Reproducimos a continuación un artículo publicado en La Voz de Galicia el 15 de enero de este año. Se trata de un ejemplo gráfico de cómo se desmantela y deslocaliza una empresa, en este caso la planta de Valeo en O Porriño (Oriense) EDICIÓN IMPRESA

 

La Voz de Galicia, 15/01/2005

Un documento interno de la multinacional francesa de automoción revela un estudiado plan para ir eliminando empleo hasta provocar el cierre en Ourense.

 

M. Sío Dopeso | vigo

Es sabido que detrás de todo proceso de deslocalización industrial hay un plan para amortiguar el impacto que siempre supone el anuncio del cierre de una fábrica.

Un documento interno del Grupo Valeo al que ha tenido acceso La Voz muestra hasta qué punto se miden todos los pasos para justificar el desmantelamiento de una factoría, en este caso en Ourense, y la reagrupación de la mano de obra que sobreviva al plan de regulación de empleo en la planta de Valeo en O Porriño.

El «guión social» establece hasta seis etapas. La primera y más importante es justificar la motivación del cierre. «Debemos demostrar que la situación financiera de la empresa no puede seguir manteniendo ambas instalaciones».

En su afán por paliar la conflictividad derivada de su decisión, la multinacional sostiene que: «si sabemos fijar este motivo tendremos un argumento indiscutible para nuestras comunicaciones internas y externas». Para la elaboración de ese «argumento perfecto» el grupo francés establece sus estrategia: «lo ideal, en términos económicos, sería presentar un fuerte deterioro del resultado de explotación durante el período 2002-2007 y el ascenso de dicho resultado si agrupamos Ourense y Porriño». Para ello, la compañía revela que, en el 2002, reagrupó las plantas de Ourense, Porriño y Abrera en la sociedad jurídica Valeo Sistemas de Conexión Eléctrica. «Abrera es altamente deficitaria y se ha incorporado a Porriño y Ourense para absorber fiscalmente los beneficios de ambas plantas», dice el documento.

Como soporte a este plan, señala que «también sería necesario fijar un proyecto de futuro claro para Porriño, por lo menos para dos años, con el fin de mejorar la credibilidad de nuestro informe».

Una vez redactada toda la argumentación jurídica y social, el paso siguiente es presentar el proyecto a los sindicatos y negociarlo «al cien por cien en off antes de realizar cualquier anuncio», y matiza el documento «dicha negociación requiere un perfecto conocimiento de la forma de funcionar de los sindicatos españoles». Esta etapa finaliza con la firma de un acuerdo confidencial.

El siguiente paso es informar a la Administración laboral. «Si no hay acuerdo con los sindicatos, la Administración desempeñará la función de mediador, lo que equivale a negociar a dos contra uno», advierte Valeo.

Comunicación

En una cuarta etapa, la compañía comunica el anuncio del plan de cierre de la factoría y el inicio de la negociación oficial con los sindicatos. «En la práctica esto nos conduce a un procedimiento de duración máxima de 3,5 meses, al final del cual se podrán notificar los despidos», afirma el documento. La quinta etapa del cierre contempla el plan de comunicación local «con el objetivo de neutralizar a la prensa y a los políticos locales. La última fase llega con la puesta en marcha de todas las medidas del plan.

Hasta aquí la teoría. Lo ocurrido en la práctica se le parece bastante. Valeo anunció el pasado 26 de octubre su decisión de cerrar la planta de cableado de Ourense y de trasladar parte de la producción a la factoría de Porriño (Pontevedra) y a otros centros de la empresa. Para justificar el expediente de regulación de empleo que afecta a 234 trabajadores, la compañía explicó que la factoría gallega tendría pérdidas desde el próximo año y que estos números rojos crecerían fuertemente en el 2006, tanto si se mantiene la actual actividad como si se introduce la fabricación de productos alternativos

Además del cierre de la factoría gallega, Valeo anunció el pasado 10 de diciembre que ha presentado a los sindicatos un proyecto para cerrar en el primer trimestre del 2005 la planta de Alcalá de Henares (Madrid), que cuenta con una plantilla de cien empleados

A principios del 2002 el grupo francés aseguró que no cerraría ninguno de sus 17 centros españoles, pero anunció 5.000 despidos (500 temporales en España) y el cierre de 35 fábricas en todo el mundo. Un año más tarde, decidido cerrar su planta de Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona), que fabricaba faros para automóviles y daba trabajo a más de 200 personas y optó por concentrar toda la producción de piezas de iluminación en España en su factoría de Martos (Jaén),

A día de hoy, Valeo ha reducido su plantilla en España en más de mil trabajadores. Las instalaciones del grupo que realizan trabajos intensivos y con poco valor añadido, como es el cableado de las instalaciones eléctricas de los vehículos, han sido las más afectadas. Siguiendo el proceso de deslocalización del sector hacia el Este de Europa, Norte de Africa y China, Valeo ha cerrado plantas en Barcelona, Villaverde (Madrid) y Ourense, y ha desviado a Polonia parte de la producción de su planta de Martos, en Jaén.

 

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