Esta es la situación a la que hemos llegado en el día de ayer. Es una huelga indefinida que afecta a todos los trabajadores de la factoría de Ferrol, y que hoy se extenderá a todos los trabajadores de la factoría de Fene. Esta es la situación a la que hemos llegado en el día de ayer. Es una huelga indefinida que afecta a todos los trabajadores de la factoría de Ferrol, y que hoy se extenderá a todos los trabajadores de la factoría de Fene.

El motivo que ha provocado esta explosión es el despido de 167 trabajadores de Nervión, una Empresa Auxiliar de Navantia-Ferrol. Las cartas de despido, mediante las cuales fueron informados los trabajadores, se entregaron el día 1 de Julio y tras los 15 días de preaviso legalmente establecidos este próximo domingo será efectivo el despido si antes no llegamos a una solución.

El conjunto de los trabajadores de Navantia-Ferrol fuimos informados por nuestro comité de empresa este Lunes pasado (¡¡ 10 días después de conocidas las intenciones de dicha empresa !!), en una asamblea general donde además se propone que de no haber solución favorable para los despidos el próximo miércoles (ayer) se convocaría una huelga indefinida para el conjunto de trabajadores. Propuesta que es votada favorablemente por la mayoría de la asamblea.

Ayer(miércoles) a las 9 de la mañana realizamos la asamblea en que definitivamente se declara la huelga indefinida, que por increíble que parezca fue forzada por los trabajadores contra la voluntad del comité de empresa de Navantia-Ferrol, que a pesar de haber sido los artífices de la propuesta dos días antes eran partidarios de esperar el resultado de una reunión…¡ a última hora de la mañana ! Además de la factoría de Ferrol también los trabajadores de Nervión que se encuentran en la factoría de Fene han parado desde ayer mismo, y hoy está previsto que todos los trabajadores de la factoría de Navantia-Fene se sumen a la huelga indefinida.

El resultado de esta lucha que está comenzando es aún incierto, lo que si debemos tener muy claro es que todo éxito pasará por hacer una demostración de fuerza a lo largo de la lucha, demostrando a los “tiburones” de la industria auxiliar que a partir de este momento el ataque contra un trabajador (sea este de Navantia, Nervión, o la más pequeña empresa auxiliar) es un ataque al conjunto de los trabajadores, por lo que deberán vencer la fuerza ejercida por más de 5000 trabajadores.

Desgraciadamente esta situación no es nueva, y es que de la mano de la subcontratación venimos asistiendo a un empeoramiento de las condiciones laborales de la clase obrera: incremento de la precariedad laboral, jornadas de 12 h y más, seguridad laboral inexistente,…y un largo etcétera que es la causa de fondo que explica esta y futuras explosiones.

Por tanto debemos enfocar nuestra lucha en mejorar las condiciones laborales de todos los trabajadores de la factoría, que en última instancia solo se conseguirá acabando con la subcontratación. Ahora bien esta no es una lucha fácil, porque es luchar contra un modelo que será fuertemente defendido por aquellos parásitos que se están beneficiando de su existencia. Es necesario, por tanto, fortalecer al movimiento obrero de la fábrica y eso solo se consigue con la mayor unidad posible dentro de la fábrica saltando todas aquellas barreras que artificialmente nos separan. En ese sentido es fundamental la creación de una coordinadora para la industria auxiliar que trabaje mano a mano con el comité de empresa de Navantia, así como la formación de Secciones Sindicales únicas que aglutinen por igual a trabajadores de la plantilla principal e industria auxiliar.

El primer objetivo que debe tener la coordinadora de auxiliares en colaboración con el comité de Navantia es meter mano en las condiciones laborales de las subcontratas, para lo cual debe elaborarse una tabla reivindicativa en la que planteemos nuestras exigencias. Una buena base sería la siguiente:

• Acuerdo marco que regule los aspectos laborales más importantes para el conjunto de las auxiliares.

• Equiparación laboral y de jornada con la plantilla principal.

• Integración en plantilla de aquellos trabajadores de compañías que trabajen de forma permanente en el recinto.

• Creación de bolsas de trabajo.

• Prohibición de la subcontratación en cadena.

• Imposición de topes a la precariedad.

• Una única compañía por actividad (para evitar la atomización del movimiento obrero).

• Derecho a la subrogación de los contratos.

• Persecución del prestamismo laboral.

El objetivo final debe ser acabar con la subcontratación de forma definitiva, si estas medidas se llevasen a cabo sin duda habríamos dado un gran paso. Y en este sentido no nos puede temblar el pulso en ningún momento, porque al Estado y a estos parásitos tampoco les tiembla a la hora de defender un modelo basado en la explotación pura y dura. Pero es que además resulta que este modelo, generalizado en su día sobre la base de que el modelo público es una ruina, sigue generando como mínimo tantas pérdidas como ese modelo público tan ruinoso del que hablaban y hablan. Es decir, hemos cambiado un modelo de empresa en el que cerca 5000 trabajadores tenían unas condiciones laborales dignas por otro en el que menos de 2000 trabajadores tienen esas condiciones, de modo que los recursos que permitían a 3000 trabajadores vivir dignamente han ido parar al bolsillo de unos cuantos empresarios-parásitos.

La lección que debemos aprender es que hay que funcionar con un criterio basado en la independencia de clase, pensando que es lo que le interesa al conjunto de los trabajadores, y no auto engañarnos pensando que habrá un buen motivo por el que la burguesía nos recorte aquí y allá. Debemos luchar por conseguir nuestros objetivos: hoy se trata de evitar el despido de 167 compañeros, y mañana de luchar contra la subcontratación.

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