Conchi Garbi
Miembro del Comité Intercentros
de Telefónica Móviles España
Los trabajadores afectados por el mobbing o "acoso moral o psicológico en el trabajo", se enfrentan diariamente a jefes autoritarios y déspotas que creen tener el poder en sus manos para hacer lo que les venga en gana con la vida de sus subordinados. También se enfrentan a compañeros que les juzgan por su aspecto, condición, forma de pensar o trabajar. Además, se les quitan tareas que normalmente realizaban, se les cambia a turnos nocturnos para que tengan el menor contacto social posible y, para más inri, si tienen una característica física peculiar, sufren los motes e insultos que les llevan a profundas depresiones, ataques de ansiedad, etc.
Actualmente, es muy difícil que las mutuas patronales lo consideren una enfermedad laboral. En el Insalud les dan la baja por depresión, pero en el momento que tienen la primera, las recaídas son frecuentes porque ir a trabajar se convierte en un suplicio cada vez más insoportable. Desde los sindicatos se les anima a denunciarlo pero a la hora de la verdad, las asesorías jurídicas te aconsejan dirigirte a asociaciones de trabajadores afectados por el mobbing, porque ellos no ven ninguna posibilidad.
Muchos trabajadores hemos oído hablar de este tipo de acoso, sin embargo pocos somos conscientes de sus consecuencias. La mayoría de los casos acaban en despido y en el caso de Telefónica Móviles España, este tipo de despido, camuflado por "baja productividad", se ha llegado a comunicar a un trabajador por medio de un telegrama enviado a su domicilio cuando todavía estaba de baja.
Los representantes sociales en Telefónica Móviles España tenemos constancia de algunos de estos despidos camuflados. No podríamos confirmar el número exacto de éstos porque, aunque la empresa tenga que notificárselos al Comité de Empresa correspondiente, hace caso omiso de las obligaciones que tiene acordadas en Convenio Colectivo.
El Comité de Empresa de Madrid denunció a Telefónica Móviles ante la Inspección de Trabajo por incumplimiento de obligaciones administrativas y el trabajador la denunció por acoso moral. Sin embargo, el acoso moral es prácticamente imposible de demostrar; para ello, cualquier trabajador afectado debe conseguir testigos que se atrevan a contar la verdad..., pero eso es muy difícil. Por el contrario, las empresas sí que llevan testigos para declarar en contra de éstos, llegándose incluso a traicionar a un compañero, ya sea por miedo o por incentivos interesantes.
Las leyes protegen a los empresarios y cada vez menos a los trabajadores. Aunque la ley diga lo contrario, la realidad es que somos culpables hasta que podamos demostrar lo contrario y si las leyes no nos defienden, sólo la unidad de los trabajadores podrá hacer frente a los ataques cada vez más abusivos de los empresarios..., visto para sentencia.
