Como en el resto del Estado, en Galicia, la política del PP ha sido un constante arreciar de golpes a los servicios públicos, siendo un blanco particular la sanidad, que en los últimos años ha sido víctima de recortes y privatizaciones que han contribuido de manera decisiva a su deterioro. Desde la llegada de Núñez Feijoó a la Xunta, el recorte del presupuesto sanitario en Galicia ha sido del 12,3%, lo que supuso una pérdida total de 460 millones de euros. Esto significa 2.000 profesionales del sistema sanitario menos y 450 camas públicas eliminadas.

Sanidad bajo ataque

El área sanitaria de Vigo es la más afectada por los recortes y la que tiene las mayores listas de espera de Galicia. El nuevo hospital vigués “Álvaro Cunqueiro”, proyectado para cubrir todas estas carencias, fue adjudicado, siguiendo la política del PP consistente en servir en bandeja al gran capital los servicios sociales más básicos, a una concesionaria privada. A ésta le fue encomendada la proyección, construcción y gestión de sus servicios.

La supuesta eficiencia de la iniciativa privada queda muy de manifiesto: el presupuesto final fue tres veces mayor al estimado para el proyecto público.

Todo esto al tiempo que se cierran instalaciones sanitarias en la ciudad, como el hospital Xeral, el Cíes, especialidades de Coia y Doblada, etc.

Gravísimas carencias en el nuevo hospital

El nuevo hospital incumple todas las promesas hechas: dispone de menos camas, superficies de servicios y servicios de urgencias. Y su apertura está siendo tremendamente caótica: traslados de pacientes improvisados, personal carente de información, trabajadores a los que no se les informa de donde van a trabajar al día siguiente, condiciones de instalaciones auténticamente lamentables (han sido fotografiadas ratas, el techo se cae, hay goteras por todas partes…), precarización de las condiciones del personal de servicios, e, incluso, contaminación microbiológica en quirófanos, que ha paralizado los traslados al hospital. Por si fuera poco, las conexiones del hospital con la ciudad, a través de transporte público, son muy escasas y todos los aparcamientos del mismo son, gracias a la empresa privada que los gestiona, de pago.

La mayor manifestación en décadas en la ciudad

Ante esta auténtica catástrofe, diversos colectivos sociales y organizaciones sindicales, destacando la plataforma SOS Sanidade Pública, han convocado la que, posiblemente, haya sido la manifestación más grande de la ciudad en décadas, por encima de huelgas generales y movilizaciones contra la catástrofe del Prestige. Ayer, jueves 3 de septiembre, un auténtico clamor de 200.000 personas, de una ciudad de 300.000 y área metropolitana de 500.000, exigieron el fin de este estado de cosas. Toda la izquierda social y política, además de la inmensísima mayoría de la ciudad y comarca, estaban en la calle, en un ambiente electrizante, emparentando con las mejores tradiciones obreras propias de Vigo.

Una cosa sí ha quedado clara: hay condiciones para levantar una lucha consecuente y decisiva, que empiece por la dimisión de la Conselléira de Sanidade, pero que termine echando abajo a Feijoó y al Partido Popular, revirtiendo todos los recortes y abriendo el camino a un auténtico gobierno de izquierdas, surgido de la movilización, que defienda las condiciones de vida de la inmensa mayoría, garantizando una vida digna para todos.

¡SÍ SE PUEDE DERROTAR AL PP!

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