En estos pasados días de fiesta navideños hemos podido ser testigos y ver por los “informativos” de televisión cómo miles de voluntarios, en su mayoría jóvenes estudiantes y parados, acudían desinteresadamente a la llamada de socorro del pueblo galleEn estos pasados días de fiesta navideños hemos podido ser testigos y ver por los “informativos” de televisión cómo miles de voluntarios, en su mayoría jóvenes estudiantes y parados, acudían desinteresadamente a la llamada de socorro del pueblo gallego.

Hay que recordar que estos jóvenes fueron de los primeros en acudir en auxilio de las costas gallegas junto con otros colectivos como parados e inmigrantes que también demostraron la misma solidaridad con los damnificados por la catástrofe ecológica producida por el “petrolero Prestige” y por el PP.

Una solidaridad y preocupación que no demostraron en ningún momento los organismos del Estado, ya que dejaron abandonada a su suerte a Galicia durante más de tres semanas. Pasado este tiempo fue cuando fueron apareciendo los presumibles “voluntarios” procedentes de los cuarteles y academias militares ¡Por cierto ellos sí cobran un salario!

Pero volviendo a esta magnífica juventud, resulta ahora hipócrita que los mismos medios de “información” quieran mostrar otra cara distinta, después de haber llevado a cabo una campaña de mentiras, desprestigios y criminalización contra ella durante las pasadas movilizaciones contra la Ley de “Calidad” del gobierno del PP, todos podemos recordar como meses atrás esta misma juventud era tachada de vaga, alcohólica, insolidaria y mala estudiante por estos mismos “informativos” que enarbolaban la misma bandera reaccionaria del PP. Todos llegaban a la misma conclusión: “¡Contra la juventud mano fuerte y a meterlos en cintura!”.

Resulta anecdótico comprobar que estos políticos y el estado capitalista que representan y defienden son los mismos que condenan a esta misma juventud a todas las lacras de la sociedad actual, como son el paro, la explotación laboral, la falta de viviendas, los recortes a la educación y sanidad públicas, la falta de perspectivas y el miedo hacia un futuro incierto.

En fin, cuando la juventud salga de nuevo a las calles a movilizarse por una vida, educación y trabajo más digno, no deberá sorprendernos escuchar de nuevo por estos mismos medios de desinformación burgueses, descalificativos semejantes que sólo van encaminados a manipular y desfigurar la verdad.

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