El Militante.— Explica los antecedentes de vuestras condiciones laborales.
JM.— Desde hace muchos años la empresa tiene un convenio propio, que en el caso de los trabajadores fijos tiene beneficios respecto al convenio provincial del campo. Pero en el caso de los eventuales las condiciones están por debajo del convenio sevillano. Por ejemplo, en estos momentos los injertadores, que son trabajadores más especializados, cobramos 2,15 euros menos en Orero que lo marcado en el convenio provincial (38,56 € diarios). En el caso de las horas extras nos las pagan a 3 euros menos. Lo que pedimos es un aumento salarial que nos iguale a los eventuales al convenio provincial.
EM.— ¿Y entonces los trabajadores fijos?
JM.— Lo que pedimos es que a los trabajadores fijos se les respete absolutamente sus condiciones actuales, o sea, las del convenio de Orero. Nosotros no queremos que se rebaje ni un céntimo sus salarios ni otros aspectos laborales. Esto se lo hemos explicado a los trabajadores fijos, incluso en una de las asambleas que tuvimos. Si estamos unidos todos podemos ganar o mantener nuestros derechos.
EM.— ¿Además del salario tenéis otras reivindicaciones?
JM.— Sí, además de la subida de salario hay otro tema económico importante, que es el plus de productividad. Resulta que los injertadores tenemos ese plus y, por tanto, si producimos más, nos pagan más. Pero a cada injertador, que suele ser un hombre, le acompaña una mujer que ata los injertos. Ellas no cobran ningún plus, con lo cual si nosotros producimos más para ganar también algo más, hacemos a nuestras compañeras jornaleras trabajar más por el mismo sueldo. Por tanto, lo que la asamblea de trabajadores reivindica es que las atadoras cobren también el plus.
Otra reivindicación es que paguen el desgaste de las herramientas, que también se contempla en el convenio provincial. A muchos jornaleros, especialmente a las mujeres en nuestra empresa, no les dan las herramientas, las tienen que llevar ellas. Pero hay un apartado en el convenio que dice que en estos casos el empresario debe pagar su desgaste, y eso también lo pedimos. Aunque en realidad a ellas también debería darles la empresa las herramientas, pues son igualmente trabajadoras como nosotros.
EM.— En el campo es muy difícil que un eventual sea delegado. ¿Qué consecuencias ha tenido que tú pudieras salir como representante de los trabajadores?
JM.— Yo soy delegado desde hace dos años, gracias a que los demás trabajadores eventuales entendieron que la mejor forma de que sus condiciones mejoraran era teniendo un representante que está como ellos, que tiene sus mismos problemas. Desde entonces el ambiente entre los eventuales es muy bueno, hay una unidad total, todos han participado en las asambleas y esto es algo completamente nuevo, porque entienden que ahora ya no se trata de negociar individualmente con el empresario, sino que todos juntos es como podemos conseguir y mejorar nuestros derechos.
