Con el argumento de la convergencia con la Unión Europea, el gobierno del PP prepara un nuevo ataque que, unido al nuevo sistema de acceso a la universidad ya aprobado estas navidades, significará una mayor selección del alumnado, una mayor elitizaciCon el argumento de la convergencia con la Unión Europea, el gobierno del PP prepara un nuevo ataque que, unido al nuevo sistema de acceso a la universidad ya aprobado estas navidades, significará una mayor selección del alumnado, una mayor elitización de la universidad pública y más reducción del gasto público en la enseñanza.

Durante este curso la derecha ha seguido adelante con su batería de ataques a la enseñanza pública. Tras las fuertes movilizaciones estudiantiles contra la LOU y la Ley de “Calidad” —aprobadas en diciembre de 2001 y 2002 respectivamente— ahora el PP está aprobando sus desarrollos profundizando en los aspectos más negativos de estas leyes. Pilar del Castillo presentó los proyectos de desarrollo de la LOU que establecen la estructura de las enseñanzas universitarias. A todo esto hay que sumar una política servil hacia la Conferencia Episcopal, imponiendo la enseñanza de la religión católica o su alternativa —el Hecho Religioso— como asignatura obligatoria y evaluable nada menos que desde los 6 hasta los 17 años (más allá de la etapa educativa obligatoria). Sin ir más lejos, en segundo de la ESO, la Religión contará con tantas horas lectivas como Matemáticas y Naturales.

Religión en las aulas

La jerarquía de la Iglesia católica podrá adoctrinarnos con total desfachatez: profesores impuestos a dedo por ellos aunque, eso sí, pagados con los impuestos de todos; temarios decididos por los obispos sin posibilidad de modificación por los centros... A los niños de Primaria se les llenará la cabeza con “pecados y milagros”, mientras que las clases de plástica o música quedarán reducidas a la mínima expresión. En la ESO tendremos que acatar la doctrina de la Iglesia en temas como “el divorcio y su problemática”, “la finalidad básica de la sexualidad”, “el aborto”, etc. Tendremos que soportar clases de moralidad de una institución hipócrita y reaccionaria que a lo largo de su historia siempre ha estado del bando de los poderosos y repleta de todo tipo de escándalos. Esta es la calidad de enseñanza que quiere la derecha.

En el curso 2005/2006 será implantada una de las medidas más rechazada por los estudiantes: la reválida. Un examen cuyo único objetivo es impedir que miles de estudiantes podamos acceder a los estudios superiores y que ni siquiera tengamos el Título de Bachiller, aún habiéndolo aprobado. Para superar la reválida habrá que sacar un 5. Hasta ahora era suficiente con un 4. Esta diferencia supondrá que un 20% de estudiantes no puedan acceder a la universidad. ¡Así reduce la masificación la derecha! Por si fuera poco, después de todo esto nos encontraremos con nuevas trabas, tanto académicas como económicas, con la modificación de los planes de estudios en la universidad.

Universidades elitistas

Los estudios universitarios pasarán a estar organizados en ciclos de grado y postgrado. Los títulos de grado (licenciado, arquitecto o ingeniero) que proporcionarán “conocimientos generales básicos” quedarán devaluados y habrá títulos universitarios de primera (Postgrado o master), a los que sólo podrá acceder una pequeña minoría, y títulos de segunda (Grado).

Para obtener el título de Grado habrá que superar un “examen o prueba general”; una especie de reválida, sin la cual no se estará en posesión de dicho título aún habiendo aprobado los años de carrera. Por supuesto, sin este título no se podrá optar a entrar en los estudios de postgrado. Por si no fuera suficiente con la reválida, las pruebas de acceso (exámenes, entrevistas personales...) que podrán realizar las distintas universidades, ahora además se introduce una selectividad interciclos.

¡Este sí que es buen mecanismo para desincentivar a los estudiantes y que abandonemos la idea de hacer una carrera universitaria! ¿Para qué estudiar durante tres o cuatro años si al final es posible que nos quedemos sin el título?

Al Postgrado —orientado a la especialización e investigación— no podremos acceder todos. No sólo se necesitará el título de Grado, sino que cada universidad podrá seleccionar a los estudiantes “conforme a los criterios de valoración de méritos que establezca la Universidad”. Estos master serán ofertados privilegiando aquellas ramas que, desde punto de vista empresarial, sean más rentables. Además, aunque serán títulos ofertados por las universidades públicas su precio no estará al alcance de cualquiera. Actualmente ya son desorbitados para la mayoría de los estudiantes, superando incluso el millón de pesetas aunque se impartan en las universidades públicas. La criba económica será brutal. Más aún si recordamos que el Estado español sigue a la cola de Europa en dinero destinado a becas, estando por debajo de lo que se gastaba en el año 1996.

Cada universidad podrá elegir a quién considere oportuno y en base a los criterios que quiera, como por ejemplo la disponibilidad para estudiar a tiempo completo, lo que en la práctica será un factor de discriminación social. La selección de alumnos está servida y la lucha de cada universidad por conseguir los mejores estudiantes está garantizada.

Así, sólo una ínfima minoría privilegiada podrá tener acceso a una educación superior de calidad. Al fin y al cabo a la derecha le sobran licenciados pese a que las necesidades sociales están ahí. Su único objetivo es expulsar a la inmensa mayoría de los estudiantes de la universidad y que una elite se forme para dirigir esta sociedad mañana.

Desde el Sindicato de Estudiantes hemos llevado a cabo una lucha decidida y tenaz en defensa de una enseñanza pública de calidad y vamos a continuarla, convocando movilizaciones estudiantiles en todo el Estado.. Queremos que la voz de los jóvenes, que sufrimos en nuestras propias carnes la política reaccionaria del PP (privatización, represión, criminalización, futuro precario...) y que le hemos plantado cara desde el principio, se oiga ahora más que nunca. La experiencia ha demostrado que la movilización masiva y consciente de la juventud y los trabajadores es la mejor garantía para conseguir nuestras reivindicaciones. Sólo con la organización y la movilización estaremos en condiciones de conseguir nuestros objetivos.

Miriam Municio

Secretaria general

del Sindicato de Estudiantes

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