En la jornada electoral del 14 de marzo IU ha perdido más de 112.000 votos y cinco de sus ocho diputados. Pierde la representación parlamentaria que tenía en Andalucía (Córdoba, Málaga y Sevilla), un diputado en Madrid y su histórico diputado de Astu Bárbara Areal

Miembro del Cosejo Político Regional de IU-CM

El voto útil

Por otro lado es evidente que el voto útil ha contribuido en buena parte a la pérdida de votos de IU. Este proceso de concentración del voto de izquierdas es inevitable en las condiciones de la democracia burguesa, especialmente cuando las diferencias programáticas entre las dos principales fuerzas de la izquierda no son tan sustanciosas. El ansia por echar a la derecha tras los acontecimientos de los últimos años, explica el razonamiento práctico de millones de jóvenes y trabajadores, que a la hora de depositar su voto en la urna lo han hecho por la formación con más posibilidades de alcanzar el gobierno.

Es cierto que IU ha estado presente en todos los movimientos de masas contra el PP de los últimos años. Pero esto es insuficiente. De lo que se trata es de la orientación que tiene la organización de cara al movimiento obrero y la juventud: un partido que lucha por el socialismo, desde la construcción de sus fuerzas en el movimiento sindical, en los barrios obreros, en las empresas y en los tajos, en las universidades y los institutos, fundiéndose con la población en sus luchas y organizando, elevando el nivel de conciencia de la clase obrera, o por el contrario una organización que se convierte en una maquinaria electoral, que no tiene una estrategia para implicarse en la lucha de clases con una política marxista, que centra su actividad exclusivamente en el terreno institucional sin conectarla con la lucha de masas, y que aspira a competir con la socialdemocracia utilizando métodos publicitarios y electorales “respetables” para la opinión pública de la burguesía. Esta es la cuestión de fondo que decidirá el futuro de Izquierda Unida.

Combatir las presiones ideológicas de la burguesía

Un buen ejemplo de lo que decimos, lo encontramos en el comportamiento de IU ante el problema nacional y la cuestión del terrorismo individual.

ERC triplican sus votos y multiplican por ocho sus escaños a pesar de ser calificados de asesinos y de sufrir una campaña de castigo permanente en los medios de comunicación burgueses. ERC no es una organización revolucionaria, ni siquiera es calificable de obrera sino de pequeño burguesa. Pero cada ataque que recibió del PP en el terreno de la cuestión nacional y del terrorismo, fue contestado por parte de la dirección de ERC de una forma decidida.

Cuando en la manifestación del 12 de marzo en Barcelona, Rato y Piqué fueron sacados en volandas por sus guardaespaldas debido a los gritos de los manifestantes, los representantes del PSOE e IU rechazaron el hecho por antidemocrático. Sin embargo, Carod-Rovira, cabeza de lista de ERC, dijo comprender la franca indignación de los manifestantes con quienes nos metieron en una guerra injusta que trae estas consecuencias. Es más que seguro que muchos de los votantes de ERC no apoyaban tanto su programa nacionalista, sino la convicción de que votando esa lista fortalecían un instrumento de lucha efectivo contra la derecha y la reacción.

Esa misma imagen no se ha proyectado desde IU.

Conmoción

tras el atentado: ¿qué aportó IU al movimiento que se desencadenó?

En los momentos críticos, y las primeras 48 horas que siguieron al brutal atentado de Madrid lo fueron, una dirección es clave. Si es capaz de actuar de forma audaz y con claridad y firmeza, ganará autoridad política entre los sectores más avanzados y por tanto decisivos. Analizar la actuación de la dirección de IU en este acontecimiento histórico es útil, no sólo por la gravedad del hecho en sí, sino porque es representativo de su política real en momentos clave, cuando millones de trabajadores miran a sus dirigentes en busca de respuesta.

El primer comunicado público de IU, horas después de los atentados, responsabilizaba del mismo a ETA sin dejar lugar a dudas, no incidía en la extracción de clase de los asesinados y llegaba a afirmar: “El mejor debate es el no debate. La mejor respuesta ... la unidad de los demócratas, sin que entre nosotros se abra la más mínima fisura”. Decenas de miles de jóvenes salieron ese mismo día a la calle, cientos de miles, millones de trabajadores se sintieron impotentes ante semejante crimen contra nuestra clase, pero la dirección de IU no tenía nada que decir, salvo ¡vayamos de la mano de la derecha! Al día siguiente, con algo más que dudas sobre la autoría del atentado y su instrumentalización por parte del gobierno, en un segundo comunicado la dirección de IU insistía en “mostrar su completo apoyo al gobierno y ofrecer su ayuda y cooperación” y consideraba su “responsabilidad decirle a la sociedad en estos momentos que sus representantes populares están unidos”.

Posteriormente el talante de los comunicados cambió, se recordaba la guerra y quién nos había metido en ella, se pedía la dimisión del ministro del Interior; pero en ese momento IU ya no aportaba nada nuevo, sólo se hacía eco de las conclusiones que decenas de miles de personas ya habían sacado por su propia cuenta.

Un slogan de ‘marketing’

Con tu voto, ¿es posible?. Este juego de palabras pretende destacar las connotaciones políticas del eslogan electoral elegido por IU: “Con tu voto, es posible, palabra”.

Para empezar, se trata de algo tan abstracto y vacío, que cualquiera de los partidos que se presentaban, incluida la derecha, podría suscribirlo. Para continuar, hacer del voto, es decir, del parlamentarismo burgués, un elemento fundamental para conseguir tus objetivos, aparte de una falsedad que la historia de la lucha de clases desmiente una y otra vez, demuestra que la orientación de IU está exageradamente inclinada hacia lo institucional, en perjuicio del trabajo de base en la calle.

Precisamente se trata de la idea principal que una organización transformadora, que quiere denunciar la actitud de los reformistas que piensan que en el marco del capitalismo es posible solucionar los problemas de la población, debe combatir. Lo que debemos explicar a los sectores más avanzados de nuestra clase y de la juventud, es que votar no basta. En primer lugar porque el Parlamento no está al servicio del pueblo pues todas las conquistas que han hecho más digna nuestra vida: salarios, vacaciones, sanidad, educación, derechos democráticos, se han conseguido a través de la lucha en la calle. Y, en segundo lugar, porque hay que participar activamente en política, no podemos dejar la política en manos de los llamados políticos profesionales, hay que estar en los partidos y sindicatos obreros pues nuestra organización es imprescindible para derrocar al capitalismo.

En Andalucía sorprendía muy negativamente ver a Diego Valderas, candidato andaluz de IU a la presidencia de la Junta de Andalucía, afirmar en una reunión con la Confederación Andaluza de Empresarios que “Los empresarios andaluces tienen un gran papel que jugar en la lucha contra las desigualdades sociales”. O sea que los que generan la explotación y las desigualdades, las van a combatir. Y esto lo afirma un candidato de IU en plena campaña electoral. Obviamente de esta manera además de no transmitir un mensaje diferenciado del PSOE, no se eleva la conciencia de la clase ni se fortalece a IU.

No desviar la atención

del objetivo central: construir una herramienta para la lucha revolucionaria

De hecho, junto a los obstáculos y errores cometidos, hay un elemento que los militantes de IU no debemos olvidar: el terreno electoral nunca ha sido el más favorable para los revolucionarios. A diferencia de las movilizaciones o las huelgas, donde los sectores más avanzados ponen su sello, en las elecciones participan toda las capas sociales, incluidas las más atrasadas: el voto de un experimentado activista sindical es igual que el de un tendero.

Para una organización como la IU que queremos, unas elecciones son un termómetro, que mide la polarización social, el estado de ánimo de la clase obrera y las capas medias, etc. Tener uno o varios diputados en el parlamento o cualquier otra institución burguesa, es enormemente útil para difundir el programa socialista, llegando a más trabajadores y jóvenes.

Pero el trabajo prioritario, más importante, más rentable políticamente, sigue siendo el trabajo en barrios y ciudades, en empresas y centros de estudio. Cavar profundas raíces entre el movimiento obrero y la juventud. Tener presencia real en las luchas, ser el punto de referencia al que un trabajador o un estudiante acude en busca de orientación cuando decide movilizarse, cuando tienen un problema en la fábrica o en la facultad. Este es el terreno favorable para los marxistas, donde verdaderamente podemos ser fuertes: la lucha de clases, y en ese terreno los revolucionarios explicamos que estas luchas parciales deben servir para fortalecer la más importante, la lucha por la transformación socialista de la sociedad, tarea donde la actividad electoral es tan sólo una parte y no la más decisiva.

Cualquier activista con cierta experiencia sabe que en la lucha política hay que ver más allá de lo inmediato, tener una visión a medio y largo plazo. Después de todo no estamos aquí para sacar 5, 8 o 20 diputados, sino para desarrollar la conciencia de la clase obrera y la juventud. La forma en que se ha producido esta victoria del PSOE, determinada más por el odio a la derecha y la masiva movilización que por el entusiasmo de las propuestas y la autoridad política de sus dirigentes, pone ante nosotros, un terreno favorable para desarrollar esta tarea. Si somos capaces de conseguir que IU sea una genuina alternativa revolucionaria ganaremos

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