El pasado 16 de octubre Rafael Vera fue condenado a siete años de cárcel por malversación de los fondos reservados durante su época como secretario de Estado para la Seguridad. Confirmada la sentencia, Vera insinúa que va a “cantar” los nombres de to El pasado 16 de octubre Rafael Vera fue condenado a siete años de cárcel por malversación de los fondos reservados durante su época como secretario de Estado para la Seguridad. Confirmada la sentencia, Vera insinúa que va a “cantar” los nombres de todos los demás implicados que no han sido juzgados, por lo que toda una serie de antiguos dirigentes socialistas, se apresuraron a pedir su indulto debido a sus “meritorios servicios a la democracia”, considerándolo algo de “estricta justicia”.

Guerra sucia, malversación, corrupción...

Sin embargo, si se examina de cerca la labor de Rafael Vera se hace totalmente indefendible el indulto a una persona vinculada con el terrorismo de Estado, en concreto con los GAL. Las actividades de este grupo, responsable de la muerte de veintisiete personas, estuvieron alentadas desde el gobierno, en concreto desde el Ministerio del Interior, lo que explica que sean precisamente Felipe González (presidente del gobierno en aquella época) y José Barrionuevo (ministro del Interior) los que encabezan la petición de indulto.

La actual condena contra Vera, aunque no está directamente vinculada con los GAL, si lo está con los fondos reservados que sirvieron para financiar las actividades de este grupo, y al margen de que se ha probado que Vera utilizó parte de esos fondos para su lucro personal, motivo por el que todavía sigue en prisión, el fondo de todo este proceso sigue siendo la guerra sucia llevada a cabo por el aparato del Estado contra ETA, con secuestros, torturas y asesinatos, en las mejores tradiciones del aparato franquista.

Obviamente, el juicio contra los GAL no ha sido llevado hasta los últimos responsables, y además, los principales encausados, Barrionuevo y Vera, ya fueron indultados tras estar solamente cinco meses en prisión.

¡Depuración del aparato del Estado!

Zapatero ha planteado en diferentes ocasiones que quiere un gobierno y un partido “sin el lastre del pasado”. Ahora es una buena oportunidad para demostrar que, efectivamente, está dispuesto a romper con la vergonzosa actuación de elementos que se decían socialistas.

En primero lugar es hora de limpiar las cloacas del Estado, juzgando a todos los implicados en la trama de los GAL, actuando con la mayor contundencia, juzgando y encarcelando a todos los culpables, sin excepción.

Por otro lado, hay que acabar de una vez por todas con los fondos reservados que, como la propia ley dice, “se caracterizan respecto a los demás gastos públicos por la prohibición de publicidad y por estar dotados de un especial sistema de justificación y control.” ¿Acaso esta legislación especial no permite que en el futuro se pueda volver a utilizar dinero público para financiar actividades claramente ilegales, o que los responsables de estos fondos vuelvan a utilizarlo para sus intereses personales?

Se hace por tanto urgente acabar con esta situación, terminar con el secretismo actual, desmilitarizar la Guardia Civil y poner bajo supervisión de los sindicatos las academias militares y de policía, además de legalizar el derecho de sindicación y demás derechos democráticos en todos los cuerpos militares.

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