Cuando en el mes de diciembre los dirigentes sindicales firmaron el ERE de 660 despidos en Seat, el argumento central era que, en la medida que la producción había descendido, era el “mal menor” para que los despidos no fueran muchos más, pero que loCuando en el mes de diciembre los dirigentes sindicales firmaron el ERE de 660 despidos en Seat, el argumento central era que, en la medida que la producción había descendido, era el “mal menor” para que los despidos no fueran muchos más, pero que los despedidos volverían en caso de remontar la producción. Como ya explicamos, el argumento de que Seat está en crisis era y es mentira, dados los abultados beneficios de la última década. Pero además se está viendo como el objetivo de la multinacional no era otro que el de precarizar las condiciones laborales. Según han anunciado recientemente, van a necesitar más mano de obra para cubrir un nuevo turno que calculan que será de unos 600 trabajadores, aunque ya han dejado clara su intención de no readmitir a los despedidos.

La firma de los 660 despidos es un precedente muy grave. La patronal ha tomado nota, y quiere extenderlo a otras empresas del sector. Un ejemplo muy claro es la planta de Volkswagen en Navarra, donde después de 15 largos meses de negociación del convenio, los trabajadores han respondido en el terreno de la lucha. Después de varias jornadas de huelga, con paralización total de la producción y miles de trabajadores en la calle, el portavoz dejó claras las intenciones de la multinacional: “Desde la dirección se ha hecho todo lo que se ha podido, se ha accedido a todas las peticiones hasta poner sobre la mesa una propuesta que mejora a todo lo firmado en cualquier fábrica de automóviles en España, y el comité sigue sin querer firmar a pesar de todo esto” (¡como si para los trabajadores hacer huelga fuera una diversión, como si no nos descontaran salario, con lo justos que ya llegamos a fin de mes!) “y a pesar de que algunos sindicatos que aquí no firman sí lo han hecho en otros lugares próximos en condiciones inferiores para los trabajadores”.

Ahora la multinacional VW ha planteado que va a reducir la producción en un tercio para llevársela a Bratislava. Esta es la tónica general en el último período por parte de la patronal. Cuando los trabajadores hacen valer su fuerza convocando movilizaciones y huelgas, la patronal se escandaliza porque “no se puede negociar con tal presión” porque “la paralización de la producción perjudica al conjunto de la empresa”. Pero les parece lo más normal del mundo que mientras se negocian los convenios, se amenace con despedir a centenares o miles de trabajadores, como sucedió en Nissan Barcelona cuando en medio del convenio presentaron un ERE de 800 despidos, o en la misma Seat.

La táctica de las multinacionales, y en concreto de VW, es la de dividir a los trabajadores por plantas y por países. Es necesario romper esta táctica enfrentándole la unidad de los conflictos, haciendo un plan de lucha conjunto de los trabajadores de VW Landaben y Seat, para además extenderlo a las empresas auxiliares, que son muchas y emplean a miles de trabajadores.

Lamentablemente, los dirigentes sindicales ante esta verdadera ofensiva contra nuestras condiciones de trabajo, están aceptando los argumentos de la patronal, lo que la envalentona aún más. Es necesario romper con esta política sindical para unificar a los trabajadores en la lucha por la defensa de todos los puestos de trabajo y por unas condiciones de vida dignas.

Todos estos conflictos no pueden mantenerse aislados unos de otros. Esto es lo que quiere la patronal. Es necesario vincularlos haciendo un plan de lucha conjunto, empezando por una convocatoria de huelga en Seat, haciéndola coincidir con los juicios de los trabajadores despedidos y unificándola con la lucha por un convenio digno y por el mantenimiento del empleo en Landaben y en las empresas auxiliares, como primer paso en la lucha contra el plan de 20.000 despidos en Volkswagen.

Aniol Santo

Barcelona

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