El Militante.— Estás trabajando en la John Deere, ¿tus condiciones laborales se ajustan a las del resto de juventud de la comarca? Rocío Cruz.— No y sí. No, porque es el primer empleo que tengo con unos derechos y condiciones dignas, ya que los evenEl Militante.— Estás trabajando en la John Deere, ¿tus condiciones laborales se ajustan a las del resto de juventud de la comarca?

Rocío Cruz.— No y sí. No, porque es el primer empleo que tengo con unos derechos y condiciones dignas, ya que los eventuales todavía trabajamos bajo el mismo convenio que el resto de la plantilla ha peleado durante décadas. Sí, porque a pesar de ello, somos eventuales. Sabemos que, en principio, estamos aquí de pasada. Eso nos produce inquietud, porque en unos meses volvemos al paro. La empresa intenta utilizarnos como punta de lanza para ir introduciendo cambios. Además intenta utilizar la idea de posibles contrataciones indefinidas como moneda de cambio para cambiar las condiciones laborales, dividir la plantilla... más o menos lo que hemos visto en todas las grandes empresas. Si se sale con la suya, a la larga acabaría siendo como otro taller cualquiera, ya no sería la John Deere.

EM.—¿Qué vais a hacer los jóvenes en la John Deere?

RC.— John Deere lleva 25 años sin contratar a nadie fijo en el taller. Después de una época de bajada de producción, en los últimos años asiste a un boom de subida constante de los pedidos. Tiene trabajo de sobra, no sólo para que los que estamos eventuales fuéramos fijos, sino para incorporar a más gente, ya que gran parte de la plantilla está cerca de la edad de jubilación.

Los jóvenes tenemos que hacer algo, puesto que son nuestros puestos de trabajo los que están en juego. Para ello, la mejor herramienta con que contamos son los sindicatos de clase (CCOO y UGT), que tienen que abanderar la pelea por el trabajo fijo y en las mismas condiciones. Nosotros tenemos que presionar desde abajo. Es fundamental organizar medidas de presión desde toda la plantilla, porque en realidad la plantilla en una empresa es una, y si consiguen segregarnos afectará a la larga a la plantilla fija, pudiendo llegar al caso de que empeoren sus condiciones, ya que si se dan diferentes condiciones, se rompe la unidad, y normalmente la empresa consigue que éstas tiren a la baja, y es más difícil recuperar algo perdido que pelear por mantenerlo. Además la pelea tiene que ser de todo el sindicato, tanto CCOO como UGT, en su conjunto ya que hablamos de pelear por empleo estable en la zona, y es una consigna de ambos luchar contra la precariedad y la temporalidad.

EM.— ¿Qué apoyos y que posibilidades tenéis?

RC.— En la asamblea de jóvenes de la comarca hemos comentado el tema y los compañeros y compañeras han decidido que están ahí para lo que les pidamos, que nos van a ayudar en todo. Desde CCOO, el apoyo del conjunto del sindicato en la comarca, con el secretario general, Jaime Lancho, a la cabeza, la federación del metal, el departamento de juventud de Madrid... Estoy segura de que desde UGT tendríamos un tanto de lo mismo, apoyo desde todas las estructuras del sindicato.

Soy de la opinión de que este apoyo habría que concretarlo movilizando al conjunto de la plantilla dentro de la empresa y en general a los trabajadores desde fuera. La federación del metal, por ejemplo, podría iniciar una campaña de asambleas en las distintas empresas que aprobaran resoluciones exigiendo a la dirección de la John Deere atender nuestras justas reivindicaciones y trasladando la perspectiva de aumentar las medidas de presión si no lo hacen. Así seguro que podemos conseguirlo.

No podemos consentir que ningún compañero más vaya a la calle y debemos exigir que vuelvan los que no han sido renovados; para conseguirlo hay que hacer partícipe a todo el mundo, decidiendo el cómo entre todos.

Deberíamos hacer una asamblea de eventuales, el comité debería implicar más a la plantilla a través de asambleas frecuentes y movilizarnos todos a una, como decía antes, aprovechando el apoyo de las distintas estructuras de los sindicatos también desde fuera. Soy de la opinión de que la lucha conjunta es la mayor garantía de éxito, y se dan todas las condiciones para poder ganar esta batalla.

Última hora

El comité de empresa y la dirección de la John Deere han llegado a un acuerdo por el que a partir del primero de enero 67 eventuales pasarán a fijo cobrando un 9% menos de salario que el resto de la plantilla el primer año, el 6% menos el segundo año y el 3% menos el tercer año.

También se abre un período de tres años en el que los trabajadores que vayan cumpliendo 60 años podrán prejubilarse parcialmente, teniendo que trabajar el 15% de la jornada laboral. La distribución de este tiempo de trabajo está pendiente de concretar, aunque la prioridad acordada es la de acumularla con carácter general de forma ininterrumpida en días de jornada completa. Estos prejubilados serán sustituidos por nuevos trabajadores con contrato de relevo, aunque el compromiso asumido por la empresa es solo el de garantizar que el número de trabajadores fijos será en 2007 el actual más 67.

Este acuerdo, si bien supone un paso adelante, lo consideramos totalmente insuficiente ya que muchos eventuales quedan fuera, los plazos no están muy concretos. También se introduce la diferenciación salarial, algo contra lo que hemos venido luchando y sobre todo la cuestión central es que si desde el comité de empresa se hubiera organizado una lucha seria podríamos haber conseguido un acuerdo con unas condiciones mucho mejores. Los trabajadores al ver una cierta mejora y, sobre todo, al no plantear el comité otra alternativa, han apoyado en referéndum este acuerdo por 514 votos a favor, más de 200 en contra (lo que es significativo) y aproximadamente 100 abstenciones. Hay que continuar la lucha por mejorar nuestras condiciones de trabajo y también por que nuestros sindicatos recuperen la movilización, combinándola con la negociación, para arrancar a las empresas nuestras justas reivindicaciones.

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