“El candidato no es el mismo, el programa sí”
(Carles Puigdemont. Discurso de investidura, 11 de enero de 2016)

“Una diputada de ICV acaba de confesarse marxista, ¡y sin ningún remordimiento!” (Carles Puigdemont, 16 de abril de 2008)

En su discurso de investidura como presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont dejó muy claro que aunque las caras cambien el proyecto es el mismo: el de Artur Mas, cuyo legado reivindicó orgulloso. Se trataba evidentemente de resaltar la victoria de Convergència, de su programa, y de sus recortes, y la puñalada asestada a la CUP.

¿Quién es Carles Puigdemont?

Un repaso a la biografía del nuevo president nos clarifica por qué Artur Mas le nombró su sucesor. Desde joven militó en Convergència, siendo, como Mas en su momento, un fanático y fiel seguidor de Jordi Pujol, hasta el punto de ser uno de los fundadores de las juventudes de esta formación. En 2011 se convierte en alcalde de Girona, gobernando día a día con el apoyo del PP. Tal y como explicaba hace un año Lluc Salellas, concejal de la CUP en el ayuntamiento: “CiU y el PP han acordado las principales políticas de la ciudad en los últimos cuatro años. […] La boda del Sr. Puigdemont con el PP ha sido como la de las grandes estrellas del rock: sin fotografías pero a las claras y sin contemplaciones”.

Una de las cuestiones más polémicas fue la Ordenanza de Civismo, de las más restrictivas del estado y aprobada con el PP, que ha impulsado ordenanzas similares en otras ciudades, y que prohíbe a la ciudadanía actividades tan inofensivas “como colgar la ropa en el balcón, jugar a la pelota en la calle, comer bocadillos en parques públicos, o ir en patines o circular en bicicleta por algunas calles del Barrio Viejo”. Para cumplir esta ordenanza se instalaron además cámaras de seguridad por la ciudad y en diversos coches patrulla de policía. Pero lo más lamentable y criticado fue la instalación de contenedores de basura con candados para impedir que la gente necesitada pudiera hacerse con la comida caducada que tiran los supermercados. ¡Al más puro estilo del PP!

Por otro lado, tal y como ha denunciado la propia CUP, Puigdemont ha llevado a cabo la vieja política clientelar de Convergència, designando a dedo a cargos públicos que deberían acceder por concurso, con sueldos en algunos casos de 70.000 euros, concediendo licencias también a dedo, o potenciando los negocios con las “empresas amigas”. Este es el caso de la colección de cuadros de Santos-Torroella, adquirida por el ayuntamiento por 3,9 millones de euros, por encima de su valor real, y que se pagará a través del canon de agua que abona la empresa Girona SA (controlada por La Caixa y las multinacionales Agbar y FCC) a cambio de que el ayuntamiento garantice que la gestión del agua sigue en sus manos, en manos privadas. ¡Al más puro estilo caciquil del pujolismo! No es de extrañar que su jefe de campaña en las elecciones de 2011, Josep Manel Bassols, fuera finalmente detenido el año pasado en la operación Pretoria que investiga la famosa trama del 3% de Convergència.

Pero junto a estos y otros hechos destaca especialmente su carácter reaccionario, su profundo anticomunismo, y sus vínculos con el sionismo, apoyando con entusiasmo los criminales bombardeos sobre Gaza, o con la Iglesia católica, participando en la beatificación de tres monjas mártires del franquismo junto al ministro del Interior, Fernández Díaz, y homenajeando a la entidad católica ultraconservadora de Girona Els Manaies. Con este historial, es fácil de entender la satisfacción de Mas con su nombramiento.

¿Y el Govern?

Pero no se trata solo de Puigdemont, sino del nuevo gobierno y de su programa, que no se desvía un ápice en lo esencial de la política practicada hasta ahora por Convergència. Uno de los puntos más sensibles a este respecto es tanto la sanidad como la educación. En el primer caso, aunque se ha cambiado la cara del conseller, desplazando al odiado Boi Ruiz, se ha nombrado como director del CatSalud (órgano que gestiona la sanidad pública catalana) a David Elvira, que trabajaba para el grupo Sanofi, una de las principales multinacionales farmacéuticas y del sector de la salud. Por otro lado, Josep Maria Argimon, impulsor del VISC+*, ha sido nombrado segundo del CatSalut, a pesar de que la paralización de dicho programa era uno de los acuerdos con la CUP. Por otro lado, la nueva consellera de Educació será la convergent Meritxell Ruiz, mano derecha de Irene Rigau, y responsable del brutal recorte de las becas de comedor bajo los gobiernos de Artur Mas, que provocó el aumento vertiginoso de los casos de malnutrición infantil.

De hecho, el nuevo Govern, y concretamente el conseller de Economía, Oriol Junqueras, de ERC, ya ha anunciado que los próximos presupuestos serán “injustos, difíciles y complicadísimos”, planteando que no tiene margen presupuestario, y rechazando la propuesta de la CUP de incrementar el impuesto de sucesiones a la rentas más altas. La realidad es que sí que hay margen y que sí que hay recursos, pero evidentemente utilizarlos en beneficio de la mayoría requerirá chocar con los intereses de la burguesía, algo a lo que no está dispuesto el nuevo Govern. El propio Junqueras argumenta constantemente a favor de entenderse con los inversores y los mercados de cara a conseguir la independencia, prometiéndoles asegurar el pago de todas las deudas que correspondan a Catalunya, frente a la posible quiebra del Estado español. ¿Qué tipo de independencia se conseguiría así, bajo el capitalismo, cuando el aliado para conseguirla son los mismos poderes financieros depredadores que aplastan las aspiraciones y la soberanía de todos los pueblos de Europa?

¡Sí al derecho de autodeterminación! ¡Sí a la izquierda que lucha!

Es evidente el gravísimo error que ha cometido la dirección de la CUP permitiendo que Convergència siga marcando la pauta con sus políticas de siempre. Ahora este error continúa profundizándose con la prórroga de los presupuestos, que ha contado con cinco votos favorables de la CUP, a pesar de que no comparten “el modelo neoliberal de los presupuestos”. Son las consecuencias de un acuerdo que les ha atado de pies y manos, y de la lógica de colaboración de clases que, decisión tras decisión, se va imponiendo. Tal como se vio tras el 20D, existen las condiciones para echar a la derecha y emprender un proceso de transformación social real en Catalunya y en el resto del Estado. De hecho, al tiempo que se formaba el Govern, Ada Colau anunciaba que En Comú-Podem se constituiría en partido político permanente, haciendo un llamamiento a participar en dicha confluencia a los sectores combativos de la CUP, algo muy positivo. Los resultados de En Comú-Podem en las elecciones generales han puesto encima de la mesa el enorme potencial revolucionario de una candidatura que defienda el derecho de Catalunya a la autodeterminación vinculado a la lucha contra los recortes sociales y a las políticas de ajuste de la troika, Convergència y el PP. Ahora más que nunca hay que recuperar las calles, organizar el movimiento de resistencia contra este nuevo govern de las élites, e impulsar la lucha consecuente por la libertad de los pueblos y de la clase trabajadora.

* Programa que agrupará los datos sanitarios de todos los usuarios de la sanidad catalana, permitiéndose la venta de los mismos a empresas privadas, principalmente farmacéuticas y compañías aseguradoras.

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