Desde la parte social, se plantea un convenio de transición que unifique algunos de los temas principales (aumento salarial, jornada, etc.) y prorrogue el articulado de los antiguos convenios en el resto.
La parte empresarial plantea un claro retroceso: incremento salarial inferior al 4% de inflación del año pasado, movilidad funcional y geográfica, congelación por dos años de las plazas de ascenso en la antigua Bazán, etc.
Además, la situación del Grupo es bastante calamitosa y a lo largo de los próximos meses el trabajo se irá agotando en toda una serie de centros (Gijón, Sevilla, Fene...). Es verdad que hay dificultades en el mercado mundial de buques —no a consecuencia de una maldición divina, sino de la política económica que practica la burguesía—, pero no sería la primera vez que nos encontramos con una actuación consciente por parte de la SEPI para crear una “sequía” y que la amenaza de la quiebra y de una nueva vuelta de tuerca en la reconversión naval actúe como una espada de Damocles sobre nuestras reivindicaciones. Con toda probabilidad, la estrategia empresarial en el convenio será intentar dividir a los trabajadores condicionando las medidas a tomar en los centros con escasa carga de trabajo a la aceptación de retrocesos en las condiciones laborales y los derechos conquistados.
El objetivo final de todo esto es la privatización de Izar, ya sea ahondando aún más la privatización indirecta que se viene produciendo desde hace años (subcontratación) o a través de la venta pura y dura de algún centro o de todo el Grupo a una empresa privada, como pasó con Santa Bárbara.
Los trabajadores no debemos caer en la trampa. La única defensa posible es una lucha unida. Por eso hay que dejar de lado cualquier tentación localista dentro del Grupo Izar y luchar todos juntos para defender los aspectos más positivos de cada uno de los convenios y el carácter público del Grupo. Además, también dentro de cada factoría debe conformarse un único movimiento obrero entre los trabajadores de la principal y los de las subcontratas, que en muchos casos representan un auténtico Tercer Mundo laboral dentro de los recintos de las grandes empresas, como demuestran las luchas de los trabajadores de la industria auxiliar en los últimos años. Ahora, por ejemplo, en la comarca de Ferrol la dirección planteó el traslado de 300 trabajadores de Izar-Fene a Izar-Ferrol, con la consiguiente pérdida del mismo número de empleos en las auxiliares. Indudablemente sería un grave error sindical abordar esta situación sólo desde la perspectiva estrecha de plantilla de Izar (condiciones de los traslados, etc.), hace falta una visión de conjunto, una visión de clase.
El convenio es el primer gran reto sindical del Grupo Izar, pero habrá más en el futuro. El resultado de esas batallas dependerá fundamentalmente de nuestras propias fuerzas, del nivel de conciencia, organización y lucha de los trabajadores. En este sentido, los trabajadores marxistas de Izar pensamos que también en nuestra empresa hace falta un giro sindical a la izquierda, un sindicalismo más combativo, más sociopolítico, más participativo y más asambleario, que defienda con intransigencia los derechos de los trabajadores, que dé la batalla contra la empresa día a día y que haga realmente del conjunto de los trabajadores de Izar los protagonistas de su propia lucha.
José R. Rico
Comisión Ejecutiva de CCOO · Izar-Ferrol
