El Gobierno del PP, que hasta finales de septiembre aparecía firmemente decidido a seguir con sus medidas, se ha visto obligado a cambiar claramente su discurso de enfrentamiento abierto con los trabajadores y los sindicatos, anunciando días antes deEl Gobierno del PP, que hasta finales de septiembre aparecía firmemente decidido a seguir con sus medidas, se ha visto obligado a cambiar claramente su discurso de enfrentamiento abierto con los trabajadores y los sindicatos, anunciando días antes de la manifestación del 5 de octubre su disposición a modificar sustancialmente el “decretazo” y tratar de restablecer el diálogo con los sindicatos.

La movilización de los trabajadores por la derogación del “decretazo” ha conseguido una parte de sus objetivos. Con el éxito de la huelga general del 20-J, el gobierno PP perdió el pulso con el movimiento obrero. Pretendían infligir una derrota a los trabajadores, pensaban seriamente que la clase obrera no respondería tan masivamente al llamamiento a la huelga general y se equivocaron de cabo a rabo. No quedan lejos las declaraciones de Aznar antes de la huelga cuando se chuleaba de que ese partido lo iba a ganar por goleada. Hubo goleada, sí. La goleada que le metieron los trabajadores con su participación masiva en la huelga y manifestaciones.

Lo más importante es el hecho de que tienen que rectificar públicamente y reconocer el impacto de la movilización.

Pero desde luego, tiene importancia también analizar lo que realmente van a cambiar, de hecho de eso debería depender la continuidad o no de esta lucha por la derogación del decretazo.

Según las informaciones internas de los sindicatos y las aparecidas en la prensa, se retocan a distinto nivel todos los puntos menos el PER.

· Fijos Discontinuos: Se mantiene la prestación por desempleo para todos estos trabajadores, incluidas las actividades de llamamiento cierto, y para ello se modificará el art. 208 de la Ley General de Seguridad Social. El reconocimiento del derecho no será incompatible con que el Inem, si considera que el contrato es fraudulento, demande a la empresa y le reclame a ésta las prestaciones por desempleo pagadas indebidamente (ya antes del “decretazo” esto era así).

· Oferta adecuada de empleo: Durante los primeros cien días en desempleo, el trabajador decidirá por sí mismo y al margen de los criterios de los SPE (Servicios Públicos de Empleo), si acepta o no cualquier oferta de empleo. A partir de esos cien días estará obligado a aceptar lo que el SPE considere empleo adecuado. Se considerará empleo adecuado el que atienda a la profesión del trabajador, considerando por tal el empleo anterior, al menos con una duración de tres meses. También se tendrá en cuenta la situación familiar, la existencia de transporte público en los desplazamientos, el tipo de contrato y de jornada.

· Salarios de tramitación: Si el empresario no reconoce expresamente la improcedencia y no hace el depósito de la indemnización correspondiente, los salarios de tramitación actúan exactamente igual que antes del “decretazo” (la modificación legal respecto a la situación anterior sólo afectaría al art. 56.2 del ET). Los salarios de tramitación correrán en su totalidad a cargo del empresario, frente a la situación anterior al “decretazo” en la que éste sólo se hacía cargo de 60 días y si el trámite judicial era más largo la cantidad que excediera a ese tiempo corría a cargo del Estado. Si el empresario reconoce la improcedencia y en el plazo de 48 horas deposita la indemnización correspondiente en el juzgado, los salarios de tramitación no siguen computando, independientemente de la fecha del acto de conciliación y de la sentencia judicial

· Incompatibilidad entre indemnización por despido y subsidio por desempleo: sólo se computará como renta a efectos de acceso al subsidio las cantidades que superen las indemnizaciones legalmente establecidas (más de 20 días para los despidos causales y más de 33 o 45 días para los improcedentes). Además tampoco se considerará como renta la aportación económica para financiar los convenios especiales de cotización con la Seguridad Social.

· Vacaciones no disfrutadas a la finalización del contrato: se mantiene que el trabajador deberá disfrutar las vacaciones antes del reconocimiento y pago de la prestación por desempleo, pero dicho periodo será cotizado y computado, tanto a efectos de base de cotización como de periodo de carencia para todas las prestaciones de Seguridad Social, incluido el desempleo.

· Subsidio para los trabajadores eventuales agrarios: No hay ninguna modificación, por ahora.

Según estos datos es evidente que no se trata de cambios cosméticos sino que son cambios sustanciales, lo más destacado es que a los fijos discontinuos se les vuelve a restablecer los derechos que tenían.

También se repone el cobro de vacaciones y su cómputo en las cotizaciones.

En el caso de los salarios de tramitación, no se recuperan totalmente, ya que se pierden durante el tiempo que transcurra desde el despido hasta el acto de conciliación, cuando el empresario deposite en 48 horas la indemnización.

La oferta de empleo se suaviza en lo que se considera empleo adecuado, y se dan cien días de margen.

La incompatibilidad de rentas con el subsidio se reduce, aunque sigue existiendo, cuando las indemnizaciones superen el mínimo legal.

Sin embargo en cuanto lo que afecta a los jornaleros se mantiene íntegramente el ataque del decretazo.

Sobre los afectados por el decretazo desde que entró en vigor, se plantea que ya lo han perdido y que los cambios no tendrán carácter retroactivo.

Los cambios evidentemente son importantes pero claramente insuficientes.

El castigo a los jornaleros

El hecho de cambiar el decretazo tarde y mal, esta provocando también en este punto divisiones y enfrentamientos en el seno del PP. Así, en Extremadura el PP ya se ha declarado públicamente contrario a que no se haya modificado este punto, y en Andalucía dicen que en cuanto esto sea planteado seguro que se introducen cambios.

Veremos finalmente qué sucede, pero mientras tanto la situación actual es que se castiga con saña a los jornaleros.

En esta movilización, un sector ha destacado en la lucha, los jornaleros de Andalucía. Fueron los primeros: el corte de Despeñaperros, las ocupaciones de fincas, la marcha a Madrid en julio, que protagonizaron los miembros del SOC, y también los jornaleros organizados en UGT y CCOO con su marcha el día 5 de octubre a Madrid, además de numerosos actos en pueblos y ciudades de toda Andalucía.

Ya el mismo día 9 tras conocer la postura del gobierno, el SOC concentró más de mil jornaleros ante la sede del PP en Sevilla y los dirigentes de UGT y CCOO ya anuncian una huelga general en el campo en Andalucía y Extremadura. La combatividad demostrada por este sector y especialmente por el SOC está fuera de toda duda.

Pero el Gobierno se quiere cebar en los más oprimidos y castigarles, doblegar su espíritu de lucha, aislarles del resto del movimiento obrero.

El día 5 de octubre en la concentración de Madrid, todos los oradores exaltaron desde la tribuna, el esfuerzo y combatividad de este sector. Fidalgo iniciaba su discurso con las siguientes palabras: “...Debo comenzar con un saludo especial a los que arrancásteis de Córdoba el día 26 y habéis recorrido a pie cientos de kilómetros. Doblemente castigados —no se nos olvida vuestra reivindicación de recuperación del subsidio de paro de los eventuales del campo— pero triplemente combativos”.

Ahora se trata de pasar de las palabras a los hechos. No se puede dejar solos a los jornaleros, y que se movilice en solitario el campo andaluz y extremeño.

Esto supondría aislar su lucha y no podemos olvidar que estamos inmersos todavía en un proceso de movilización de carácter general y estatal, en la que el Subsidio Agrario es una reivindicación, y no la menos importante, de las que dieron lugar a la huelga general. Por eso en el contexto del que venimos, con una lucha que ni mucho menos está agotada, es necesario que ya se exija al gobierno la retirada inmediata de este punto y la mejora de los otros, dejando bien claro que de no ser así, la lucha continuará con otra nueva huelga general.

No cabe la menor duda de que esto tendría más efecto que una huelga en el campo a la hora de obligar al gobierno a retirar esta medida.

Mantener la presión, continuar la lucha

El gobierno está cediendo, la lucha empieza a dar sus frutos, pero intentan que sean los menos posibles. A la hora de decidir qué hacer, debemos considerar varios puntos.

En primer lugar si lo arrancado en estos momentos es o no insuficiente con relación al objetivo de la lucha que es “la derogación del decretazo”.

En segundo lugar, y esto es decisivo, si el movimiento está fuerte y dispuesto a seguir el combate o por el contrario está decayendo y no tenemos fuerzas para continuar más.

Sobre lo primero, hay que decir que se mantienen una parte de los recortes y especialmente en el caso del subsidio agrario no se ha conseguido nada todavía. Sobre lo segundo, hasta este momento la lucha no ha comenzado a decaer ni muchísimo menos, es más después del 20-J y con el paréntesis del verano, y a pesar de las maniobras de despiste que hemos señalado que llevó a cabo el gobierno, la primera cita que se ha planteado el 5 de octubre, ha tenido una respuesta extraordinaria, a pesar del intento del gobierno de torpedear esta convocatoria anunciando que estaba dispuesto a hacer cambios unos días antes. Por lo tanto hay que seguir presionando.

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