El pasado 28 de octubre, la sección sindical de CCOO en Aceralia-Asturias convoco 24 horas de huelga en solitario, como respuesta al acuerdo firmado por las secciones sindicales de UGT y USO con la dirección de la empresa, rompiéndose así la históricEl pasado 28 de octubre, la sección sindical de CCOO en Aceralia-Asturias convoco 24 horas de huelga en solitario, como respuesta al acuerdo firmado por las secciones sindicales de UGT y USO con la dirección de la empresa, rompiéndose así la histórica unidad sindical en esta empresa desde su creación en los años 60.

Después de meses de negociación entre sindicatos y empresa, se firma el nuevo Plan Laboral en el que se modifica la escala profesional y salarial. Además con este acuerdo la empresa tendrá total libertad para poder modificar los regímenes de turnos cuando lo considere oportuno, incluso en vacaciones, peligrando así el “quinto turno” para todo el año. También se modifica el tema de la jornada irregular (40 horas anuales a libre disposición de la empresa) pudiendo ahora ser aplicables a bajas que previsiblemente no sean superiores a cinco días. Así mismo se introduce un periodo de adaptación para el personal de nuevo ingreso no superior a los tres meses, en este tiempo no se cobraran los pluses vinculados a la producción. Hasta ahora se cobraba según el convenio desde el primer día. Con este acuerdo se concretan 626 prejubilaciones de personal de estructuras (mandos, personal de oficinas, almacenes...) y tan solo 120 nuevas incorporaciones para sustituirlos. Todo esto a cambio de promesas de nuevas inversiones que garanticen la competitividad y el futuro de las instalaciones, sin ningún tipo de garantías; de hecho son las mismas que en otras ocasiones, que no se cumplieron.

Desde las direcciones de UGT y USO no han dejado de presentar en la prensa regional como ejercicio de responsabilidad y buen hacer la firma de este acuerdo. Pero los que han tenido que ir a los tajos lo han tenido que explicar diciendo que no es un buen acuerdo pero no se podía hacer otra cosa, a cambio de unas promesas de inversión y modernización

CCOO se opone a este acuerdo por considerar que se tocan cuestiones del convenio a cambio de vagas promesas. Se pone manos a la obra y comienza una recogida de firmas para exigir un proceso de asambleas para explicar el acuerdo y que este sea ratificado por los trabajadores en referéndum, a lo que se oponen rotundamente UGT y USO (que son la mayoría del Comité de Empresa). Ante el éxito de la recogida de firmas, se decide convocar un pleno extraordinario del comité cuatro días antes de lo previsto, para ratificar el acuerdo.

Anteriormente CCOO ya había convocado 24 horas de huelga en solitario para el 28 de octubre. Sin embargo, ante lo presumiblemente dura que podía ser la huelga, en vez de hacer asambleas por los talleres en las que se votara la misma, prefirieron no seguir enfrentándose a los dirigentes de las secciones de UGT y USO, aunque sus propios afiliados los criticaban abiertamente y habían firmado pidiendo un referéndum y asambleas, con lo que así se podría contrarrestar toda la campaña de presión y chantaje de la empresa y se podrían organizar piquetes con toda legitimidad. Nada de esto se hizo y aprovechando la mayoría del comité aparecieron llamamientos pidiendo responsabilidad y llamando a los trabajadores a ir a sus puestos de trabajo para el día 28. Esto, unido a la campaña de la empresa de amenazar veladamente a los eventuales y del día antes pasar lista para ver quien tenía pensado ir a la huelga, sembró de dudas a un sector de la plantilla. Posteriormente se plantearon unos servicios mínimos totalmente desproporcionados: por primera vez se ha introducido a todo el personal de la Acería de Avilés, a todo ferrocarriles y todo el personal de los Hornos Altos de Veriña. Pese a todo la producción sí se vio afectada y no fue un día normal, sin entrar en la guerra de cifras, muchas instalaciones pararon por la falta de una persona clave, otras quedaron paradas para tareas de mantenimiento (una casualidad que todas pararan el día de la huelga), y lo que no paró funcionó más o menos gracias a unos servicios mínimos abusivos.

Esta es la primera batalla, todavía la empresa no esta totalmente satisfecha con lo conseguido. Todavía pretenderá exprimir aún más a los trabajadores para seguir engordando sus beneficios (865 millones de euros en el primer trimestre de 2004, un 124% mas que el año pasado).

En esta perspectiva, la tarea ahora es preparar el sindicato para la batalla: reuniones de la sección sindical, debatir las acciones a llevar a cabo, coordinar campañas de propaganda explicando lo que está sucediendo y aglutinar todo el descontento existente en la plantilla para organizar una lucha seria por nuestros derechos.

Paco Ibáñez

CCOO · Aceralia

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