Las primeras protestas públicas para que no se construyera en Torija la Planta de Tratamientos de Residuos Sólidos Urbanos-RSU cuya misión es la de acoger toda la basura que se genera en la provincia de Guadalajara (80.000 Tn/año), Las primeras protestas públicas para que no se construyera en Torija la Planta de Tratamientos de Residuos Sólidos Urbanos-RSU cuya misión es la de acoger toda la basura que se genera en la provincia de Guadalajara (80.000 Tn/año), se escuchan en un pleno municipal en marzo del año 2000 en el que algunos vecinos advertían del coste medioambiental que pagaría Torija, del deterioro de la calidad de vida de los moradores de este bello municipio y se quejaban de lo injusto e insolidario que supone verter en una población tan pequeña la basura de las grandes ciudades.

Los intereses partidistas del PSOE llevaron al alcalde a facilitar la construcción de esta instalación (se inauguró el 8 de octubre del pasado año). Después de tres meses de explotación el aire de los atardeceres de Torija es irrespirable. Los vecinos señalan a su alcalde autoritario y prepotente como el primer responsable y, en consecuencia, también a la cúpula socialista de Guadalajara.

Brevemente, es necesario cuestionar radicalmente las políticas medioambientales en materia de RSU que se llevan a cabo desde la Diputación. Antes de invertir en instalaciones de estas características hay que poner en marcha políticas progresistas encaminadas a la reducción, reutilización y reciclaje, implicando a todos los ciudadanos, algo que desde luego no se ha hecho.

Ciertamente, la legislación obliga a que la basura tiene que ir a este tipo de instalaciones, para acabar con los vertederos incontrolados, porque la basura requiere un tratamiento, sin embargo, al día de hoy, no hay cifras de cuantas toneladas de basura se ha reciclado o recuperado, llegando a la conclusión de que si no se recicla ni recupera nada, pronto habrá en dicha planta un montaña de basura que competirá en altura con el Monte Ocejón.

Todo esto demuestra que esta planta nace muerta por que han primado para su ubicación, construcción y explotación los criterios económicos sobre los ecológicos, es decir, la contestación social en contra de esta planta es infinitamente inferior en Torija a si se hubiera ubicado en Guadalajara capital. La adjudicación para su construcción se concede a una empresa en baja temeraria, al parecer con capital mixto en el que tiene acciones Manuel Cháves, presidente de la Junta de Andalucía, la explotación se adjudica a la UTE Egmesa-Befesa para que tenga pingües beneficios, porque la basura da mucho dinero y, por último, el municipio de Torija desde el punto de vista de las comunicaciones está muy bien situado. Estas plantas deben construirse lejos de poblaciones por lo que su clausura debe ser inmediata, ya que, aun con la tecnología mas avanzada, siempre va a ocasionar molestias a los vecinos porque la materia prima es basura, en consecuencia, se exige a los que gobiernan una verdadera voluntad política para aplicar en esta materia una política progresista, algo que recogían en su programa electoral, debemos reprobar este tipo de actos engañosos que son simple operaciones de imagen para la foto.

Desde el compromiso con el medio ambiente y para que las generaciones venideras hereden un planeta saludable y en las mejores condiciones, EXIGIMOS una política respetuosa con nuestro medio ambiente.

Enrique Alejandre · Nicasia de la Cruz

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