ARABIA SAUDÍ - 11 de marzo: “Día de la Ira”

El rey Abdalá ha hecho suyo el dicho de “cuando las barbas de tu vecino veas cortar…pon las tuyas a remojar”. Efectivamente, viendo como la oleada revolucionaria ha ido acercándose peligrosamente a sus fronteras, el 23 de febrero anunció un paquete de entre 20.000 y 30.000 millones de euros para la empleo, viviendas sociales, aumentar el subsidio de desempleo y la subida del 15% a los salarios de los funcionarios; el día 27, decidió convertir en fijos todos los contratos temporales de saudíes que trabajen para el Estado (unos 90.000).
Sin embargo, estas concesiones económicas pueden animar todavía más la lucha. En la última semana de febrero ha habido manifestaciones con centenares de personas, a pesar de estar prohibidas, pidiendo la liberación de presos políticos en distintas ciudades (Qatif, Salwa, Awwamiya) de la provincia oriental del país, donde se encuentran las principales reservas petroleras y donde, sin embargo, el nivel de vida de la población de esta zona (de mayoría chií) es inferior al resto del país. La policía no se atrevió a usar la represión. Además, más de 17.000 personas han apoyado en Facebook la realización de manifestaciones, y para el 11 de marzo hay convocado un “día de la ira”, con reivindicaciones como derechos para la mujer, la liberación de prisioneros políticos y una monarquía constitucional (no hay parlamento elegible, ni partidos políticos). No podemos olvidar que las primeras manifestaciones en Bahréin eran bajo esa consigna de monarquía constitucional, pero la represión radicalizó las reivindicaciones rápidamente, exigiendo la caída del régimen.
Sólo pensar en un escenario de revueltas en el primer exportador de petróleo del mundo produce escalofríos a los imperialistas. El régimen saudí no escapa a la inestabilidad de la zona, ni en el terreno económico (la bolsa ha caído un 18% desde que comenzaran las protestas en Túnez, y 12 días consecutivos a la baja, la peor racha desde 1998) ni en el social. La monarquía está muy preocupada ante la posibilidad de un contagio de las protestas del vecino Bahréin (a diario cruzaban el puente que une ambos países unos 9.000 coches saudíes), hasta el punto de que hay rumores de que tanques saudíes habrían entrado en territorio bahreiní para controlar las revueltas.

 


KUWAIT -  Se manifiestan los inmigrantes

 

El viernes 18 de febrero más de un millar de personas se manifestaban para exigir la concesión de la nacionalidad y el derecho a la educación y la sanidad gratuita a la que tienen derecho los kuwatíes.  La respuesta del régimen fue la represión y la detención de varias decenas de ellos, mientras celebraban a todo lujo el 50º aniversario de la independencia del país. El “democrático” Kuwait, como el resto de monarquías petroleras de la zona, “alberga” a decenas miles de trabajadores inmigrantes venidos de Asia, auténticos parias que nada poseen, esclavos del siglo veintiuno, rodeados de la más ofensiva ostentación.


BAHRÉIN - Los manifestantes gritan: “Ni chií ni suní, soy bahreiní”

El martes 22 de febrero hubo la mayor manifestación hasta la fecha, alrededor de cien mil personas en este pequeño archipiélago arábigo con poco más de un millón de habitantes (más del 50% inmigrantes), importante centro financiero (una cuarta parte de su PIB depende de este sector) y de vital importancia para el imperialismo al ser la sede de la V Flota norteamericana.
La falacia de que es una lucha de chiíes contra suníes, utilizada por el régimen para dividir, y cogida con las dos manos por la burguesía en occidente para presentarla como enfrentamientos sectarios entre radicales musulmanes de uno y otro signo, contrasta con el claro grito de guerra de los manifestantes: “Ni chií ni suní, soy bahreiní”. Por si quedara alguna duda al respecto, el testimonio del guía turístico Abdulah Muhamma, recogido por La Vanguardia (2/03/11), es cristalino: “El régimen se ha apropiado de costas ganadas al mar, de islitas, ha vendido terrenos a los saudíes, trafica con mafias indias que traen prostitutas marroquíes para los árabes… Son criminales que han fomentado la división entre chiíes y suníes”.
La dinastía Al Jalifa, ante la evidencia de que el movimiento no se detiene, ni siquiera tras la feroz represión a balazo limpio del ejército en la emblemática Plaza de la Perla en Manama, ha hecho alguna concesión como la liberación de presos políticos y ahora llama a la oposición a dialogar para salvar su pellejo. Los dirigentes de la llamada oposición chií (Haq, Wefaq…), aterrados por las dimensiones y el carácter del movimiento (que exige la caída total del régimen y rechaza el diálogo), muy crítico con ellos también, han recogido este llamamiento de forma inmediata para negociar y darle un balón de oxígeno; mientras, las manifestaciones se suceden. El 2 de marzo, dos multitudinarias marchas recorrieron Manama exigiendo la liberación de los disidentes que siguen encarcelados y un país sin diferencias sociales entre chiíes y suníes.

 


OMÁN - El control del estrecho de Ormuz en juego

Las exigencias de reformas políticas, mejoras salariales y empleo llevaron el 1 de marzo a mil manifestantes a bloquear los accesos al puerto y a la refinería del principal centro industrial del país, Sohar, reclamando “el beneficio de nuestro petróleo distribuido de forma equitativa entre la población”, en un país donde el 60% de la fuerza de trabajo es extranjera. Se incorporó a la movilización la capital, Mascat, donde los manifestantes exigían el fin de la represión que ya se ha cobrado dos víctimas, y Salalah, al sur del país.
El regímen del Sultán Qabús, en el poder desde hace 40 años, ha prometido la creación de 50.000 puestos de trabajo en la administración, un subsidio de desempleo, la liberación de los detenidos en las manifestaciones, una remodelación de gobierno y aprobó un decreto que incrementa el salario medio del sector privado un 43%, en un intento desesperado de contener y tranquilizar el movimiento.
Omán, con poco más de tres millones de habitantes, preocupa y mucho a los imperialistas puesto que controla, junto con Irán, el estrecho de Ormuz, desde donde se comercializa el 40% del petróleo de la zona.

 


YEMEN - El pueblo clama ‘No al diálogo. La única opción es que te vayas’

 

Al calor de la oleada revolucionaria iniciada en Túnez, las masas yemeníes no han cesado desde el mes de enero en su objetivo de terminar con una tiranía que dura ya más de 20 años. El ridículo anuncio del presidente, Alí Abdalá Saleh, de no presentarse a la reelección cuando termine su mandato en… ¡2013! no ha frenado el movimiento. Decenas de miles de yemeníes salieron a manifestarse por todo el país con la exigencia de su dimisión y al grito de “No al diálogo, no al diálogo. La única opción es que te vayas”, dejando muy claro que no están dispuestos a caer en la trampa del régimen, que ahora “ofrece” a la oposición (que en un principio accedió, pero que rápidamente tuvo que recular por la presión del movimiento) la formación de un Gobierno de unidad nacional y empezar a discutir reformas constitucionales.
El 1 de marzo, en un nuevo Día de la Ira, mientras el dictador destituía a los gobernadores de cinco provincias y pronunciaba un discurso en la Universidad de Saná, fuera, a sus puertas, en lo que se ha convertido en el punto de referencia de la protesta en las últimas tres semanas, los manifestantes gritaban “Eryal, eryal”  (Vete, vete). Esta ha sido la mayor protesta hasta la fecha (según la prensa) y que se extendió a Adén, Ibb, Taiz y Hodeida. Todo ello a pesar de la brutal represión del régimen, según Amnistía Internacional, sólo ese día hubo 27 muertos.
Mientras, los partidos de oposición, agrupados en la plataforma “Encuentro Compartido”,  nuevamente tratan de llegar a un acuerdo con el régimen, que pasaría por la salida del poder presidente en 2011 (y no en 2013), a espaldas de un movimiento al que tienen pánico.

 


IRAQ - Decenas de miles se movilizan contra la pobreza y la ocupación

 

A pesar de la ocupación militar imperialista, los jóvenes y trabajadores iraquíes han salido a las calles en la primera movilización masiva, de una punta a otra del país, para exigir el final de la ocupación y protestar contra la corrupción y por las espantosas condiciones de vida que sufre la inmensa mayoría de la población. Chiíes, suníes, y kurdos, luchando conjuntamente contra el paro, la escasez de luz, agua y alimentos, por la inversión pública en infraestructura, contra los bajos salarios, etc.
Las amputaciones en líneas sectarias ejecutadas por el imperialismo USA, iraní y saudí y por las diferentes camarillas no han impedido que el pueblo iraquí se movilice como un solo cuerpo cuando ha tenido la oportunidad. El 20 y 25 de febrero decenas de miles de iraquíes se manifestaron por todo el país desafiando el toque de queda impuesto por el gobierno iraquí que además sitió la Plaza de la Libertad en Bagdad para evitar que llevaran a cabo una ocupación similar a la de Egipto. En Basora (de mayoría chií) los 10.000 manifestantes consiguieron la dimisión del gobernador, en Faluya (de mayoría suní) la del alcalde, en Mosul (ciudad protagonista de tantos enfrentamientos sectarios entre kurdos, suníes, turcos y asirios) también salieron a la lucha conjuntamente. Las protestas fueron especialmente numerosas en el Kurdistán iraquí, una zona que se había mantenido relativamente tranquila. Y todo ello a pesar de la dura represión (con varias decenas de muertos) del gobierno.

 


IRÁN - Manifestaciones masivas contra el régimen de los mulás

Nada más dejarse sentir los temblores revolucionarios en el mundo árabe, Ahmadineyad, el presidente iraní, públicamente mostraba su optimismo ante el inicio de nuevo período de regímenes fundamentalistas en la región, nada más lejos de la realidad. Pocos días después, el 14 de febrero, decenas de miles de personas, en todo el país, salían a las calles. En las manifestaciones eran visibles las muestras de solidaridad con las revoluciones en Túnez y Egipto.
A pesar de la feroz represión, más de 1.500 detenidos, el 20 de febrero, de nuevo decenas de miles salieron a las calles en Teherán y en las principales ciudades. Ese día una huelga general paralizó completamente el Kurdistán, el seguimiento fue del 90%. Una de las grandes diferencias con el movimiento de masas contra el fraude electoral de junio de 2009, es que ahora piden directamente el derrocamiento del régimen de los mulás. Este movimiento coincide con un incremento del movimiento huelguístico en las grandes empresas debido al impago de los salarios, son cientos de miles los trabajadores que llevan meses sin cobrar. Según los datos oficiales el 43% de los trabajadores viven por debajo del umbral de pobreza. Uno de los ejemplos más importantes es la refinería de Abadan, la mayor del país, los trabajadores llevan seis meses sin cobrar y podría ser el inicio de la incorporación a la lucha del decisivo sector petrolero, clave en la lucha contra el régimen, como demostró su participación en la revolución de 1979.

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