El detonante fue el incumplimiento de las medidas de seguridad, pese a las denuncias reiteradas de los trabajadores en esta materia. Así las cosas, un relevo decidió no entrar al trabajo, en protesta por esta situación. La reacción fue el despido de 5 trabajadores y posteriormente la sanción a otros 3 con falta muy grave.

Inmediatamente, los trabajadores fueron a la huelga, demandando la readmisión de estos compañeros, la anulación de las sanciones y el cumplimiento de las medidas de seguridad. Posteriormente, la lucha se endureció aún más, con el encierro de varios trabajadores en el Ayuntamiento, desde el 20 de mayo, y la organización de piquetes que paralizaron la explotación a cielo abierto de Turmaledo, también propiedad de Vitorino Alonso.

Durante todo este tiempo, los trabajadores han protagonizado manifestaciones en la comarca, además de una jornada de huelga general en la zona, y una manifestación ante el gobierno autonómico (cuyo presidente, Tini Areces, se negó a recibir a los trabajadores, de manera vergonzosa). Ahora, el empresario ha despedido a otros 7 trabajadores, de forma prácticamente injustificada.

La zona de Cangas del Narcea tiene una tradición minera centenaria, y los trabajadores de Coto Minero manifiestan diariamente una fortaleza y una capacidad de lucha digna de su historia, demostrando estar dispuestos a continuar hasta ganar esta batalla.

Pero se enfrentan a un empresario corrupto y caciquil, dispuesto a todo para romper el espinazo del movimiento obrero y los sindicatos en sus minas. En declaraciones hechas recientemente, ya les recordaba que “él les había ganado en León todas las batallas a los sindicatos”. Lógicamente, una victoria de los trabajadores de Coto Minero sería un precedente peligroso y un ejemplo para los trabajadores de otras explotaciones, que están en condiciones similares o peores.

¡Por una huelga minera de solidaridad!

Esta es una razón de más para redoblar esfuerzos y conseguir ganar esta lucha. Los trabajadores pueden probablemente resistir una larga huelga, a condición de no quedarse aislados en sus reivindicaciones. Por eso ahora es tarea ineludible de las Federaciones de CCOO y UGT y de las Uniones Comarcales poner a funcionar toda la capacidad de ambos sindicatos.

El movimiento obrero es fuerte, pero no puede actuar improvisadamente. Las direcciones sindicales deben extender ya este conflicto a toda la minería pública y privada, en Asturias y en León, organizando una huelga general en la minería, en apoyo a estos compañeros. El derecho a trabajar sin jugarse la propia vida es innegociable. La razón está de parte de los mineros de Coto Minero Narcea. Con la solidaridad del resto de trabajadores, tendrán además la fuerza suficiente para obtener la victoria.

¡La seguridad no se negocia!

¡No a los despidos en Coto Minero!