Tras meses de movilizaciones (manifestaciones en Quart de Poblet, Manises, Valencia y Canal 9, concentraciones a la puerta de la fábrica) y negociaciones, el Comité de Empresa y la dirección de Hasbro, propietaria de la juguetera MB, han llegado a unTras meses de movilizaciones (manifestaciones en Quart de Poblet, Manises, Valencia y Canal 9, concentraciones a la puerta de la fábrica) y negociaciones, el Comité de Empresa y la dirección de Hasbro, propietaria de la juguetera MB, han llegado a un acuerdo. Según nos cuenta Isabel, del Comité, el acuerdo ha sido aprobado en asamblea por práctica unanimidad. La lucha ha obligado a la multinacional a pagar unas indemnizaciones mucho más elevadas de lo que pretendía: 53 días por año trabajado para los que cobraban más de 25.000 euros al año y 57 para los que cobraban menos de esa cantidad. Además, los mayores de 45 años cobrarán 150 euros más por año trabajado. El Comité ha considerado que aceptar estas condiciones era la única salida.

La plantilla de MB ha demostrado que la lucha tiene efecto. Sin embargo, es evidente que la desaparición de una fábrica de 515 trabajadores es un paso atrás para la clase obrera ya que son cientos de puestos de trabajo destruidos (sin contar con el ajuste en la industria de componentes de juegos del entorno de MB). Los trabajadores han luchado, pero desde el principio no se dio una perspectiva clara: pelear por el mantenimiento de la factoría. Es cierto que los medios de comunicación burgueses han jugado su papel, escondiendo esta lucha, y que la Generalitat del PP como no podía ser de otra forma, más allá de declaraciones contra el cierre, no ha hecho nada por evitarlo. La pretendida defensa de los intereses valencianos de estos señoritos, tan eficaces cuando se trata de promover los negocios de especuladores, constructores y grandes empresarios (y de ellos mismos, claro) se diluye cuando se trata de enfrentarse a los capitalistas americanos, que no dejan de ser sus hermanos de clase mayores.

La lucha de MB podría haber encontrado más apoyo orientándose conscientemente hacia los principales comités de empresa del cinturón industrial valenciano y de la propia Valencia, y directamente hacia las poblaciones afectadas. La Federación de Químicas y la Unión Comarcal de CCOO (sindicato al que pertenecen todos los delegados) deberían haber hecho una campaña de solidaridad en las grandes empresas (reparto de hojas, asambleas...), explicando que hay que romper con la dinámica de desindustrialización que se está dando en la comarca, y que ninguna Copa del América va a cambiar. Por último, un punto decisivo hubiera sido pedir la solidaridad de todas las factorías de Hasbro en el mundo, ya que cualquier otra fábrica puede ser víctima también de la rapacidad de estos capitalistas, siempre hay algún otro país con mano de obra más barata.

Precisamente por esto es necesario iniciar un debate sobre la necesidad de organizar una lucha seria y coordinada por la nacionalización, sin indemnización y bajo control obrero, de toda una serie de empresas rentables, ya estén en la Comunidad Valenciana, en Catalunya o en cualquier otro punto del Estado.

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