaciones y luchas es el factor más importante que explica el retroceso de la conciencia de lucha y de la organización de las y los trabajadores en Suecia durante el último período.

El movimiento sindical y el movimiento de inquilinos deben avanzar en esta batalla y no solo aparecer como comentaristas. Grandes movilizaciones, mítines y protestas tendrían un potente efecto, mostrando el poder real de la gente sobre el terreno y aumentando la combatividad de todos aquellos que quieren enfrentarse al racismo.

Lo que importa sin embargo es organizar acciones reales de lucha contra los racistas y los nazis. Cuando el violento movimiento neonazi RMN iba a realizar una marcha en Gotemburgo el año pasado, los Demócratas de Suecia no sabían qué hacer. Evidentemente, no querían detener al RMN, y por eso cuando la marcha fue detenida por 20.000 manifestantes organizados en las calles eso supuso un gran éxito en la lucha no solo contra los nazis sino también contra SD.

¿Alternativas de Gobierno?

Unos días antes de las elecciones, el líder del partido Socialdemócrata anunció su voluntad de “dejar a un lado las tácticas partidistas" tras las elecciones y "ser responsables con Suecia", un guiño al Partido del Centro y los Liberales tratando de romper la Alianza de derechas. Tras las elecciones han continuado en esta misma línea, apoyados por los dirigentes de la central sindical LO.

Un Gobierno de este tipo, entre la socialdemocracia y algunos de estos partidos de derechas, impulsaría nuevos ataques contra los derechos laborales, al ocupar un lugar destacado en la agenda del partido de Centro y de los Liberales las medidas antisindicales y contra los derechos de las y los trabajadores, algo que no parece preocupar al presidente de la LO. La noche de las elecciones, el líder del Partido de La Izquierda, Jonas Sjöstedt, declaró también su disposición a cooperar con los partidos del centro de cara a debilitar a los Demócratas de Suecia.

Entre las muchas opciones posibles también cabe el intento de los Moderados de formar gobierno con el resto de partidos de la Alianza, apoyados en el parlamento por los socialdemócratas, pudiéndose generar cierta oposición de izquierdas. Un gobierno de este tipo aumentaría el gasto militar, continuaría invirtiendo en el perfeccionamiento de los cuerpos policiales y seguiría implementando los ataques a los refugiados, buscando así limitar la influencia y crecimiento de los Demócratas de Suecia.

Hay muchas otras posibilidades ya que ninguno de los dos "bloques", el "roji-verde" y la Alianza de derechas, tiene mayoría. Previamente se presuponía que el bloque más grande formaría gobierno, al haber prometido todos ellos no conceder influencia alguna a los Demócratas de Suecia. La disyuntiva es qué partido cambiará de bloque o qué partido decidirá aliarse los Demócratas de Suecia.

Campaña electoral combativa de Rättvisepartiet Socialisterna (CIT/CWI)

En Luleå, capital regional al norte de Suecia, nuestro partido logró mantener ambos puestos en el Ayuntamiento. Ante un mayor riesgo de inestabilidad política y de agresivas políticas de derechas, resulta aún más importante revalidar esta posición de cara a continuar la lucha contra los recortes, el racismo y el machismo en Luleå y en el resto de Suecia.

RS consiguió 1.621 votos, ¡el 3’1%! El partido logró vender 1.757 manifiestos electorales durante las seis semanas de campaña. Durante la campaña electoral participamos en protestas contra el líder de los Demócratas de Suecia, Jimmie Åkesson, contra la racista Alternativa por Suecia y contra la secta nazi Movimiento de Resistencia Nórdica (RMN) en Boden.

Durante la campaña denunciamos los planes de recortes de los socialdemócratas en el Ayuntamiento y organizamos una protesta respecto a los servicios sociales de atención a la tercera edad junto con los trabajadores del sector, exigiendo el cese de los recortes y el aumento de personal. Un miembro de la organización de pensionistas PRO señaló que RS parecía la mejor opción electoral ya que nuestros representantes les escucharon y se mostraron realmente interesados en debatir y abordar su situación.

En Haninge (Estocolmo Sur), Rättvisepartiet Socialisterna también realizó una potente campaña electoral, pero, desafortunadamente, no obtuvimos suficientes votos de cara a mantener nuestros dos puestos en el Ayuntamiento. RS obtuvo 1.437 votos, más que en 2014 cuando obtuvimos 1.345 votos, y en nuestras principales zonas de apoyo llegamos a obtener más del 10%. Pero no conseguimos esta vez ambos puestos por la nueva barrera mínima del 3% de los votos implantada por los grandes partidos tradicionales. Estuvimos cerca de poder mantener ambos concejales, pero debido al aumento de población en Haninge (4.600 votantes más este año) nos quedamos finalmente en el 2,8%, habiendo necesitado solo 60 votos más para obtener representación.

"Muchos votantes están molestos por la imposición de esta barrera antidemocrática del 3%. Exigimos que se elimine este obstáculo y se convierta el municipio en una circunscripción única, como ocurre en muchos otros municipios como Luleå y Gotemburgo", señaló Mattias Bernhardsson, concejal de RS entre 2006 y 2018. "Hemos tenido a todo el establishment en contra. Nos marginaron de los dos principales debates electorales para el Ayuntamiento de Haninge en el Instituto Fredrika Bremer, mientras que a todos los demás partidos presentes en el ayuntamiento se les permitió participar, incluidos los Demócratas de Suecia”

Nuestra campaña sin embargo llegó a miles de personas. Vendimos nuestro manifiesto electoral a 2.431 personas y colocamos más de 700 carteles. La mayoría de las veces durante la campaña éramos el único partido al que los votantes podían encontrar y acercarse en el centro de Haninge.

"Ahora nos mantendremos igual o incluso más activos en calles, plazas y lugares de trabajo. Aquí es donde nace el cambio y donde se ganan las luchas. La diferencia es que en el Ayuntamiento ya no habrá una oposición consistente frente a todos los recortes en el Estado de bienestar, contra el deterioro de las condiciones laborales y contra la destrucción del medio ambiente en Haninge", señala Mattias.

En Gotemburgo, RS realizó también una intensa campaña electoral, obteniendo 1.119 votos, vendiendo 1.858 manifiestos electorales, y consiguiendo ganar al partido a más miembros que en cualquiera de las elecciones anteriores.

¡Luchamos por una nueva sociedad! ¡Luchamos por el socialismo!

Durante las seis semanas de campaña electoral resultó evidente que RS salió a las calles y a las plazas prácticamente solo en todos estos puntos, reduciendo el resto de partidos su trabajo en las calles, y enfocándolo exclusivamente en debates televisivos y en campañas publicitarias con mensajes carentes de cualquier tipo de contenido.

La campaña electoral de RS se ha centrado en la distribución de panfletos y la venta de manifiestos electorales en las calles, pegadas de carteles y brigadas de información puerta a puerta. No fue una campaña electoral fácil ya que los temas que dominaron los debates nacionales orbitaban en torno a la composición del próximo gobierno.

A principios de año, la política en Suecia ha estado monopolizada por las que se han denominado “preguntas difíciles”, relacionadas con la policía, el ejército y el fortalecimiento del aparato del estado. Nuestros tres manifiestos electorales municipales se centraban en dos aspectos, la trayectoria política de RS y nuestro programa socialista de lucha, incluyendo nuestra concepción internacionalista.

Los principales problemas que afrontamos en la campaña -la crisis de la vivienda, las cada vez mayores diferencias salariales, o la lucha contra el racismo- apenas se mencionaron en los debates de los medios de comunicación o por los dirigentes de los principales partidos. Estos aspectos continuarán siendo parte central de las campañas e iniciativas de RS en las luchas más amplias del próximo periodo. "Organízate y lucha" y "¡Deja que paguen los multimillonarios, los bancos y las grandes empresas!" fueron los lemas centrales del partido durante la campaña.

Tal y como señalábamos en unos de los editoriales de nuestro periódico Offensiv, “en un mundo donde se le ha permitido a la élite financiera tomar el control con absoluta impunidad, las consecuencias están siendo una crisis ecológica destructiva y divisiones sociales que deben ser ahora enfrentadas contundentemente por amplios movimientos donde trabajadores y activistas se unan a inquilinos y sindicatos, profesores y estudiantes, trabajadores del mundo de la cultura y ambientalistas, para luchar por un desarrollo completamente distinto en equilibrio con la naturaleza. Si es posible, trabajaremos juntos con el Partido de La Izquierda y los opositores de izquierdas en el seno de la Socialdemocracia y los Verdes, y si no, lo haremos sin ellos. Esta nueva situación debe llevar a los activistas, basándose en la pluralidad de los movimientos sociales, a conformar una nueva alianza socialista roja y verde de cara a las próximas elecciones"

 

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