Y no es para menos porque todos estamos hasta los huevos de la patronal, de unos empresarios que son unos auténticos piratas y ladrones, con sus constantes atropellos y abusos a los trabajadores, y que no se conforman con pagar unos salarios míseros por unas jornadas interminables. No les llega con todo esto, sino que además ya no quieren ni pagar los ya de por sí pobres convenios. Y esto no ocurre en una pequeña empresa enclavada en un pequeño ayuntamiento rural, sino dentro de una de las fábricas con mayor tradición sindical de todo el Estado español, la antigua Bazán de Ferrol. Todo un reflejo de la penosa situación actual de los sindicatos.

El motivo de que los empresarios estén envalentonados no es otro que la falta de respuesta desde el otro lado. La debilidad sindical invita a la agresión patronal. Y de esto también estamos hasta los huevos, de que precisamente no haya esa esperada y necesaria respuesta desde el otro lado, desde nuestro lado. Los sindicatos deben dar una respuesta directa y contundente pero ya, ¡no pueden tolerar que las empresas se salten la ley así y se despida por pedir que se cumpla el convenio!

Echarle una mano a los trabajadores de las auxiliares, que son los que peor están, es un deber sindical inapelable y de todos nosotros como trabajadores. En vez de actuar de bombero cada vez que la situación de las auxiliares amenaza con un incendio, el Comité de Empresa debe pasar a la ofensiva para cambiar esta realidad laboral, empezando por lo más fundamental: organizar a los trabajadores de las auxiliares para, en unidad con los de la principal, hacer valer nuestra fuerza como clase obrera. A lo único que le tienen miedo los empresarios es a ver a los trabajadores unidos y dispuestos a luchar.

Texto completo de la carta

El pasado 22 de diciembre comencé a trabajar en una auxiliar eléctrica. Cuando recibí la primera nómina me di cuenta de que me faltaba dinero porque no correspondía lo pagado con los complementos reflejados en el convenio. Sólo nos dieron una faena y el convenio dice claramente dos. Sólo por pedir estas dos cosas elementales nos despidieron hace unos días a mí y a otro compañero. Bueno, nos argumentaron que la obra había finalizado aunque el barco siga en la grada y la empresa contrate a nuevo personal con mi misma categoría.

Me dijeron que si me iba esa misma tarde, más adelante igual me volvían a llamar, pero les dije que no, que yo no firmaba un preaviso falso con fecha anterior de 15 días, motivado por represalias. He trabajado en muchos lugares, pero soy de Ferrol al igual que mis hijos, y me entristece ver cada vez que regreso la precariedad, los abusos, la indiferencia, el miedo y sobre todo la cobardía con que afrontamos los problemas quienes tenemos la razón por delante: los trabajadores.

No hay derecho a que te despidan sólo por pedir lo que nos pertenece como trabajadores y refleja el convenio. ¿Qué pretenden, que traigamos la ropa de casa, que les paguemos por darnos empleo? Sinceramente no comprendo cómo llegamos a esta situación, pero lo que tengo claro es que estamos implicados todos y entre todos tenemos que darle una solución.

Os deseo suerte a todos y espero que la cosa vaya a mejor, quien escribe esta carta no estará aquí para verlo aunque desearía estar con vosotros el día que se consiga”.

Vicente Ferrer

Comisión Ejecutiva CCOO · Navantia-Ferrol