Los trabajadores del transporte en Asturias han protagonizado una huelga indefinida que duró cinco días, del 9 al 13 de mayo, y afectó a 11.000 trabajadores, tanto de mercancías como de pasajeros. Fue una respuesta contundente frente a la posición de la patronal que intentaba firmar un convenio a 5 años congelando los salarios, además de negarse a pagar el 100% del salario en caso de Incapacidad Temporal Laboral (ITL) por baja por enfermedad (actualmente se paga el 75%).

CCOO y UGT planteaban una subida a 5 años del 20%, el pago del 100% por ITL a partir de los 21 días, aumento de las dietas, posibilidad a jubilarse a los 60 años por decisión del trabajador, etc.

Ante estas reivindicaciones la patronal ASETRA (mayoritaria) respondía calificando de "falacia" la denuncia de los sindicatos de que los trabajadores hayan perdido poder adquisitivo en los últimos años. En realidad todos estos argumentos mostraban el miedo de los patrones a una huelga que se prolongara en el tiempo. Tengamos en cuenta que se estaba produciendo una huelga indefinida en la limpieza y la unificación de ambas era vista con temor.

Los trabajadores consiguen mejoras en un duro conflicto

Desde el principio de la huelga no se respetaron los servicios mínimos decretados por el Principado y las empresas, lo que nos da una idea bastante clara de la dureza del conflicto y la disposición de los trabajadores a conseguir sus demandas mediante la lucha. La acción de los piquetes se hizo sentir desde la primera jornada cuando la prensa resaltaba un seguimiento del 100%. Los transportistas autónomos no pudieron trabajar por temor a sufrir daños. Sectores importantes de Arcelor no recibieron suministro de material. La construcción se paralizó. Se sintió el enorme poder que descansa sobre los hombros de este sector de la clase obrera.

Sin embargo las direcciones sindicales parecían ansiosas por zanjar cuanto antes la huelga. "Esta huelga es por culpa de la patronal, nosotros queremos negociar" decían a cada rato.

A partir del día 10 la posición de los sindicatos se endureció y anunciaron que por cada día de huelga las demandas salariales aumentarían. Finalmente se llegó a un preacuerdo donde se contempla un convenio a 5 años con una subida del 21,25% (5,25% más de lo ofrecido por la patronal) pero en el caso de cobro por ITL no hay concretado nada. Tampoco se han conseguido otras demandas, como el caso del aumento drástico de las dietas. Quizás lo más negativo es que este convenio se firmara por un tiempo tan largo, porque, si bien supone un cierto avance en el tema salarial, pospone la revisión de otras muchas cuestiones importantísimas durante demasiados años.

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