El pasado sábado 22 de enero 5.000 personas recorrimos las calles de Barcelona (500 segun la Guardia Urbana que al parecer siguen teniendo problemas para contar manifestantes), desde Pl. Universitat hasta la Delegación de Gobierno, en la jornada esta El pasado sábado 22 de enero 5.000 personas recorrimos las calles de Barcelona (500 segun la Guardia Urbana que al parecer siguen teniendo problemas para contar manifestantes), desde Pl. Universitat hasta la Delegación de Gobierno, en la jornada estatal de lucha contra la Ley de Extranjería. Durante toda la manifestación hubo un ambiente de lucha que transmitió a la gente la combatividad de los trabajadores inmigrantes, que no paraban de gritar lemas como “inmigrantes precarios no, papeles y trabajo digno sí”, “ni Estados, ni expulsiones, ni fronteras, libertad” y “por una regularización sin condiciones”, entre otras.

Durante los últimos años el crecimiento económico del Estado español se ha debido, en parte a la sobreexplotación salvaje a la que son sometidos los trabajadores inmigrantes sin papeles y sin ningun tipo de derecho social ni humano y que suman más del 50% del total. Por otra parte, los documentados no tienen garantizada la plena práctica de sus derechos sociales, sanitarios, culturales, laborales y políticos, eso sin mencionar el apartheid judicial que sufre el colectivo de trabajadores inmigrantes en general.

El PSOE ha puesto en vigor recientemente un nuevo reglamento de aplicación de la ley de extranjeria con el que, segun nos han vendido desde el gobierno y sus medios de comunicación, acabará con la bolsa de inmigrantes sin papeles así como con la economia sumergida. Si bien es cierto que una parte de trabajadores inmigrantes van a poder regularizar su situación, producto de la lucha que durante años han protagonizado, esta “regularización masiva” ni mucho menos solucionará la situación de este colectivo.

Por un lado, exigen un contrato de trabajo, lo cual hace que la regularización de los trabajadores inmigrantes dependa totalmente del empresario, el mismo empresario que ha hecho pingües beneficios al tener a inmigrantes sin papeles. Además, esto ha creado un nuevo sector en auge, el de los empresarios y las mafias que practican el trafico y la venta de contratos, pidiendo hasta 15.000 euros. De ahí el texto de uno de los carteles “No nos dejéis en manos de los carniceros”.

Por otro lado, la economia sumergida (que supone una bajada general de salarios y la precarización de las condiciones de trabajo que afectan a todos los trabajadores) es algo inherente a la propia existencia del sistema capitalista y su lógica, la búsqueda del máximo beneficio. Por eso, pretender acabar con la economia sumergida en el capitalismo, como plantea el gobierno, en este caso es absurdo. Cabe mencionar además que los colectivos de inmigrantes obligados a la venta ambulante o a la prostitución la nueva ley los deja sin posibilidad alguna de regularización.

Esta ley no arregla los problemas que esta sociedad padece en su conjunto y sobre todo los trabajadores inmigrantes. Por eso desde El Militante nos posicionamos en contra de la misma y creemos que el único camino es que la lucha por la regularización de todos los trabajadores inmigrantes y sus familias se vincule estrechamente a la lucha por un puesto de trabajo estable y salarios dignos para todos los trabajadores.

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