El pasado jueves 3 de marzo más de 8.000 estudiantes surcamos las calles del centro de la ciudad en la mayor movilización universitaria de los últimos tiempos en Salamanca. El rectorado de la Universidad de Salamanca (USAL) había lanzado un grave ataEl pasado jueves 3 de marzo más de 8.000 estudiantes surcamos las calles del centro de la ciudad en la mayor movilización universitaria de los últimos tiempos en Salamanca. El rectorado de la Universidad de Salamanca (USAL) había lanzado un grave ataque: trasladar los exámenes de recuperación de septiembre al mes de julio, justo después de los exámenes de junio, y en un mes que es aprovechado por muchos estudiantes para poder trabajar durante el verano, hacer prácticas, etc. Además también planteaban un adelanto a mediados de septiembre del inicio del curso académico y una reducción del número de días en las diferentes convocatorias de exámenes, es decir, más exámenes en menos días.

No se lo esperaban. A pesar de tener cientos de títulos con nombres raros, complicados y en latín, de ser considerados importantes “científicos sociales” y un montón de cosas más, el Rector de la USAL, Enrique Battaner, y todo su séquito de Vicerrectores y altos cargos cometieron justo un día antes de la manifestación la imprudencia de afirmar públicamente que “los estudiantes no seríamos capaces de poner patas arriba la universidad”. Al día siguiente bajo sus despachos miles y miles de estudiantes cantaban a voz en grito eso de “patas arriba, estamos patas arriba…”

Fue una importante demostración de fuerza que en cuestión de horas hizo ceder al rectorado: lo que en un principio era una medida definitiva, empezó a ser “negociable”. El éxito era incuestionable y demostraba, además, que el movimiento iba en aumento, ya que antes de la importante movilización del día 3 de marzo, el pasado 24 de febrero 2000 estudiantes ya se habían concentrado frente al rectorado de forma casi improvisada. Fue precisamente tras esa concentración cando desde el Sindicato de Estudiantes planteamos la necesidad de convocar una huelga general de estudiantes para el día 3 de marzo. Así se lo hicimos llegar a los responsables de las asociaciones de alumnos de la Universidad CEA ¾ vinculada a las Juventudes Comunistas ¾ y UNE ¾ vinculada a las Juventudes Socialistas ¾ , organizaciones tradicionales del movimiento estudiantil en la universidad. Estos compañeros entendieron la necesidad de la convocatoria del día 3 de marzo y convocaron. Eso sí, a su manera. Bajo el argumento de “no dividir a los estudiantes” la dirección de CEA y UNE realizó la convocatoria de forma conjunta con la organización estudiantil de la derecha, AEUS, una especie de agrupación de arribistas sin ninguna base real en el movimiento estudiantil. Desde el SE planteamos inmediatamente de forma compañera a estas organizaciones que era necesario que rompiesen su “alianza” con la derecha, explicando que no eran nuestros compañeros de viaje, que habían estado en frente en el último periodo en todas y cada una de las luchas que protagonizamos los estudiantes, los jóvenes y los trabajadores, y sin ir más lejos, que habían apoyado la LOU, una de las leyes cuyos desarrollos el Rectorado utilizó como excusa para lanzar este ataque. Su respuesta fue, lamentablemente, la de dar una rueda de prensa conjunta con la derecha para denunciar hipócritamente que el SE estaban intentando “dividir a los estudiantes” y para solidarizarse con el representante del PP, que se quejó ante los medios de comunicación de que el Sindicato de Estudiantes le había llamado “cachorro” de la derecha…

A pesar de esto, los compañeros del SE lanzamos una campaña de repartos de volantinas, panfletos, carteles y asambleas de cara a la movilización. Creamos un comité en la Facultad de Psicología y Bellas Artes y llevamos un cortejo de más de 2000 estudiantes en la manifestación. Al final de la misma el representante de la organización estudiantil de la derecha leyó un escueto comunicado en nombre también de las otras asociaciones. Tras ellos, tomamos la palabra los compañeros del SE, que explicamos en un mitin de varios minutos el ataque que estábamos recibiendo, la necesidad de organizarse, crear comités de lucha en las facultades, y si no ceden la importancia de la convocatoria de una nueva huelga general de toda la universidad, llamando también a la lucha al personal laboral, el PDI, los profesores, etc. El mitin fue interrumpido por los aplausos en varias ocasiones.

Tras el éxito atronador de esta movilización el rectorado, fruto de la presión, lanzó la idea de que entraba a “negociar”. Desde el SE, explicamos una vez más como esto no era más que una estrategia para ganar tiempo, y que si habían tenido que disponerse a “negociar” era sólo fruto del éxito de la movilización, con lo cual era necesario marcar una nueva fecha para tumbarles definitivamente y frenar así todas sus medidas reaccionarias. Pero, lamentablemente, una vez más, las direcciones de CEA y UNE, con presencia en el Claustro y en los órganos de representación de la USAL, se volvieron a equivocar. Esperar conseguir algo positivo para los estudiantes en negociaciones de pasillos, despachos y moqueta con las altas esferas universitarias y sin apoyarse en la movilización es como querer tirar una pared a golpes de meñique. Máxime cuando el tiempo corría en nuestra contra y las vacaciones de semana santa estaban esperándonos para tratar de diluir el movimiento. Y así fue: justo un día antes del fin de las clases, las “negociaciones” daban sus “frutos”: ahora cada facultad marcará el calendario académico que le venga en gana, con exámenes cuando quiera y con el inicio y fin de curso según le convenga. Es decir, lo mismo, pero dividiendo el ataque por facultades, para tratar de dividir a los estudiantes y no tener que volver a enfrentarse a una movilización como la del día 3 (lo que demuestra que el rectorado sí ha aprendido algo de esta lucha). Pero, además, esto es aún peor, porque puede darse el caso de que un estudiante que esté matriculado en dos carreras a la vez o que tenga asignaturas de diferentes facultades tenga que convivir con 2 e incluso 3 calendarios diferentes.

Ahora tras las vacaciones de semana santa, el SE ha lanzado una campaña de repartos de hojas de balance y asambleas, ayudando a sacar conclusiones de la lucha y explicando además cuál es la única forma de poder frenar estos ataques y luchar por una universidad pública, de calidad y al servicio de los hijos de los trabajadores: la convocatoria de una huelga general de toda la universidad con la participación de estudiantes, profesores y personal laboral.

¡OBREROS Y ESTUDIANTES UNIDOS Y ADELANTE!

¡POR UNA UNIVERSIDAD PÚBLICA DE CALIDAD AL SERVICIO DE LOS HIJOS DE LOS TRABAJADORES!

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