El 15 de junio el comité de empresa de Izar Gijón rechazó el expediente de regulación de empleo propuesto por la SEPI. Esa misma semana se había anunciado la adjudicación para construir un buque hospital. Los dirigentes sindicales advirtieron que este buque no dará trabajo a toda la plantilla de 413 trabajadores ni a los 800 de auxiliares.

En una entrevista que nos concedió el presidente del comité, José Ramón Argüelles (CCOO) explica: “lo que nos preocupa es el futuro de los astilleros porque los civiles, sobretodo, se están quedando sin carga de trabajo (…) El último pedido que tuvimos fue en febrero del 2002 (…) se sabe que hay barcos que se pueden adjudicar y no los dan (…) es porque quieren tener las gradas vacías, pretenden hacer un expediente de regulación, mandar a casa al 40% de la plantilla con el objeto de desarmarnos y poder imponer su plan sin movilizaciones”.

Tras un año duro de lucha por parte de los trabajadores del Grupo Izar y posteriormente tras el cierre rápido de la negociación del convenio, parece que el gobierno del PSOE va a seguir adelante con la reconversión naval que ya iniciara el PP. De hecho ya están planteando la entrada de capital privado “como única alternativa para salvar los astilleros”. Están culpando a China y Corea por competir deslealmente con mano de obra barata… ¡Pero esa es la lógica del sistema capitalista! Abaratar costes laborales para aumentar beneficios empresariales. Utilizar mano de obra barata de los trabajadores de un país (en este caso chinos y coreanos) para atacar las condiciones de los trabajadores de otro país (españoles, franceses, etc.) Los dirigentes sindicales miran hacia las medidas que tomó el gobierno francés cuando concedió fondos públicos al Grupo Alstom permitiendo la entrada de capital privado, reduciendo en más de un 30% su producción y destruyendo 8.500 empleos. ¿Esta es la “única alternativa” para los trabajadores de los astilleros? La solución no pasa por privatizar “poco a poco” Izar, sino por apostar por el sector público con un plan industrial fuerte, defendiendo los actuales puestos de trabajo.

Argüelles continúa: “Exigimos que se sienten a negociar de forma seria. Un plan de viabilidad que garantice el futuro de Izar (…) Habrá que pegar unos retoques a la empresa para adaptarla a los nuevos tiempos, y un rejuvenecimiento de plantilla totalmente necesario para poder competir”. Un “plan de viabilidad” significará, como bien saben los trabajadores, la destrucción de puestos de trabajo como ocurrió en Naval Gijón llevando al cierre del astillero. En cuanto a la renovación de plantilla, qué duda cabe que es absolutamente necesaria, siempre y cuando no suponga un recorte de empleo. Por cada uno que sale, otro debería ocupar su puesto, en las mismas condiciones salariales. No podemos permitir más puestos de trabajo destruidos, en tanto no se creen alternativas industriales, serias y viables. Esta es la posición que deben defender los dirigentes sindicales de forma tajante. Y sólo basándose en la movilización de los trabajadores de todos los astilleros se puede dar una respuesta contundente a los planes de reconversión.

Como dice Argüelles: “nos tenemos que preparar para algo largo y duro (…) Indudablemente luego se tienen que implicar no sólo los trabajadores del sector porque esto va a afectar a todo el mundo (…) sin ir más lejos ya tenemos un bar aquí en la esquina que cerró”. Este punto es muy importante, necesariamente hay que implicar en la lucha a los trabajadores auxiliares y también a todos los trabajadores que afecta el conflicto. Recientemente, Alberto Rubio, en una asamblea de CCOO, alertaba del peligro de una nueva reconversión en Asturias, de proporciones similares a la de los años 90. Esto no es ninguna exageración, si tenemos en cuenta todos los sectores que están en dificultades además del naval (el nuevo plan del carbón

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