Los trabajadores de Sintel han vuelto a la lucha. Siguen denunciando el incumplimiento del acuerdo al que llegaron con el gobierno de Aznar el 3 de agosto del 2001, por el cual se levantó el Campamento de la Esperanza tras 187 días. El compromiso no cumplido era el de 800 recolocaciones estables. Han pasado seis años y lo único que se ha hecho es prejubilar a 470 trabajadores que viven bajo la amenaza de ver reducida la prestación que reciben.

En el mes de abril se manifestaron 600 trabajadores delante de las sedes del PSOE por todo el Estado pidiendo al gobierno que se cumpla el acuerdo y el 24 de mayo la Asociación para la Colaboración con los Trabajadores de Sintel, realizó una asamblea en la Plaza de España de Madrid para explicar en qué situación se encuentran y qué ha ocurrido durante estos seis años.

Adolfo Jiménez, representante de la asociación y ex presidente del comité de empresa de Sintel, explicó cómo durante estos años les aislaron sin trabajo, sin salario, sin indemnización, sin prestación por desempleo, sin nada. En estas circunstancias decidieron tomarse un tiempo de reflexión y buscar la manera de alimentar a sus familias, crearon Sintratel (con el boicot de Telefónica, sin dinero y sin apoyo de ninguna administración autonómica o local) que hoy da trabajo a 304 trabajadores, y que ha sido una manera de mantener a la plantilla unida para volver a la lucha. Recordó el largo trayecto de su lucha: cómo se tuvieron que enfrentar solos al poder financiero, político y mediático, que tenían la complicidad de los que se supone nos representan (los dirigentes sindicales). Citando sus palabras en la asamblea: "Este sistema es vengativo, no olvida y no perdona, no olvida lo que hicimos y no nos perdona que le hayamos desafiado a cara descubierta, eso no lo pueden tolerar, por eso nos cerraron las puertas, nos suspendieron el derecho a reunión y manifestación (...) Fuimos al sindicato para tener nuestras asambleas y nos desalojaron de nuestro sindicato con los antidisturbios, y nos abrieron un expediente por el delito de defender los intereses de los trabajadores, ya que no tragamos con la mentira y el engaño (...) El expediente de expulsión del sindicato [CCOO] fue a toda la clase trabajadora de este país, con el objetivo de amedrentar a las secciones sindicales de las grandes empresas que iban a entrar en crisis y tenían que mandarles el mensaje de que cuidadito con seguir el ejemplo de lucha de los trabajadores de Sintel (...) y en la mayoría de los casos han logrado su objetivo". También se refirió al conflicto de Delphi. "Estamos en contacto con los trabajadores de Delphi. Tienen un futuro muy negro, les van a trocear en 8 o 10 pedazos. Les decimos una cosa; que no subcontraten su responsabilidad de negociar su futuro en la dirección del sindicato institucional".

La Fiscalía Anticorrupción acusa a Telefónica

Tras levantar el campamento se reorientó la lucha hacia el frente judicial. Tras cuatro años y medio han conseguido ganar en el Tribunal Constitucional la sentencia de prohibición de manifestación y reunión que les aplicó el Tribunal de Madrid, y recientemente un informe de la Fiscalía Anticorrupción imputa un delito contra la Hacienda Pública de 12.000 millones de pesetas a Telefónica, inculpando a 24 personas, entre ellas 2 ex presidentes y 4 secretarios generales de Telefónica (5 norteamericanos, 2 de ellos hijos del mafioso Mas Canosa), 5 responsables de Sintel y 8 individuos, todos ellos grandes hombres de finanzas de nuestro país, que tenían en las Islas Vírgenes constituidas sociedades (herramientas de la destrucción de Sintel).

La Fiscalía Anticorrupción ha reconocido que Telefónica ha sido la responsable directa de la planificación de la quiebra. Tras hacer público el informe, se ha abierto la mesa de negociación con el Ministerio de Trabajo, donde se verá caso por caso la situación en la que se encuentra cada uno de los 1.200 trabajadores de la asociación y de los 470 prejubilados. Pero les han advertido que están hartos de engaños, y que, si después del 27 de mayo esto fracasa, volverán a la lucha hasta las elecciones generales y, en palabras de Adolfo, estas movilizaciones no se llamarán Operación Ghandi.

Como dijo Adolfo en el mitin: ‘Los trabajadores de Sintel no somos especiales, somos como los demás trabajadores, explotados por el capitalismo. Somos especiales por habernos defendido con uñas y dientes para que no nos instalasen en nuestro cerebro un chip con la palabra resignación, hemos visto como altos dirigentes llevan implantados ese chip durante años. (...) Pero ¿qué pasaría si millones de trabajadores tuviesen la experiencia de la unidad, de la organización, de la justicia social, de la dignidad? No permitirían que hubiese banqueros, usureros, delincuentes corruptos que están viviendo del pequeño ahorro del trabajador. Otro gallo cantaría, otra sociedad existiría, más justa, más solidaria, más humana, y con toda seguridad más feliz que la que tenemos".

Desde estas páginas queremos felicitar a los trabajadores de Sintel por esta victoria en los tribunales y, sobre todo, por su lucha, por su ejemplo y por su resistencia.

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