“Pan para hoy y hambre para mañana”, así resumía hace unas semanas Edu Moreno, presidente del Comité de Empresa de Salamanca de Transportes y conductor de autobús, cualquier tipo de solución que pudiese venir de la mano de un laudo. Al comienzo de las movilizaciones, a primeros de mayo, quedaba muy lejos la idea de que éste pudiese ser el fin del conflicto y, bien es verdad que la enérgica lucha de los trabajadores se ha mantenido hasta el final con una contundencia y una unidad ejemplares. Sin embargo, finalmente han sido los propios representantes de los trabajadores los que han terminado por decidir firmar el laudo voluntario, viendo esto como la posible salida al conflicto y trasladando la idea de que “con menos de lo que tenemos ahora es imposible que salgamos” (refiriéndose al laudo).
Desde luego, la cerrazón de la empresa, negándose a aceptar o negociar ninguna de las reivindicaciones planteadas por los trabajadores, unida al pasotismo más absoluto por parte del Ayuntamiento de Salamanca, en manos de la derecha que, esgrimiendo el cínico argumento de que el conflicto “incumbía exclusivamente a obreros y empresa”, se ha desentendido prácticamente hasta el final, han hecho que ante la falta de una estrategia de lucha mucho más contundente y con mayores perspectivas por parte de los representantes de los sindicatos, la sensación de estancamiento y el cansancio hayan terminado aflorando entre sectores de trabajadores que, tras semanas de lucha y movilización, no veían una salida posible a la situación.
Represión
La empresa, al inicio del conflicto, tomó las primeras medidas contra los trabajadores: despedir a doce de ellos al no renovarles el contrato. Esta es la forma que han tenido de intentar dividir la ejemplar unidad con la que los trabajadores han hecho frente a la situación. Todas y cada una de las jornadas de huelga y la huelga indefinida, que comenzó el día 28 del pasado mes de mayo, fueron secundadas por el 100% de los trabajadores de la empresa. Pero no es la única medida de represión con la que han tenido que enfrentarse. El subdelegado del Gobierno de Salamanca (el mismo individuo caciquil y reaccionario que ha multado al Sindicato de Estudiantes con 601 euros como complemento a una carga policial con la que reprimieron una manifestación el pasado mes de marzo) la ha emprendido también con los trabajadores de Salamanca de Transportes y ha impuesto varias multas a todos los miembros del Comité de Empresa y a varios trabajadores de 3.606 euros cada una por supuesta “concentración ilegal” a las puertas de la empresa. Está claro, una vez más, de qué lado está y qué intereses defiende la derecha salmantina.
Enviar faxes de protesta exigiendo la renovación del contrato a todos los trabajadores que aún no han sido readmitidos y el cese de cualquier otra represalia a:
Salamanca de Transportes SA
Fax: 923 190 544
Manu de la Fuente
SE · Salamanca