En torno a un tercio (20.000 personas) del personal dedicado a la investigación en nuestro país lo hacen como becarios de investigación.En torno a un tercio (20.000 personas) del personal dedicado a la investigación en nuestro país lo hacen como becarios de investigación. Se trata de licenciados o doctores que, dedicándose a tiempo completo a la investigación, generalmente en centros públicos, reciben una remuneración económica mensual (unos 100 euros brutos para los licenciados y 1.300 euros para los doctores) pero no están contratados, con todo lo que ello conlleva: no cotizan a la Seguridad Social, no tienen derecho a paro, no tienen pagas extras; al no tener una jornada laboral reconocida, no cobran las pagas extras; no pueden presentarse a las elecciones sindicales... Esta situación se prolonga, en muchos casos, durante más de diez años.

La supuesta justificación de todo esto es que estos jóvenes todavía no son investigadores propiamente dichos y están en proceso de formación. Aparte de que en cualquier sector —y particularmente en la investigación— cualquier persona está en un proceso constante de formación y esto no le impide trabajar con todas las de la ley desde el primer día, su “explicación” pierde todo el sentido ante el hecho de que hay doctores, esto es, el máximo grado de formación posible, que siguen siendo becarios.

Durante la última campaña electoral, el PSOE prometió que la investigación sería una de sus prioridades, incluyendo una mejora en la situación de los becarios. En concreto, su programa electoral recogía que los becarios licenciados durante los dos primeros años cotizarían a la Seguridad Social, aunque sin estar contratados y sin derecho a paro, y en el tercer año y sucesivos, así como los becarios doctores, estarían contratados. Este compromiso era claramente insuficiente, ya que lo que se debería hacer es eliminar la figura del becario de investigación y crear una categoría laboral de Personal Investigador en Formación, de manera que, desde el primer día que se empezara a trabajar en la investigación, se estuviera contratado.

Pero el PSOE no ha cumplido ni siquiera con sus pírricas promesas. Ya en el gobierno, han aprobado nuevas convocatorias de becas para doctores, e incluso en la convocatoria de este año del Plan de Formación de Profesorado Universitario endurecieron las condiciones para renovar anualmente las becas respecto de las que había durante el gobierno del PP; finalmente, tuvieron que dar marcha atrás en este punto y mantenerla como en años anteriores ante la indignación que produjo.

En concreto, lo único que han concedido es Seguridad Social a partir del tercer año —sin derecho a paro—, que se eliminen las retenciones de IRPF y una subida salarial de 100 euros. Todo esto sólo para los becarios de ciertos programas, con lo que muchos van a seguir igual que hasta ahora. El gobierno ha vendido esto como que se habían satisfecho las reivindicaciones históricas de los becarios, insistiendo además en la subida de sueldo. Sin embargo, aunque ésta sea significativa —sin llegar a compensar lo lejos que están los salarios de los becarios de lo que deberían ser según su cualificación—, la reivindicación principal de este colectivo nunca ha sido económica, sino la de estar contratados con plenos derechos. Pero el gobierno parece haber olvidado la palabra contrato que aparecía en su programa y sus concesiones, aparte de escasas, ¡ya habían sido aprobadas por el gobierno del PP, aunque no haya sido hasta ahora cuando se han llevado a cabo!

Por si esto fuera poco, se ha llevado a cabo un recorte encubierto de los presupuestos de investigación; los investigadores pueden solicitar ayudas para pasar algunos meses en el extranjero, ampliando sus conocimientos. Pues bien, este año, “casualmente” sólo se han considerado interesantes las peticiones para Europa, denegando la mayoría de las de EEUU, Japón, China o Australia, mucho más caras.

En definitiva, el PSOE daba dar un giro de 180º en su política científica si realmente quiere una investigación pública de calidad que repercuta en beneficio de la mayoría de la sociedad. Para ello, es necesario un aumento drástico de la inversión y la mejora de las condiciones de los investigadores.

¡Ningún investigador sin contrato!

Jara Pérez

Becaria de Investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas