El martes 30 de enero se celebró en los juzgados de Gijón el juicio contra los dos sindicalistas de la CSI, Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala. Estos dos trabajadores de Naval Gijón están acusados de causar desperfectos durante las últimas movilizaciones en defensa de los puestos de trabajo del astillero por los cuales la fiscal pide un total de seis años y medio de cárcel. Desde las 10 de la mañana, una hora antes de la fijada para el comienzo de la vista, centenares de trabajadores y jóvenes se dirigían a los juzgados desde todos los puntos de Gijón. Una riada humana que congregó a varios miles de personas para mostrar nuestra solidaridad con dos sindicalistas ejemplares, que están siendo la cabeza de turco para dar un escarmiento al conjunto de la clase obrera.
Obreros de Izar, de la Camocha, los despedidos de Autotex y, por supuesto del astillero Naval Gijón, pancartas de las organizaciones juveniles de la izquierda, el Sindicato de Estudiantes, la CSI, el PCPE, estudiantes de medias que han secundado la huelga convocada por todas las organizaciones juveniles y otros muchos colectivos y trabajadores en general esperamos, durante más de tres horas, la salida de estos compañeros del juzgado. La respuesta ha sido ejemplar, más aún teniendo en cuenta que el martes fue un día laborable y que sin duda muchos que hubieran querido estar no pudieron hacerlo.
Por fin, puño en alto, hicieron su aparición en lo alto de las escaleras, y de nuevo un grito unánime recorrió la concentración: ¡Morala y Carnero somos todos! ¡Esta batalla la vamos a ganar!... Desde detrás de las vallas de protección y desde las calles colindantes, un número desproporcionado de antidisturbios observaba con aire hostil a los manifestantes. Las primeras palabras de Morala fueron toda una declaración de principios: "Que sepáis que este juicio no va sólo contra nosotros, este juicio pretende cerrar los astilleros!". "¡Destruyen los puestos de trabajo para construir pisos de lujo!"..., y después, visiblemente indignado continuó: "la policía que ha hecho falso testimonio para inculparnos, está aquí para defender a los patronos"; "nadie detiene a los patronos cuando cierran las empresas y mandan a miles de familias a la calle!".

El juicio, una auténtica farsa

El ambiente era eléctrico. Después intervino Carnero: "Denunciamos la farsa de este juicio, denunciamos lo que acabamos de vivir ahí dentro!". Los gritos interrumpían frecuentemente: "Ayuntamiento dimisión", "Asturias se salva luchando". Cuando se mezclaron con la gente, abrazos, palabras de aliento y más de una lágrima en los ojos de trabajadores endurecidos que expresaban la rabia por lo que estamos viviendo. "Esto no ha acabado compañeros, el día 12 todos otra vez aquí a las nueve y media de la mañana", "todos otra vez a arropar a los compañeros para el segundo juicio".
Por lo que sabemos, durante la vista, las contradicciones de los policías que acusan a estos compañeros fueron evidentes, y salvo estos testimonios, no hay una sola prueba que les relacione con la rotura del cajetín. Por el contrario, son decenas quienes estuvieron con estos compañeros durante esta manifestación, y pueden atestiguar su inocencia. Pero para todos está claro que éste es un juicio político y Cándido y Morala son culpables de haber luchado durante años por la supervivencia del astillero, son culpables de haber sido incómodos para la alcaldesa y sus proyectos estrella, son culpables de ser solidarios y también un referente de lucha. Seguimos señalando la responsabilidad del Ayuntamiento de Gijón, gobernado por el PSOE e IU, en el ensañamiento contra ellos, presentando una valoración de daños que es clave para el desarrollo del juicio. Del PSOE exigimos la retirada de dicha valoración. De IU, la exigencia inmediata y rotunda de que esto se haga, o en caso contrario, la ruptura del pacto de gobierno.
Pero no sólo eso: es vergonzoso el silencio que en la práctica se mantiene las direcciones de CCOO y UGT. ¿Tanto han perdido el norte quienes dirigen nuestros sindicatos que no comprenden que es vital evitar que estos compañeros puedan ir a la cárcel? ¿Que si esto prospera, le seguirá una oleada de represión hacia el movimiento obrero aún mayor de la que estamos padeciendo? Los trabajadores de "a pie" lo hemos comprendido hace tiempo. Más de 15.000 lo demostramos en Gijón recientemente, en una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en los últimos diez años.
Con la unidad real de todos los sindicatos de clase frente a este atropello, hace ya tiempo que estas denuncias amañadas se hubieran archivado. La huelga general en la comarca está más que justificada y será criminal no utilizar todos los recursos para evitar la condena de estos compañeros. Para esto, CCOO y UGT tienen que mojarse de una vez.

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