El gobierno ha presentado su proyecto de ley educativa (LOE) que sustituirá a la ley “de calidad” del PP. Actualmente, el Estado español se sitúa a la cabeza de la OCDE en fracaso escolar (el 33% de nuestros compañeros no superan el bachillerato) y eEl gobierno ha presentado su proyecto de ley educativa (LOE) que sustituirá a la ley “de calidad” del PP. Actualmente, el Estado español se sitúa a la cabeza de la OCDE en fracaso escolar (el 33% de nuestros compañeros no superan el bachillerato) y el gasto anual por estudiante está un 18% por debajo de la media de los países desarrollados. La herencia del PP es una de las causas de esta situación, pero por eso es urgente una reforma educativa en beneficio de los hijos de los trabajadores. Sin embargo, la LOE no es, ni de lejos, el proyecto que necesitamos para resolver los problemas que sufrimos millones de jóvenes. Por eso el Sindicato de Estudiantes convoca huelga general en los institutos y una jornada de lucha en la Universidad el día 8 de noviembre, con manifestaciones en las principales ciudades de todo el Estado.

¿Qué supone la LOE?

La LOE plantea varios ataques muy graves a la educación pública que coinciden en mucho con las medidas que el PP intento aplicar con su funesta ley de “calidad” (LOCE):

· No dispone de suficientes recursos. El gobierno anunció que en cinco años invertirá sólo 6.000 millones de euros para la educación cuando desde 1993 se han dejado de invertir 19.000 millones de euros. Además, de lo anunciado, un tercio del total irá directamente a los bolsillos de la patronal de la educación concertada que en ese mismo período aumentaron sus subvenciones en un 80%. Necesitamos recursos para construir nuevos centros públicos, acabar con los barracones y la masificación y conseguir más calidad en la educación pública. Esta ley no lo garantiza.

· Endurece la selectividad. El gobierno permite que las universidades tengan procedimientos para la admisión de los que han aprobado la selectividad, es decir, una doble criba. Además, un informe previo solicitado por el ministerio planteaba imponer un examen oral, subir en un punto la nota necesaria para obtener el aprobado, que la revisión pueda ser a la baja... entre otras cosas.

· Privatiza la educación pública. Permite que se concierte la segunda etapa de educación infantil, les da más dinero, más subvenciones y prebendas a los empresarios de la privada en detrimento de la educación pública. Por ejemplo, suavizan las sanciones por los incumplimientos de estos centros y, además, les permite cobrar matrículas a sus estudiantes a través de actividades “complementarias”.

· Permite la discriminación por razón de sexo, facilitando que los centros concertados (como los de la secta ultraderechista Opus Dei) puedan dar clases separadas por sexo. Y, aunque han dicho que no permitirán la religión obligatoria (tal y como quería el PP), reconocen los Acuerdos con el Vaticano en los que la religión se equipara a las demás asignaturas fundamentales y se obliga a impregnar con los “valores de la ética cristiana” todas las asignaturas. La jerarquía eclesiástica mantendrá todos sus privilegios, no podemos olvidar que el 89% de los centros privados concertados son religiosos.

· No reconoce nuestros derechos democráticos: El director, elegido en la práctica por la Administración, tendrá más poderes y el Consejo Escolar menos. Y, aunque, gracias a la lucha, hemos conquistado el derecho a decidir colectivamente la asistencia, o no, a clase (no es exactamente el derecho a huelga, aunque la derecha ha puesto el grito en el cielo), no reconocen nuestro derecho a asamblea en hora lectiva.

Además, la LOE mantiene los itinerarios que segregan a los estudiantes tal y como quería el PP (tratan de camuflarlos con las evaluaciones de diagnóstico y con un agrupamiento “flexible” de asignaturas); imponen en bachillerato una asignatura más y una estructura que disminuirá las carreras a elegir: eliminan los exámenes de recuperación de 1º, 2º y 3º de ESO y otra serie de medidas. El gobierno está desaprovechando una oportunidad histórica para transformar el sistema educativo. Con la excusa de elaborar una ley “consensuada”, el gobierno ha optado por plegarse a los intereses de la patronal educativa.

Ante la convocatoria

de la derecha

¡Hay que hacer frente a la reacción!

Las concesiones que supone la LOE no han evitado que, finalmente, la derecha, a través de la Concapa (asociación católica de padres) y con el apoyo de la Conferencia Espiscopal, convoque una manifestación contra el gobierno el 12 de noviembre. En Educación, como en otros aspectos de la política del gobierno está pasando lo siguiente: no evita el conflicto con la derecha pero tampoco se favorece a la base social que ha permitido que la izquierda esté en el gobierno, es decir, la clase obrera y la juventud. La convocatoria de la derecha es otra advertencia de que no se puede contentar a todos. En realidad, el gobierno de Zapatero, con quien tiene que consensuar es con su propia base de apoyo y la única manera de hacerlo es cambiando drásticamente su política educativa, económica y social. En realidad, lo que más puede favorecer a la derecha es que el gobierno sea incapaz de presentar una alternativa a los problemas sociales.

La convocatoria de la derecha el día 12, que obviamente tiene el objetivo de escorar la LOE aún más hacia la derecha, hace más necesario que nunca el éxito del día 8 de noviembre. Desde el SE hacemos una vez más un llamamiento a los dirigentes de UGT, CCOO, STES, CEAPA, Izquierda Unida, BNG y a todas las organizaciones sindicales y políticas de la izquierda a que se movilicen a favor de una verdadera política en defensa de la enseñanza pública y participen en la convocatoria del día 8.

¡Basta de agresiones fascistas! ¡Por los derechos de la juventud!

Un motivo más para la lucha es detener la escalada de agresiones fascistas, que se han incrementado en el último período: Madrid, Guadalajara, Salamanca, Talavera... La movilización del 8 de noviembre también tiene que exigir el desmantelamiento de las bandas fascistas. El gobierno no puede seguir mirando hacia otro lado y tiene que actuar. La actividad fascista tiene mucho que ver con la situación política: La derecha está rabiosa porque no aceptan la victoria de la izquierda el 14-M, el matrimonio de homosexuales o la retirada de la estatua de Franco en Madrid... Sólo la movilización y la lucha puede frenar a los fascistas.

- No a la LOE. Por una reforma educativa en beneficio de los hijos de los trabajadores. 7% del PIB para la educación pública.

- No al endurecimiento de la selectividad, ni a la discriminación por razón de sexo

- No a la privatización de la educación pública.

Basta de privilegios a la concertada y a la jerarquía eclesiástica

- Defendamos nuestros derechos democráticos.

- Desmantelamiento de las bandas fascistas. Fuera los fascistas de los institutos.

Juanjo López, Secretario general del SE

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