El plan presentado por la SEPI el 14 de octubre tiene pocas novedades de fondo. De hecho, hasta su título es muy claro en este sentido. Si el documento del 7 de septiembre se titulaba "Líneas básicas del plan para Izar", éste se titula "Desarrollo [Bájate el mismo texto en formato PDF para imprimir]

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El plan presentado por la SEPI el 14 de octubre tiene pocas novedades de fondo. De hecho, hasta su título es muy claro en este sentido. Si el documento del 7 de septiembre se titulaba "Líneas básicas del plan para Izar", éste se titula "Desarrollo de las líneas básicas del plan global para Izar".

Es verdad que hay alguna novedad, como lo de Turbinas o que ya no se habla de cerrar factorías, novedades que hay que tener claro que se deben a que las movilizaciones llevadas a cabo por el conjunto de los trabajadores le hicieron “comprender” al gobierno que tenía que cambiar de táctica, pero estamos esencialmente ante un plan igual al anterior. El “nuevo” plan desarrolla los elementos que ya conocíamos y contra los cuales nos movilizamos estas últimas semanas: privatización, destrucción de empleo digno y deterioro de las condiciones laborales. Por tanto, tenemos que seguir rechazando este “nuevo” plan, como rechazamos el anterior.

La privatización no es asumible. Si no lo es cuando es indirecta (subcontratación), mucho menos cuando es directa y de al menos el 51% del capital. Tampoco es asumible aunque el comprador fuesen las cajas de ahorro, con el argumento de que éstas tienen una finalidad social. Esa supuesta finalidad social de las cajas no aparece por ningún lado cuando se pide un préstamo en una de ellas. La nueva fórmula para la privatización sólo busca desactivar la protesta y que alguien le haga el trabajo sucio al gobierno algo más tarde.

Tampoco se puede aceptar una nueva reducción de plantilla, que sólo persigue transformar un empleo de calidad en otro precario donde los bajos salarios, las jornadas laborales prolongadas, el deterioro de las condiciones de trabajo, los despidos, etc. están a la orden del día.

Y el tercer gran objetivo del “nuevo” plan sigue siendo el empeoramiento en las condiciones laborales de los que permanezcamos en activo. El plan habla de la necesidad "de un nuevo marco de relaciones laborales a partir de enero de 2005", de cambiar el "sistema de clasificación profesional" (que probablemente quiera decir cambiar el sistema de ascensos y asimilaciones de la antigua Bazán), de más flexibilidad, de movilidad... todo con el mismo argumento con el que se plantean el resto de las medidas: “no somos competitivos".

Tenemos que rechazar este plan porque es esencialmente el mismo contra el que estuvimos luchando hasta ahora. La pequeña marcha atrás a la que el gobierno se vio obligado se debió a nuestra movilización. No hay motivos para darnos por vencidos, todo lo contrario, debemos aumentar la presión sobre el gobierno, debemos profundizar la lucha en la línea que el Sector Crítico de CC.OO. venimos planteando: con una estrategia clara y un plan unificado de movilización con el resto de los trabajadores de Izar y de compañías, que culmine en una Marcha a Madrid en sábado.

Hay que transmitirle al gobierno que los trabajadores vamos a llegar a donde sea necesario para defender los astilleros y conseguir un plan que sea una garantía de futuro para el sector naval público. El gobierno vio el peligro que se deriva de nuestra lucha. Por eso, por miedo a atragantarse, prefirió partir el pedazo que inicialmente pretendía llevarse a la boca. El gobierno quiere dividirnos, para darle el primer bocado a Sevilla, Gijón, Manises, Sestao y Fene. Pero si lo consigue, a continuación se planteará cómo meterle el diente a todo lo restante.

Izar-Ferrol, a 18 de octubre de 2004

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