La Xunta de Galicia, en manos de la derecha más caciquil y retrógrada del Estado, ha decidido continuar con los ataques a la educación pública y seguir desarrollando la “Ley de Calidad”, aún a sabiendas de que el nuevo Gobierno va a paralizarla.La Xunta de Galicia, en manos de la derecha más caciquil y retrógrada del Estado, ha decidido continuar con los ataques a la educación pública y seguir desarrollando la “Ley de Calidad”, aún a sabiendas de que el nuevo Gobierno va a paralizarla. El responsable de Educación ha afirmado que mientras siga en vigor la LOCE ellos van a continuar con el calendario previsto, a pesar de la oposición de CIG y CCOO, quienes han pedido su paralización.

En un acto de chulería, la Consellería de Educación ha desarrollado uno de los puntos más antidemocráticos de la LOCE; el concerniente a la forma de elegir los directores en los institutos públicos.

De esta forma, a partir del próximo curso, los colegios e institutos perderán capacidad de decisión para elegir a sus directores, en beneficio de la propia Administración.

La orden establece, además, que por primera vez, al cargo de director podrá optar personal de otros colegios e institutos.

En consecuencia dejará de ser el claustro (compuesto por padres, profesores y alumnos y donde estos últimos ya estábamos completamente infrarepresentados) quien designe a los directores, pasando a hacerlo una comisión en la que la Administración tendrá la mayoría de los votos (cuatro, frente a dos representantes del centro).

De hecho la Consellería va mucho más allá de la LOCE, “ya que la ley establece que al menos un 30% de los miembros de la comisión tienen que representar al centro, pero no establece un máximo. La Xunta ha fijado este máximo en el 33% —dos de los seis componentes— cuando Catalunya, por ejemplo, incluye a cinco representantes de colegios” (La Voz de Galicia, 25/3/04).

Es evidente que la oleada represiva que la Xunta ha desatado contra los derechos democráticos en los institutos va a continuar.

En abril del año pasado la Consellería de Educación ya mandó una circular a los centros públicos, en la que prohibía expresamente la colocación de carteles con los lemas “Nunca Máis” y “Non á Guerra”. Más escandaloso todavía fue el castigo infligido a un niño de 12 años en un colegio privado de Compostela, por haber dicho a Fraga “Nunca Máis” en un acto celebrado en su centro.

Es evidente que el hecho de que ahora la Xunta tenga la capacidad de elegir a los directores en los centros escolares tiene por objetivo introducir auténticos policías en la escuela y reprimir derechos como el de reunión, información o huelga.

El PP gallego salió escaldado de las magníficas luchas estudiantiles contra la LOU, la LOCE, la actuación del Gobierno con el vertido del Prestige y la guerra imperialista. Ahora tratan de amedrentarnos con este tipo de medidas. El efecto que conseguirán, como ya ocurrió con la circular que prohibía carteles reivindicativos, será justo el contrario.

Los jóvenes y trabajadores tenemos la imperiosa necesidad de librarnos de estos reaccionarios y derribarlos de la Xunta.

Lucas Picó

SE · Santiago de Compostela

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