El pasado 12 de mayo, el PP, que tiene la mayoría simple en el Senado (123 de 251), propuso una moción al gobierno para que no paralizara la aplicación de la Ley de “Calidad”. El pasado 12 de mayo, el PP, que tiene la mayoría simple en el Senado (123 de 251), propuso una moción al gobierno para que no paralizara la aplicación de la Ley de “Calidad”. En teoría el resto de los grupos parlamentarios estaban en contra de esta moción. ¡Entonces debería de haber sido derrotada! Pues no, el PP gana la primera votación 88-58 con 52 abstenciones y 53 ausencias. “Sus señorías no sabían como votar”, explicó el portavoz del PSOE. Parece ser que no habían pasado por la dura instrucción para aprender a apretar un botón...

El PSOE y sus socios de Entesa (PSC-ERC-ICV) lograron una segunda votación tras una clase intensiva de cómo votar. Da igual, volvieron a perder. El resultado fue 119 a favor de la moción del PP, 115 en contra, una abstención (del PP) y 16 ausencias (11 del PSOE y 2 de Entesa) ¡Qué vergüenza!

Al ser una moción no tiene validez real, pero puede darse el caso de que en el Senado se tenga que votar una ley y se modifique su contenido, no pudiendo volver a intervenir el Congreso de los diputados, lo que supone que el PP podría utilizar esta Cámara para paralizar o modificar leyes con un contenido progresista.

Lo que ha sucedido con la LOCE demuestra dos cosas. Por un lado, el carácter reaccionario del Senado: una cámara preparada para facilitar una mayoría de derechas. Mientras que la mayoría de la población votó masivamente a la izquierda el 14-M, en el Senado ganó la derecha.

Por otro lado nos hemos encontrado ante la vergonzosa actuación de algunos senadores de los partidos obreros. No estamos hablando de soldadores o albañiles que no pudieron acudir a las sesiones porque se encontraban trabajando. Esto pone sobre la mesa la necesidad que tenemos de demandar que cumplan con sus responsabilidades. ¿Qué sucede cuando un trabajador falta a su puesto de trabajo? Todos conocemos la respuesta.

Exactamente igual tenemos que exigir sueldo obrero para representante obrero, porque por sus sueldos, está claro que viven una realidad muy diferente a la de un trabajador. El sueldo de senador se sitúa entre los 42.000 y los 50.500 euros anuales, a los cuales hay que añadir un complemento, si se reside fuera de Madrid, que ronda los 1.200 euros mensuales (16.800 euros al año, teniendo en cuenta que un senador cobra 14 pagas al año). Entre pitos y flautas, el sueldo total se situaría entre los 58.800 y los 67.300 euros. Mucho menos que un eurodiputado —que con una legislatura electo tiene su vida solucionada—, pero mucho más que un encofrador o un calderero... Ya sabemos, sueldos altos por ser hombres estudiados, universitarios, con varias carreras... ¡Qué mínimo que saber votar!

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