En la tarde del pasado 10 de agosto se declaró un incendio en una nave de Actividades Químicas Andaluzas, en el interior del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), en esta barriada de Campanillas. En la tarde del pasado 10 de agosto se declaró un incendio en una nave de Actividades Químicas Andaluzas, en el interior del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), en esta barriada de Campanillas. El incendio, que dejó la nave totalmente calcinada, formó grandes cantidades de humo tóxico, monóxido y dióxido de nitrógeno, producido por la combustión de materiales plásticos y sustancias químicas muy peligrosas, como el anhídrido clorhídrico que contiene siempre compuestos halogenados y clorados, compuestos orgánicos volátiles, metales pesados, incluso dioxinas y furanos. Los Verdes de Andalucía declararon que “el único calificativo que merece este suceso es de catástrofe, por lo que no caben halagos ni autocomplacencias”. El director del PTA, Felipe Romera, se apresuró a declarar que los dispositivos de seguridad del parque funcionaron a la perfección y que el humo no era tóxico. Eso es totalmente incierto, pura propaganda, ya que la contaminación fue tremenda. Este señor estaba de vacaciones, por lo que la información que daba era ficticia, ya que no presenció el accidente. En una empresa con participación estatal, si un cargo comete esos errores debería dimitir o ser destituido fulminantemente. Pero la cultura democrática brilla por su ausencia en la burocracia que parásita en torno a las ubres del Estado.

Por otro lado, la reacción de las autoridades locales solo consistía en aconsejar que cierren las ventanas, que no se salga de casa y esperar que el viento sea favorable. Tal era el problema que no solamente empezó a afectar a los trabajadores del recinto, que son cerca de 6.000, sino que los planes de evacuación y las medidas de emergencia no se pusieron en marcha adecuadamente. Al final, sopló viento favorable y los campanilleros y los churrianeros, otro núcleo a unos 12 kilómetros, que estaban también avisados de emergencia, pudimos respirar algo mejor.

El concejal de Campanillas, José Hazañas, declaró a la prensa local que el “humo se debía a la quema de distintos productos, entre ellos aceite, que produjo un humo muy intenso” quitando importancia al asunto, poniéndose claramente de parte de la empresa con absoluto desprecio a la vida y salud de los ciudadanos; esta es la forma de proceder de estos elementos del PP. Hasta siete camiones de bomberos se tuvieron que desplazar para sofocar el fuego, y eso que según el Concejal, era de poca importancia. Está claro que nadie quiere dimitir, ni el concejal, ni el alcalde, ni el director del PTA, como si estos hechos, que casi se tapan, que atacan la vida de más de 30.000 personas de las dos barriadas próximas mencionadas y 600.000 más de la capital, que está solamente a 10 kilómetros.

¿Cómo es posible que un PTA, que según nos dicen, solo debe admitir empresas con energías limpias, tengan esos almacenes de productos tan peligrosos, sin planes de emergencias adecuados y con el problema de evacuación tan peligroso, que se forman tapones imposibles de sortear a la entrada y salida del recinto? ¿Cuándo se va a legislar adecuadamente, para meter en cintura a esos empresarios desaprensivos, que engañan al Estado, cobran subvenciones millonarias de Europa y de nuestros impuestos, y ponen en peligro nuestras vidas impunemente, anteponiendo sus beneficios privados a la vida de los ciudadanos? ¿Cómo se les permite que atenten contra nuestra salud a cambio de obtener enormes beneficios y primas negociando con medidas de seguridad, como estamos viendo el terrorismo patronal con la cantidad de muertes constante en la construcción y otros sectores? ¿A qué están esperando las asociaciones de vecinos del barrio, los sindicatos y los partidos de izquierdas, para lanzarse a la lucha, contra este estado de desprotección que padecemos? En el próximo pleno la oposición, que está compuesta por el PSOE e IU, deberían pedir la dimisión del alcalde y abrir una comisión de investigación que informe de las negligencias y exigir las medidas de seguridad adecuadas en el PTA y resto de empresas, modificando la Ley para que los vigilantes de seguridad de las empresas sean obligatorios y tengan capacidad para inspeccionar empresas, levantar sanciones e incluso proponer el cierre inmediato en caso de peligro inminente. La salud no se vende ni se delega: ¡¡SE DEFIENDE!!

Pepe Martín

Portavoz en Málaga de Izquierda Socialista-PSOE y militante de UGT

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