Tras un verano conflictivo en Iruña con el tema del desalojo del Euskal Jai y todo lo que éste trajo consigo, sólo dos gaztetxes permanecían en pie de los que surgieron durante el auge de ocupaciones que se dio entonces: el gaztetxe Tximista de IturrTras un verano conflictivo en Iruña con el tema del desalojo del Euskal Jai y todo lo que éste trajo consigo, sólo dos gaztetxes permanecían en pie de los que surgieron durante el auge de ocupaciones que se dio entonces: el gaztetxe Tximista de Iturrama y el gaztetxe de Atarrabia.

Ambos eran gaztetxes en los cuales la actividad había empezado de cero. La juventud harta de la falta de un ocio autogestionado y alternativo buscó sus propios medios de proporcionárselo ocupando locales en desuso, que posteriormente rehabilitaron mediante jornadas de auzolan (trabajo comunal) en las que participaron cantidad de jóvenes y en los cuales invirtieron grandes dosis de tiempo, esfuerzo e ilusiones.

Por estas fechas los trabajos de adecentamiento de los locales estaba acabando por lo que hacía un tiempo habían empezado a realizarse las actividades y talleres.

El día 19 de noviembre saltó la alarma en Atarrabia: la policía nacional, sirviéndose de los acostumbrados métodos represivos, hizo salir a todos aquellos jóvenes que en ese momento se encontraban en el interior del gaztetxe, en una charla sobre Chiapas, y practicó un registro a fondo en el cual se incluye también el registro de mochilas, sacos, armarios, etc.

La cuestión sobre la mesa no tenía más vuelta de hoja; tenían 48 horas para abandonar el local y llevarse consigo todas sus pertenencias por lo cual se empezó una fuerte campaña de propaganda y una rueda de prensa informativa en EITB [la radio y televisión pública vasca] para hacerse eco de que el Ayuntamiento nos quiere privar del derecho a disfrutar del ocio de una manera distinta a aquella con la que quieren acallarnos.

En el caso de Iturrama la amenaza de desalojo se cernía desde hace tiempo sobre el gaztetxe. Como una de sus acostumbradas excusas el Ayuntamiento, tras 25 años en desuso ha decidido repentinamente utilizar el solar (de momento) para la construcción de 450 aparcamientos y cuando consiga los permisos correspondientes, continuará su especulación construyendo pisos de lujo.

La policía ha intervenido desde el primer momento en una actitud sumamente chulesca, agresiva y provocativa.

El balance de la brutalidad policial ha sido el siguiente: jóvenes detenidos, agresiones, acusaciones, robos, multas que están empezando a llegar y la elaboración de una lista de unas 40 personas repartiendo supuestas responsabilidades intentando dejarnos como delincuentes ante el barrio.

Hubo verdaderas amenazas por parte de la policía municipal a los jóvenes que allí había, de tal manera que tuvieron que pasarse una noche entera atrincherados dentro del local puesto que si salían “les iban a dar una paliza de muerte”.

Las movilizaciones masivas, la gran cantidad de propaganda y consignas tan coreadas como “ez gaituzte ixilduko” (no nos callaréis) demuestran la postura que tanto la juventud como el resto de vecinos ambas zonas han adoptado frente a las medidas tomadas. Las muestras de apoyo no se han hecho esperar por parte tanto de personas a título personal como de colectivos y organizaciones.

Por último, ánimo a los compañeros del gaztetxe Irule en Atarrabia que también están amenazados de desalojo.

¡La lucha sigue, la lucha sirve!

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