La negociación del convenio colectivo en Asturiana de Zinc (AZSA) es una muestra de los resultados que da la negociación por la negociación, sin que ésta sea respaldada por la presión de los trabajadores. Tras meses de negociaciones infructuosas, donLa negociación del convenio colectivo en Asturiana de Zinc (AZSA) es una muestra de los resultados que da la negociación por la negociación, sin que ésta sea respaldada por la presión de los trabajadores. Tras meses de negociaciones infructuosas, donde el comité de empresa ha ido rebajando paulatinamente sus posiciones, la dirección lanza ahora un ultimátum, con una propuesta que empeora incluso las condiciones del anterior convenio.

Esta actitud no nos sorprende en absoluto, pues sabemos que la codicia de la patronal no conoce límites. Escudándose en la caída de la demanda de zinc, y en la situación de crisis internacional, pide nuevamente un esfuerzo a los trabajadores para “apretarse el cinturón”.

Así las cosas, lo que resulta más preocupante de todo este proceso es la actitud del Comité de empresa, que ha dejado pasar reiteradamente todas las oportunidades de movilizar a la plantilla en defensa de un buen convenio.

Durante las asambleas convocadas por este motivo, inmediatamente después del 20-J, los trabajadores mostraron claramente su disposición a la movilización. Pese a ello, esto ha ido dilatándose indefinidamente, remitiéndose el comité una y otra vez a la mesa de negociación, pese a que no existía ningún avance significativo. Esta situación ha generado una atmósfera de hastío entre la plantilla, que ve cómo, avanzado ya el mes de octubre, se encuentra aún sin convenio, con lo que esto supone en cuanto a actualización salarial, etc...

A falta de que los trabajadores se pronuncien en asamblea, los representantes de CCOO (con mayoría en el Comité de Empresa) ya han comunicado que, en principio, están dispuestos a aceptar esta última oferta. El resto de los sindicatos (UGT, USO y SITAZ), lo rechazan, si bien, al menos en el momento de escribir este artículo, no han planteado un plan claro de movilizaciones, ni una plataforma reivindicativa que mejore sustancialmente el anterior convenio.

Una vez más, la desconfianza en la capacidad de lucha de los trabajadores tiene como resultado un avance de las posiciones de la patronal, que gana de nuevo por “incomparecencia del contrario”.

Las elecciones sindicales están a la vuelta de la esquina, y será inevitable que CCOO se resienta gravemente de esta actitud. A la luz de los resultados de la negociación, volvemos a insistir en que la única política sindical válida es la que se basa en la fuerza y la movilización de los trabajadores para conseguir sus objetivos.


ÚLTIMA HORA

Poco antes del cierre de esta edición, ha tenido lugar una asamblea de la sección sindical de CCOO en Asturiana de Zinc, donde los representantes en el Comité de Empresa han informado de que finalmente no aceptarán la propuesta de la dirección. Asimismo, han planteado su decisión de iniciar un encierro para exigir a la empresa la aplicación del último preacuerdo alcanzado. La escasa asistencia a esta asamblea indica el poco interés que suscita ya entre los trabajadores este tema, sin duda debido a todos los meses transcurridos desde que se iniciaran las negociaciones, y al desencanto existente ante la falta de una plataforma reivindicativa que suponga avances sustanciales.

Teniendo en cuenta esto, es muy probable que el encierro no consiga hacer retroceder a la empresa, si el objetivo del mismo es simplemente conseguir que ésta aplique el último preacuerdo. Se da la circunstancia de que este último preacuerdo no llegó a ratificarse por los trabajadores en referéndum, y estaba muy por debajo de las expectativas de la plantilla, en toda una serie de aspectos. Por este motivo consideramos de interés mantener el artículo inicial, pues consideramos que los últimos acontecimientos no modifican sustancialmente las conclusiones que en él planteábamos.

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